DIOS USA A LOS QUEBRANTADOS
Salmo
34:18 El Señor está cerca de los quebrantados de corazón,
y salva a los de espíritu abatido.
INTRODUCCION
La iglesia no busca ser
quebrantada, solo busca comodidad, bendiciones y las cosas que persiguen los que
no conocen de Dios. La iglesia persigue lo mismo que el mundo, fama,
reconocimiento, dinero, felicidad y se olvida de su llamado, de su misión.
Estamos siendo duramente
criticados por el mundo con razón, Jesús dijo dichosos cuando hablen mal de
vosotros y sea mentira, pero hoy muchos nos critican con razón, alcahueteamos
la vagancia espiritual, poco o nada nos preocupamos por la vida de oración de
nuestra congregación, son más los que asisten a ver milagros, sanidades y
profecías que aquellos que se acercan a los servicios de oración, que es lugar
donde deberíamos estar, entonces, algo estamos haciendo mal.
Los creyentes están viendo como
normal que no se confronte el pecado bajo la fachada de la tolerancia, están
viendo líderes que viven vidas llenas de lujos y comodidades, que poco o nada
les sirven de ejemplo mientras ellos son quebrantados. Vemos como el pecado
contamina el mundo y nada estamos haciendo por ello. Necesitamos una iglesia
diferente, una iglesia como la de antaño, una iglesia quebrantada, disciplinada
en la oración, que busca la gloria de Dios y no la del hombre, hombres y
mujeres comprometidos con la verdad sin importar las consecuencias. Pero para
ello se necesita ser quebrantado.
DESARROLLO
Dios solo puede usar cosas
quebradas, aquellas que permanecen iguales no pueden ser usadas por Dios. Jesús
tuvo que partir el pan y los peces para alimentar a las multitudes, el pueblo
de Israel tuvo que ser quebrantado en el desierto para poder entrar en la
tierra prometida, Moisés tuvo que ser quebrantado con el destierro y su vida
durante 40 años sirviendo como pastor de ovejas en el desierto antes de ser
usado por Dios para liberar a su pueblo, David tuvo que ser quebrantado al ser
perseguido por Saúl, Pedro tuvo que ser quebrantado cuando negó a su maestro,
Jesús mismo tuvo que ser quebrantado y humillado para someterse a la voluntad
del Padre y así cada hombre que Dios ha usado, ha sido quebrantado en su
orgullo, vanidad, fama o renombre ante los ojos de los hombres para que su
gloria se hiciese manifiesta.
El quebrantamiento es un proceso
de disciplina amorosa de Dios, así he preferido llamarla, porque las escrituras
dicen: “A quien Dios ama, a este disciplina” Heb 12:6. Durante este proceso
somos sometidos a diversas pruebas para que Dios pueda purgar de nosotros
aquello que no da gloria a su nombre. La historia de Job es un maravilloso
ejemplo de la disciplina de Dios sobre un hombre a quien Dios mismo consideraba
justo, podemos pensar que Dios no obraría así con nosotros, que tenga misericordia
de nosotros de llegar a tratar con nosotros de esa forma, pero así es como el
perfecciona el corazón del hombre.
Al hombre rico Jesús le dijo: “Si
quieres ser perfecto ve y vende todo lo que tienes, entrégaselo a los pobres y
ven y sígueme”, pero este hombre rehusó seguirle porque le implicaba someterse
y ser quebrantado.
CONCLUSION
Tenemos una generación de
creyentes que rehúsan ser quebrantados debido al engaño de las riquezas y
placeres de este mundo, todos debemos reconocer sin lugar a dudas que si Dios
nos pidiera soltar aquello que tenemos, nos costaría. Aun he visto e oído a
muchos predicadores excusarse o tratar este tema desviando su atención de la
petición de Jesús, diciendo cosas como que Jesús no quería quitarle todo, que
el solo estaba probando su corazón, que Dios no haría eso con nosotros, y
entonces, ¿dónde está el quebrantamiento? No hay quebrantamiento sin desapego,
sin soltar, sin dejar de lado algo.
Necesitamos ser quebrantados para
poder ser usados por Dios, de modo contrario solo obraremos en la carne y
nuestras obras no pasaran la prueba del fuego, necesitamos que Dios quebrante
nuestros corazones para que podamos ir tras él. De otra forma, podemos creer
que estamos siendo usados por Dios, que estamos haciendo lo correcto, pero
podamos al final salir desaprobados y terminar dándonos cuenta que todo lo
hicimos por vanagloria.
Oremos, Señor quebranta nuestro
ser, no queremos permanecer impávidos ante el pecado, queremos conquistarnos a
nosotros mismos y en el proceso ayudar a otros a lograrlo, te necesitamos
porque sin ti es imposible, nos sometemos voluntariamente a tu voluntad y te
pedimos que obres en nuestra vida para que tu poder y gloria sean manifiestos a
todos, en el nombre de Jesús, amen.
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