viernes, 20 de octubre de 2017

MATRIMONIO - TU FELICIDAD NO DEPENDE DE TU PAREJA


TU FELICIDAD NO DEPENDE DE TU PAREJA

Cantares 7:10 Yo soy de mi amado,
Y conmigo tiene su contentamiento.

INTRODUCCION

Otro de los puntos que entendí mal cuando pensaba en el matrimonio, era que mi cónyuge tenía que hacerme feliz. Cuando me casé, me di cuenta rápidamente que mi cónyuge no siempre podía hacerme feliz, entonces fue que comprendí que mi felicidad no podía estar sobre mi cónyuge, pues tanto ella como yo no podemos hacer feliz al otro sino por breves momentos, así que tratar de hacer feliz al otro, aunque es algo noble, es una tarea titánicamente agotadora que ningún cónyuge puede lograr.

Y es así para que cada cónyuge encuentre la verdadera fuente de su felicidad en Dios, nadie más que él puede darnos ese gozo que permanece, que alegra y hermosea el corazón.
Quien no encuentra su gozo en Dios está condenado a sufrir y a separarse al no encontrar en su cónyuge la felicidad que buscaba.

DESARROLLO

Vivimos en una sociedad egoísta que solo busca la autosatisfacción y al no encontrarla prefiere desbaratar cualquier compromiso con tal de ir tras sus propios deseos. El creyente en cambio entiende que no puede ser verdaderamente feliz o pleno sin Dios, y es el quien satisface y llena de plenitud su corazón, dándole lo que conocemos como: Contentamiento. El cual es don de Dios.

El hombre que no está contento con lo que tiene jamás será feliz, pues siempre encontrara algo que le hace falta, más dinero, una mujer más bella o más joven, más sexo, bueno, en fin, muchas cosas más.

La escritura nos dice: Eclesiastés 5:19 Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios. Y es cierto, Dios es quien nos da el privilegio de tener lo que tenemos, hasta nuestro cónyuge, y aun nos permite disfrutar de todo.

CONCLUSION

Es en Dios mi querido hermano en donde debes buscar tu felicidad, no en tu cónyuge. Cuando la encuentres en Dios, te darás cuenta que tu felicidad no dependerá de las cosas que tienes, ni de la felicidad que tu cónyuge te da, disfrutaras más de tu pareja y se amaran con mayor intensidad.

Disfruta de tu pareja, amala, hazla feliz en la medida de tus posibilidades. Pero nunca te pongas cargas que Dios no te haya pedido que lleves. Su felicidad no puede estar sustentada en ti, pues si así es, será mucho lo que sufrirá, porque jamás nunca alguien ha podido hacer completamente feliz a alguien, eso solo es don de Dios, quien por medio de su Espíritu Santo no llena de su gozo.

Oremos, Señor ayúdanos a encontrar nuestra felicidad, nuestro gozo en ti, permítenos hacer felices a nuestro cónyuge y servirle con amor siempre, amen.


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