TU FELICIDAD NO DEPENDE DE TU PAREJA
Cantares
7:10 Yo soy de mi amado,
Y
conmigo tiene su contentamiento.
INTRODUCCION
Otro de
los puntos que entendí mal cuando pensaba en el matrimonio, era que mi cónyuge tenía
que hacerme feliz. Cuando me casé, me di cuenta rápidamente que mi cónyuge no
siempre podía hacerme feliz, entonces fue que comprendí que mi felicidad no
podía estar sobre mi cónyuge, pues tanto ella como yo no podemos hacer feliz al
otro sino por breves momentos, así que tratar de hacer feliz al otro, aunque es
algo noble, es una tarea titánicamente agotadora que ningún cónyuge puede
lograr.
Y es así
para que cada cónyuge encuentre la verdadera fuente de su felicidad en Dios,
nadie más que él puede darnos ese gozo que permanece, que alegra y hermosea el
corazón.
Quien
no encuentra su gozo en Dios está condenado a sufrir y a separarse al no
encontrar en su cónyuge la felicidad que buscaba.
DESARROLLO
Vivimos
en una sociedad egoísta que solo busca la autosatisfacción y al no encontrarla
prefiere desbaratar cualquier compromiso con tal de ir tras sus propios deseos.
El creyente en cambio entiende que no puede ser verdaderamente feliz o pleno
sin Dios, y es el quien satisface y llena de plenitud su corazón, dándole lo
que conocemos como: Contentamiento. El cual es don de Dios.
El
hombre que no está contento con lo que tiene jamás será feliz, pues siempre
encontrara algo que le hace falta, más dinero, una mujer más bella o más joven,
más sexo, bueno, en fin, muchas cosas más.
La
escritura nos dice: Eclesiastés 5:19 Asimismo, a todo hombre a quien Dios da
riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte,
y goce de su trabajo, esto es don de Dios. Y es cierto, Dios es quien nos da el
privilegio de tener lo que tenemos, hasta nuestro cónyuge, y aun nos permite
disfrutar de todo.
CONCLUSION
Es en
Dios mi querido hermano en donde debes buscar tu felicidad, no en tu cónyuge.
Cuando la encuentres en Dios, te darás cuenta que tu felicidad no dependerá de
las cosas que tienes, ni de la felicidad que tu cónyuge te da, disfrutaras más
de tu pareja y se amaran con mayor intensidad.
Disfruta
de tu pareja, amala, hazla feliz en la medida de tus posibilidades. Pero nunca
te pongas cargas que Dios no te haya pedido que lleves. Su felicidad no puede
estar sustentada en ti, pues si así es, será mucho lo que sufrirá, porque jamás
nunca alguien ha podido hacer completamente feliz a alguien, eso solo es don de
Dios, quien por medio de su Espíritu Santo no llena de su gozo.
Oremos,
Señor ayúdanos a encontrar nuestra felicidad, nuestro gozo en ti, permítenos
hacer felices a nuestro cónyuge y servirle con amor siempre, amen.
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