lunes, 30 de octubre de 2017

TIEMPO DE REFLEXION


Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de sus hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, por donde perdía lentamente parte de su contenido, mientras que la otra era perfec­ta y por ello conservaba toda el agua hasta el final del largo cami­no a pie, desde el arroyo hasta la casa del aguador, pero cuando llegaban, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde lue­go la vasija sana estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la po­bre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imper­fección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.
Entonces, la tinaja quebrada le habló al aguador así, diciéndole: "Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías recibir".
El aguador, le dijo compasivamente: "Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino".
Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sentía apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.
El aguador le dijo entonces: "¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grie­tas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a lo largo del camino por donde vas y todos los días las has rega­do; y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar mi hogar. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza".

2Co 4:7 Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de nosotros.

Cada uno de nosotros ha sufrido sus propias grietas. Todos somos en algún aspecto como esa vasija agrietada, pero debemos tener pre­sente que siempre existirá la posibilidad de aprovechar nuestras propias "limitaciones" para que, en vez de sufrirlas, logremos sa­car de ellas el mejor provecho, y que si están allí, de seguro para algo han de servir. Todo aquel que ha sido quebrantado y luego recibe el consuelo de Dios, es útil para consolar a aquellos que sufren, quien ha sido débil y ha madurado, luego puede ayudar a quienes buscan la madurez. Dios usa todo nuestro quebranto, depresión, tristeza y angustias para forjar en nosotros la imagen de Cristo. Para que al crecer y madurar luego de haber sido quebrantados llevemos fruto apacible de justicia. La reflexión de hoy nos hace pensar y ser agradecidos por todo aquello que Dios permite en nuestras vidas para quebrantarnos, pues al hacerlo, aunque duela, luego seremos siervos más útiles a su servicio, quien no ha sido quebrantado no podrá entender el sufrimiento del prójimo, pero sí en cambio sufrimos podemos ser útiles en nuestro llamado a servir. El pasaje bíblico nos recuerda que somos vasijas de barro moldeadas a gusto de nuestro hacedor, para que todo lo que hagamos muestre la gloria de aquel que nos creó. Las vasijas de barro son usadas en hogares humildes, para que con la misma humildad todos puedan reconocer la grandeza de nuestro Señor y Salvador.

GUIA DE ESTUDIO
¿Has sido quebrantado alguna vez?
¿Como piensas que Dios ha usado tu quebranto?
¿Ha sido útil el quebrantamiento sobre tu vida?
¿Qué has comprendido luego del quebrantamiento?


domingo, 29 de octubre de 2017

PREDICA DOMINICAL - DIOS USA A LOS QUEBRANTADOS


DIOS USA A LOS QUEBRANTADOS

Salmo 34:18 El Señor está cerca de los quebrantados de corazón,
 y salva a los de espíritu abatido. 


INTRODUCCION

La iglesia no busca ser quebrantada, solo busca comodidad, bendiciones y las cosas que persiguen los que no conocen de Dios. La iglesia persigue lo mismo que el mundo, fama, reconocimiento, dinero, felicidad y se olvida de su llamado, de su misión.

Estamos siendo duramente criticados por el mundo con razón, Jesús dijo dichosos cuando hablen mal de vosotros y sea mentira, pero hoy muchos nos critican con razón, alcahueteamos la vagancia espiritual, poco o nada nos preocupamos por la vida de oración de nuestra congregación, son más los que asisten a ver milagros, sanidades y profecías que aquellos que se acercan a los servicios de oración, que es lugar donde deberíamos estar, entonces, algo estamos haciendo mal.

Los creyentes están viendo como normal que no se confronte el pecado bajo la fachada de la tolerancia, están viendo líderes que viven vidas llenas de lujos y comodidades, que poco o nada les sirven de ejemplo mientras ellos son quebrantados. Vemos como el pecado contamina el mundo y nada estamos haciendo por ello. Necesitamos una iglesia diferente, una iglesia como la de antaño, una iglesia quebrantada, disciplinada en la oración, que busca la gloria de Dios y no la del hombre, hombres y mujeres comprometidos con la verdad sin importar las consecuencias. Pero para ello se necesita ser quebrantado.

DESARROLLO

Dios solo puede usar cosas quebradas, aquellas que permanecen iguales no pueden ser usadas por Dios. Jesús tuvo que partir el pan y los peces para alimentar a las multitudes, el pueblo de Israel tuvo que ser quebrantado en el desierto para poder entrar en la tierra prometida, Moisés tuvo que ser quebrantado con el destierro y su vida durante 40 años sirviendo como pastor de ovejas en el desierto antes de ser usado por Dios para liberar a su pueblo, David tuvo que ser quebrantado al ser perseguido por Saúl, Pedro tuvo que ser quebrantado cuando negó a su maestro, Jesús mismo tuvo que ser quebrantado y humillado para someterse a la voluntad del Padre y así cada hombre que Dios ha usado, ha sido quebrantado en su orgullo, vanidad, fama o renombre ante los ojos de los hombres para que su gloria se hiciese manifiesta.

El quebrantamiento es un proceso de disciplina amorosa de Dios, así he preferido llamarla, porque las escrituras dicen: “A quien Dios ama, a este disciplina” Heb 12:6. Durante este proceso somos sometidos a diversas pruebas para que Dios pueda purgar de nosotros aquello que no da gloria a su nombre. La historia de Job es un maravilloso ejemplo de la disciplina de Dios sobre un hombre a quien Dios mismo consideraba justo, podemos pensar que Dios no obraría así con nosotros, que tenga misericordia de nosotros de llegar a tratar con nosotros de esa forma, pero así es como el perfecciona el corazón del hombre.

Al hombre rico Jesús le dijo: “Si quieres ser perfecto ve y vende todo lo que tienes, entrégaselo a los pobres y ven y sígueme”, pero este hombre rehusó seguirle porque le implicaba someterse y ser quebrantado.

CONCLUSION

Tenemos una generación de creyentes que rehúsan ser quebrantados debido al engaño de las riquezas y placeres de este mundo, todos debemos reconocer sin lugar a dudas que si Dios nos pidiera soltar aquello que tenemos, nos costaría. Aun he visto e oído a muchos predicadores excusarse o tratar este tema desviando su atención de la petición de Jesús, diciendo cosas como que Jesús no quería quitarle todo, que el solo estaba probando su corazón, que Dios no haría eso con nosotros, y entonces, ¿dónde está el quebrantamiento? No hay quebrantamiento sin desapego, sin soltar, sin dejar de lado algo.

Necesitamos ser quebrantados para poder ser usados por Dios, de modo contrario solo obraremos en la carne y nuestras obras no pasaran la prueba del fuego, necesitamos que Dios quebrante nuestros corazones para que podamos ir tras él. De otra forma, podemos creer que estamos siendo usados por Dios, que estamos haciendo lo correcto, pero podamos al final salir desaprobados y terminar dándonos cuenta que todo lo hicimos por vanagloria.


Oremos, Señor quebranta nuestro ser, no queremos permanecer impávidos ante el pecado, queremos conquistarnos a nosotros mismos y en el proceso ayudar a otros a lograrlo, te necesitamos porque sin ti es imposible, nos sometemos voluntariamente a tu voluntad y te pedimos que obres en nuestra vida para que tu poder y gloria sean manifiestos a todos, en el nombre de Jesús, amen.

viernes, 27 de octubre de 2017

MATRIMONIOS - HAY QUE AGRADAR A TU CONYUGE


HAY QUE AGRADAR A TU CÓNYUGE

1Co 7:33 Pero el casado se preocupa de las cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposa; 

INTRODUCCION

Puede que parezca que agradar a nuestro cónyuge no parece algo muy espiritual, pero si no es, porque con ello viene un trato especial para nuestro ser.
Todos quisiéramos que nuestro cónyuge nos agradara un 100%, pero eso no ocurre, siempre encontramos algo que nos desagrada de nuestra pareja, puede ser su forma de hablar, de vestir, su trabajo, su desconfianza, su poca autoestima, sus emociones, sus celos, sus problemas emocionales, sus temores, su falta de apoyo entre muchas otras que solo quien está casado podrá entender.
De allí que la escritura nos revele que el casado debe agradar a su cónyuge.

DESARROLLO

En verdad te esmeras por agradar a tu cónyuge o estas esperando a que sea ella o el quien te agrade primero a ti. Se que en el hogar siempre han de surgir nuevos desafíos que vienen con los problemas, muchos de ellos por no prestar atención a nuestro cónyuge en lo que le agrada.
Cuantas veces te encuentras con sorpresas desagradables por cosas que esperabas que fueran hechas por tu cónyuge y no suceden, esperas una sorpresa, o que no te sorprendan, que te digan que te aman, o que no solo lo digan, sino que lo demuestren, que te apoyen cuando te sientes derrumbado, que te animen cuando estas triste, son miles de oportunidades las que tenemos en pareja para agradar a nuestro cónyuge, pero esto solo es posible en la medida en que conocemos a nuestro cónyuge. Nadie puede agradar a nadie si primero no se interesa en lo que le importa a esa persona. Si no nos preocupamos por conocer a nuestro cónyuge y lo que le agrada, nunca le agradaremos.
¿Le conoces bien?, ¿conoces sus gustos, lo que le gusta comer, hacer, disfrutar, leer, ver?, si no, pues es tiempo de tener conversaciones más productivas que te permitan conocer lo que agrada a tu cónyuge. Conozco parejas que no saben cuál es la comida favorita de su cónyuge, no saben aquello que les disgusta. ¿Te has preguntado que él lo que más disgusta a mi cónyuge de mí?, es probable que si no se lo has preguntado, nunca lo sepas, porque no siempre lo decimos.
Hace cuanto que no te preocupas por agradar a tu cónyuge, en como vistes, como hueles, con tu aseo personal, con tus invitaciones, con tu forma de hablar de él o ella, con tu apoyo, tu ayuda, y lo más importante, con tu oración.
El agradar a nuestra pareja también tiene que ver con vivir una vida en santidad, apartados de los pensamientos de lujuria, cuando abandonas vicios que te hacen daño y le hacen daño a tu pareja, cuando te apartas del egoísmo de tu corazón, cuando dejas la envidia, cuando buscas lo mejor para tu cónyuge, cuando le perdonas y le tratas con paciencia.  

CONCLUSION

Solo basta recordar todo aquello que hacíamos para conquistar a nuestro cónyuge para darnos cuenta lo dejados que nos hemos vuelto. No siempre tenemos que estar perfectos, pero si lo hacemos una que otra vez, nuestra pareja sentirá que le amamos y que nos importa.
Tratar de agradar no es imposible, solo se necesita de buena comunicación y entendimiento de nuestra pareja, si lo logramos podremos llevar un matrimonio más acorde a los principios bíblicos
Se que parece difícil, y a veces lo es, pero no es imposible, y no se trata solo de agradar en las cosas superficiales, sino de tratar de mantenernos en santidad, servicio, apoyo y amor constantes para con ellos.
Tu cónyuge lo agradecerá y ambos se sentirán florecer en el amor que se cultiva con paciencia y servicio.

Oremos, Señor ayúdanos a agradar a nuestro cónyuge no solo con nuestro comportamiento y acciones exteriores, sino en nuestro interior manteniéndonos íntegros y santos para nuestra pareja, cultivando ese amor y dedicación para agradar a nuestro cónyuge, amen. 


martes, 24 de octubre de 2017

ESTUDIO BÍBLICO JUAN 13


ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

Joh 13:1  Se acercaba la fiesta de la Pascua.  Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre.  Y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo,  los amó hasta el fin.
Ahora Juan hace referencia a otra fiesta, Juan es quien más referencias hace de las fiestas judías, pues creemos que todo tiene un propósito, y con ello nos cuenta como Jesús vino a cumplir algunas de estas fiestas que se celebraban.
Joh 13:2   Llegó la hora de la cena.  El diablo ya había incitado a Judas Iscariote,  hijo de Simón,  para que traicionara a Jesús.
Juan nos describe lo sucedido cuando llego la hora de la cena que Jesús toma con sus discípulos antes de ser entregado y nos comenta que Judas había sido incitado para traicionar a Jesús. Esto nos muestra cómo funcionan las asechanzas y maquinaciones del diablo, quien puede incitar nuestros pensamientos para cometer los más graves actos de necedad, pecado e imprudencia. El enemigo nos incita a través de pensamientos que pone en nuestra mente, lo importante es aguzarse en el discernimiento de aquello que pasa por nuestra mente, pensamientos que son contrarios a la verdad o que nos incitan a cometer actos malvados y perversos tienen un origen, el diablo, y es en nuestra mente en donde debe librarse la más dura batalla.
Joh 13:3   Sabía Jesús que el Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio, y que había salido de Dios y a él volvía;
Jesús ya conoce lo que ha de suceder, para que toda potestad le fuese concedida tendría que salir de Dios y volver a él por medio de la muerte en la cruz.
Joh 13:4   así que se levantó de la mesa,  se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura.
Joh 13:5   Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a sus discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.
Jesús ha venido para servir y no para ser servido y eso lo demuestra en cada acto de su ministerio, antes de tomar la cena se humilla ante ellos tomando el lugar del siervo más humilde de un hogar, quien era el que lavaba los pies de los invitados a la cena. Este acto de humildad nos muestra el carácter obediente y de amor sincero con el que Jesús ama a sus discípulos.
Joh 13:6   Cuando llegó a Simón Pedro,  éste le dijo:  --¿Y tú,  Señor,  me vas a lavar los pies a mí?
Joh 13:7   --Ahora no entiendes lo que estoy haciendo --le respondió Jesús--,  pero lo entenderás más tarde.
Joh 13:8   --¡No!  --protestó Pedro--.  ¡Jamás me lavarás los pies!  --Si no te los lavo,* no tendrás parte conmigo.
Joh 13:9   --Entonces,  Señor,  ¡no sólo los pies sino también las manos y la cabeza!
Joh 13:10  --El que ya se ha bañado no necesita lavarse más que los pies --le contestó Jesús--;  pues ya todo su cuerpo está limpio.  Y ustedes ya están limpios,  aunque no todos.
Joh 13:11  Jesús sabía quién lo iba a traicionar,  y por eso dijo que no todos estaban limpios.
Jesús lava los pies de sus discípulos en señal de limpieza espiritual y mental, confirmando su llamado al ministerio, y tenemos esta certeza, porque había uno que no estaba limpio en sus pensamientos debido a la contaminación que tenía por la incitación que había permitido en sus pensamientos. Mientras las mentes y pensamientos de los otros discípulos no permitieron que el diablo les incitara a traicionar a Jesús, Judas si lo permitió. Pedro protesta ante Jesús queriendo impedir que le lave sus pies, pues no quería someterle a semejante humillación a su maestro, pero Pedro no comprendía la gran verdad que Jesús manifestaba ante ellos, diciéndoles que si no se los lavaba, no tendría parte o lugar con él en su ministerio, a lo que luego pidió entonces ser bañado por completo, entonces, Jesús responde que quien se ha lavado en Cristo o por el bautismo de inmersión en agua, proceso que algunos de ellos ya habían vivido con Juan Bautista y que seguramente ya habían vivido luego los otros discípulos con Jesús (Juan 4:1), ahora solo necesitaban lavarse los pies para participar del llamado que Cristo tenía particularmente para ellos.
Joh 13:12  Cuando terminó de lavarles los pies,  se puso el manto y volvió a su lugar.  Entonces les dijo:  --¿Entienden lo que he hecho con ustedes?
Joh 13:13  Ustedes me llaman Maestro y Señor,  y dicen bien,  porque lo soy.
Joh 13:14  Pues si yo,  el Señor y el Maestro,  les he lavado los pies,  también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros.
El lavado de los pies además de tener una implicación espiritual, también tiene una implicación terrenal, cuando nos lavamos los pies los unos a los otros, le decimos a nuestro hermano, mira seguimos a nuestro maestro, y queremos servirte a ti también. EL servicio a los hermanos es parte vital de la iglesia. Cuando nos lavamos los pies decimos que hacemos parte de la misma casa y que estamos dispuestos a humillarnos para servir a nuestro hermano.
Joh 13:15  Les he puesto el ejemplo,  para que hagan lo mismo que yo he hecho con ustedes.
Joh 13:16  Ciertamente les aseguro que ningún siervo es más que su amo,  y ningún mensajero es más que el que lo envió.
Joh 13:17  ¿Entienden esto?  Dichosos serán si lo ponen en práctica.
Dichosos quienes ponen en práctica todo aquello que aprenden de su maestro, no abandonemos lo que Jesús nos ha enseñado, lava los pies de aquellos a quienes sirves, porque no somos mayores que nuestro maestro, solo somos mensajeros enviados a cumplir lo que se nos ha encomendado, predicar las buenas nuevas del evangelio en todo el mundo, no pretendamos ser más que Jesús, tan solo ser igual a el, lo cual ya es bastante difícil de alcanzar.
Joh 13:18  "No me refiero a todos ustedes;  yo sé a quiénes he escogido.  Pero esto es para que se cumpla la Escritura:  Él que comparte el pan conmigo me ha puesto la zancadilla.'*
Joh 13:19  "Les digo esto ahora,  antes de que suceda,  para que cuando suceda crean que yo soy.
Jesús nos habla nuevamente de la escogencia en su presciencia de aquellos a quienes habría de nombrar sus discípulos, y aun de aquel a quien habría de traicionarlo, para que se cumpliera la escritura según lo dicho por el salmista en Salmos 41:9. Jesús habla proféticamente de un evento que aún no había ocurrido, pero que estaba próximo a ocurrir, de modo que sus discípulos luego supieran de quien había estado hablando en aquel momento.
Joh 13:20  Ciertamente les aseguro que el que recibe al que yo envío me recibe a mí,  y el que me recibe a mí recibe al que me envió.
El que cree al enviado, cree al Hijo que lo envió y cree por consiguiente en el Padre, que fue quien envió al Hijo. Todo es una cadena de autoridad que se sigue en el orden descendente. Jesús obedeció al Padre, y nosotros obedecemos al Hijo. Si hacemos aquello para lo que se nos ha enviado, estaremos siendo obedientes a la voluntad del Padre.
Joh 13:21   Dicho esto,  Jesús se angustió profundamente y declaró:  --Ciertamente les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar.
Joh 13:22   Los discípulos se miraban unos a otros sin saber a cuál de ellos se refería.
Joh 13:23   Uno de ellos,  el discípulo a quien Jesús amaba,  estaba a su lado.
Joh 13:24   Simón Pedro le hizo señas a ese discípulo y le dijo:  --Pregúntale a quién se refiere.
Joh 13:25  --Señor,  ¿quién es?  --preguntó él,  reclinándose sobre Jesús.
Jesús les hace saber que hay alguien dentro de ellos que habrá de traicionarle, lo cual genero suspicacias entre ellos por saber quién podría ser el traidor, aquel que habiendo recibido su amor, sus enseñanzas, nada de ello pudo con su duro corazón. Aquí Juan es nombrado como aquel discípulo a quien Jesús amaba, hace referencia al cariño especial que Jesús le prodigaba, a tal punto que Pedro le pide a él, siendo el más cercano a Jesús, le pregunte. Pero Jesús sabiéndolo no se los dice, hasta que ellos se den cuenta por sí mismos. Hay cosas que el Señor nos muestra no para que juzguemos o critiquemos a quien obra mal, sino para que podamos ayudarle si es posible o nos atengamos a las consecuencias de lo que habrá de venir.
Joh 13:26  Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón.
Joh 13:27  Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto.
Jesús revela delante de todos a Judas como el traidor, quien debió sentirse incomodo delante de todos ellos al punto de llenarse Satanás en su interior. Existe una gran controversia sobre si Judas era parte del plan de Jesús para hacer su voluntad, o si solo revelo lo que había en su interior. Claramente Judas muestra a aquel discípulo que aunque conoce al maestro, aprende de él, logra muchas cosas, jamás cambia en su interior por lo que termina por ser usado por el mal para hacer daño.
Joh 13:28  Pero ninguno de los que estaban a la mesa entendió por qué le dijo esto.
Joh 13:29  Porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: Compra lo que necesitamos para la fiesta; o que diese algo a los pobres.
Joh 13:30  Cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió; y era ya de noche.
Es interesante que a pesar de revelar a quien habría de traicionarlo delante de todos, ninguno de ellos entendió el mensaje. Es muy probable que el único que entendiera lo que Jesús le decía era Judas y debió sentirse terrible en aquel momento, a pesar de que nadie más lo entendió hasta ese momento, pero que luego comprenderían al verlo entregar a su maestro. La vergüenza y la tristeza son el camino de aquellos que a pesar de recibir la enseñanza de Jesús persisten en su maldad.
Joh 13:31  Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él.
Joh 13:32  Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará.
Jesús parece un poco más aliviado en su discurso ante los discípulos para comentarles lo que habría de venir con su crucifixión. La gloria de Dios se hace presente para el hijo, quien glorifica al padre, para que le dé más gloria. El evento de la cruz más allá de un evento cruel y despiadado se convirtió en un evento que glorificaría al Hijo y este a su vez al Padre.
Joh 13:33  Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir.
Allí sentado junto a ellos les comparte unas ultimas menciones especiales, primero les confirma que estará con ellos por poco tiempo, y aunque le busquen no le encontraran, porque a donde se dirige, la muerte, ninguno de ellos podrá ir.  
Joh 13:34  Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
La siguiente mención especial se trata del mandamiento que sus discípulos tendrían que tener en cuenta a la hora de considerarse discípulos de Cristo, amarse los unos a los otros, tal cual como Cristo les amo.
Joh 13:35  En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Y lo confirma diciéndoles que la forma en que les reconocerán como discípulos de Cristo es cuando tengan amor los unos por los otros. Una meta difícil y bastante alta que alcanzar como seres humanos. Su amor no niego su justicia, pero su amor está por encima de muchas cosas.
Joh 13:36  Le dijo Simón Pedro: Señor, ¿a dónde vas? Jesús le respondió: A donde yo voy, no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después.
Pedro muestra su terquedad, algo muy común en nuestra naturaleza humana, insistiendo en preguntar a donde ira, a lo que Jesús le responde que no le podrá seguir en ese momento, pero seguramente lo haría después, tal cual como sucedió, pues Pedro murió en la cruz según los historiadores.
Joh 13:37  Le dijo Pedro: Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti.
Pedro es capaz de decir cosas en ese momento que luego no podrá mantener, como la gran mayoría de nosotros. Pedro claramente nos muestra un carácter de vaivén, como las olas. Un día decimos algo y al otro cambiamos de opinión. Por eso en muchas ocasiones es mejor guardar silencio.  
Joh 13:38  Jesús le respondió: ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo: No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces. 

Jesús revela con claridad el corazón de Pedro mencionándole que aunque prometió dar su vida por él, le negaría tres veces.  Este debió ser un momento incómodo para Pedro quien parecía querer entregar su vida, pero se encontró con su corazón revelado en las palabras de Jesús. La historia de Pedro es una historia de redención, de nuevas oportunidades, de cambio y del poder de Dios obrando en nosotros viles pecadores para cambiar aquello que nos cuesta, para luego entregarnos por completo.


lunes, 23 de octubre de 2017

TIEMPO DE REFLEXIÓN


En mi dual profesión de educadora y trabajadora de la salud, he tenido contacto con muchos niños infectados por el virus del sida.

Las relaciones que mantuve con esos niños especiales han sido grandes dones en mi vida. Ellos me enseñaron muchas cosas, pero descubrí, en especial el gran coraje que se puede encontrar en el más pequeño de los envoltorios. Permíteme que te hable de Tyler.
Tyler nació infectado con el VIH; su madre también lo tenía. Desde el comienzo mismo de su vida, el niño dependió de los medica­mentos para sobrevivir. Cuando tenía cinco años, le insertaron quirúrgicamente un tubo en una vena del pecho. Ese tubo estaba conectado a una bomba, que él llevaba a la espalda, en una pe­queña mochila. Por allí se le suministraba una medicación cons­tante que iba al torrente sanguíneo. A veces también necesitaba un suplemento de oxígeno para complementar la respiración.
Tyler no estaba dispuesto a renunciar un solo momento de su in­fancia por esa mortífera enfermedad.
No era raro encontrarlo jugando y corriendo por su patio, con su mochila cargada de medicamentos y arrastrando un carrito con el tubo de oxígeno. Todos los que lo conocíamos nos maravillamos de su puro gozo de estar vivo y la energía que eso le brindaba. La madre solía bromear diciéndole que, por lo rápido que era, tendría que vestirlo de rojo para poder verlo desde la ventana cuando jugaba en el patio.
Con el tiempo, esa temible enfermedad acaba de gastar hasta a las pequeñas dinamitas como Tyler. El niño enfermó de gravedad. Por desgracia, sucedió lo mismo con su madre, también infectada con el VIH. Cuando se tornó evidente que Tyler no iba a sobrevivir, la mamá le habló de la muerte. Lo consoló diciéndole que ella también iba a morir y que pronto estarían juntos en el cielo.
Pocos días antes del deceso, Tyler hizo que me acercara a su cama del hospital para susurrarme: “Es posible que muera pronto. No tengo miedo. Cuando me muera vísteme de rojo, por favor.
Mamá me prometió venir al cielo. Cuando ella llegue yo estaré jugando y quiero asegurarme que pueda encontrarme”.

Salmo 91:2  Diré yo a Jehová:  Esperanza mía,  y castillo mío;
 Mi Dios,  en quien confiaré.


Vivir implica un coraje necesario para mantenerse en medio de la lucha constante de la vida. Dios ha dotado al hombre de un espíritu para que pueda responder a su llamado, quien no responde endurece su corazón al punto de perder toda esperanza. Jesús tuvo el coraje de dar su vida por nosotros para mostrarnos el amor del Padre, para que tuviéramos por medio suyo vida eterna. La historia de esta pequeña reflexión nos recuerda donde debe estar puesta nuestra esperanza, en la vida eterna y en Dios que no cambia. La vida suele ser cruel y difícil, y como seres humanos debemos comprender que el sufrimiento hace parte del camino, y si no encontramos algo inmutable sobre lo cual colocar todas nuestras esperanzas, llegara el día en que no tengamos de donde asirnos y perderemos toda esperanza. Este pequeño niño nos recuerda que no importan las circunstancias, los problemas, las enfermedades Dios es quien nos capacita para soportar y nos da el consuelo que nuestra alma afligida necesita en medio de toda necesidad. El salmista nos recuerda en donde puso su confianza y esperanza, en aquel que es el castillo de nuestra salvación y que como guerrero valiente e ha levantado para que quienes creamos en él podamos descansar en sus promesas y en su amor.

GUIA DE ESTUDIO
Si sufres, ¿en quién confías?
Si pierdes, ¿en quién confías?
Si amas, ¿en quién confías?

En medio de la necesidad, ¿en quién confías?

domingo, 22 de octubre de 2017

PREDICA DOMINICAL - LE SIGUES Y TE TRANSFORMAS O TE APARTAS


LE SIGUES Y TE TRANSFORMAS O TE APARTAS

PASAJE:
Mat 8:34 Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos.

INTRODUCCIÓN

El hombre solo puede elegir 2 caminos ante el poder de Dios. Uno para vida y el otro para destrucción. Así lo ha dispuesto el Señor para que el corazón abrumado en tinieblas se transforme o se desvanezca. Dios a dispuesto la verdadera vida ante los ojos del hombre de muchas y variadas formas para que no tenga excusa de su poder y gloria que se muestran en la creación.

Pero el corazón es terco, prefiere hundirse en la inmundicia, como el perro que vuelve a su propio vómito y el cerdo que vuelve al lodazal. Muchos prefieren continuar en el pecado y el apego a su animosidad antes que reconocer que Dios quiere conducirlos al arrepentimiento.

El enemigo en la oscuridad se mueve con pensamientos de temor con los que instiga el corazón del hombre para que este no busque ser transformado.

DESARROLLO

Después de participar de primera mano en la expulsión de una legión de demonios de un hombre, y las consecuencias posteriores con los cerdos, obra poderosa de liberación por parte del Señor. Los hombres de aquella región se llenaron de temor, por cuanto vieron el poder de Dios en acción. Como mencionamos anteriormente el hombre puede tomar dos decisiones ante su poder: le sigue y se trasforma o le pide al igual que esta población que se vaya, para huir de él.

Un hecho tan poderoso tiende a revelar la verdad de una forma sobrenatural que deja al descubierto la naturaleza de los poderes malignos, y cuando ellos quedan en evidencia el hombre puede responder huyendo y amedrentándose ante lo sucedido, o podemos contemplar el poder de Dios y su grandeza para que continúe obrando con poder en nuestras vidas.

Quieres seguir huyendo y saliéndole al paso, o prefieres ser transformado y liberado de influjo de las tinieblas para conocerle y vivir en la realidad, sin huir de ella, sin tratar de hacernos los de la vista gorda ante ella.

CONCLUSION

Solo un profundo conocimiento de Dios en lo secreto, en lo íntimo puede darnos la seguridad y certeza de que nuestro corazón se dirigirá al lugar correcto. A la luz, a la vida, al amor. Quienes están lejos de la luz, no pueden distinguir lo falso de lo verdadero y la confrontación de la mentira puede hacer que se alejen de la verdad, pero por ello no podemos dejar de confrontar a las tinieblas con la verdad.

La verdad siempre prevalecerá y quienes reciban la gracia de la salvación podrán ir hacia adelante con la certeza de haber elegido lo mejor.


Oremos, Señor permite que tu poder se establezca en nosotros, tu iglesia, que ella continúe el legado de poder y transformación que siempre tuvo y ha tenido por tu gracia, te amamos y anhelamos ver las obras portentosas de tu poder en medio de nosotros para gloria de tu nombre, amen.

viernes, 20 de octubre de 2017

MATRIMONIO - TU FELICIDAD NO DEPENDE DE TU PAREJA


TU FELICIDAD NO DEPENDE DE TU PAREJA

Cantares 7:10 Yo soy de mi amado,
Y conmigo tiene su contentamiento.

INTRODUCCION

Otro de los puntos que entendí mal cuando pensaba en el matrimonio, era que mi cónyuge tenía que hacerme feliz. Cuando me casé, me di cuenta rápidamente que mi cónyuge no siempre podía hacerme feliz, entonces fue que comprendí que mi felicidad no podía estar sobre mi cónyuge, pues tanto ella como yo no podemos hacer feliz al otro sino por breves momentos, así que tratar de hacer feliz al otro, aunque es algo noble, es una tarea titánicamente agotadora que ningún cónyuge puede lograr.

Y es así para que cada cónyuge encuentre la verdadera fuente de su felicidad en Dios, nadie más que él puede darnos ese gozo que permanece, que alegra y hermosea el corazón.
Quien no encuentra su gozo en Dios está condenado a sufrir y a separarse al no encontrar en su cónyuge la felicidad que buscaba.

DESARROLLO

Vivimos en una sociedad egoísta que solo busca la autosatisfacción y al no encontrarla prefiere desbaratar cualquier compromiso con tal de ir tras sus propios deseos. El creyente en cambio entiende que no puede ser verdaderamente feliz o pleno sin Dios, y es el quien satisface y llena de plenitud su corazón, dándole lo que conocemos como: Contentamiento. El cual es don de Dios.

El hombre que no está contento con lo que tiene jamás será feliz, pues siempre encontrara algo que le hace falta, más dinero, una mujer más bella o más joven, más sexo, bueno, en fin, muchas cosas más.

La escritura nos dice: Eclesiastés 5:19 Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios. Y es cierto, Dios es quien nos da el privilegio de tener lo que tenemos, hasta nuestro cónyuge, y aun nos permite disfrutar de todo.

CONCLUSION

Es en Dios mi querido hermano en donde debes buscar tu felicidad, no en tu cónyuge. Cuando la encuentres en Dios, te darás cuenta que tu felicidad no dependerá de las cosas que tienes, ni de la felicidad que tu cónyuge te da, disfrutaras más de tu pareja y se amaran con mayor intensidad.

Disfruta de tu pareja, amala, hazla feliz en la medida de tus posibilidades. Pero nunca te pongas cargas que Dios no te haya pedido que lleves. Su felicidad no puede estar sustentada en ti, pues si así es, será mucho lo que sufrirá, porque jamás nunca alguien ha podido hacer completamente feliz a alguien, eso solo es don de Dios, quien por medio de su Espíritu Santo no llena de su gozo.

Oremos, Señor ayúdanos a encontrar nuestra felicidad, nuestro gozo en ti, permítenos hacer felices a nuestro cónyuge y servirle con amor siempre, amen.


domingo, 15 de octubre de 2017

PREDICA DOMINICAL - RESTAURANDO PARA SANAR


RESTAURANDO PARA SANAR

PASAJE:
Juan 8:3-11 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio. Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres.  Tú, pues, ¿qué dices? Mas esto decían tentándole, para poder acusarle.  Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo. Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo:  El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella. E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra. Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio. Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban?  ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: Ninguno, Señor.  Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.

INTRODUCCION

Esta historia es reconocida por todos como una prueba maravillosa del amor de Dios, para con alguien que fue sorprendida cuando cometía adulterio, o sea que le era infiel a su esposo. Es fácil enfocarse en el pecado, todos lo podemos evidenciar, no se necesita un discernimiento profundo para reconocerlo en la vida de las personas que nos rodean. Lo realmente difícil es mostrar ese amor profundo con el que Jesús trata a la mujer encontrada cometiendo aquel pecado.

La iglesia hoy en día ha profundizado en los extremos, unas iglesias van en pos del libertinaje, de aceptarlo todo, y de una espiritualidad cada vez más superficial; otras optaron por denunciarlo todo, tratar a todo aquel que no predique como ellos demandan como herejes, falsos profetas y bueno, cuanta palabra bíblica encuentren para desprestigiar, mejor. Nosotros no podemos permanecer inermes ante tanta necesidad de Dios e ir solo en la búsqueda de cazar falsos profetas, o de predicar cosas que no son bíblicas. Si es bíblico, es correcto, si es de Dios prevalecerá el sometimiento de toda enseñanza y profecía al modelo bíblico, pero no podemos dejar de lado la misericordia y el amor que también son bíblicas y necesitan ser puestas en práctica por la iglesia.

DESARRROLLO

El pasaje de Juan nos muestra una mujer sometida al escarnio público, sometida al juicio del pueblo de Dios, una mujer ultrajada y expuesta en lo más íntimo de su ser, no es inocente, pero ¿quién lo es?. La humanidad vive consumida por el pecado, quien necesita que se le exponga vil mente ante todos para reconocerlo, ¿no es evidente?, entonces porque en vez de preocuparnos por juzgar a los demás, no tomamos más bien el ejemplo bíblico de como Cristo lo haría.

Conozco muchos hermanos que hacen notar con mucha frecuencia las equivocaciones de los demás, los pecados de los demás, pero poco o nada miran hacia adentro. Para poder ver con misericordia el pecado de nuestro prójimo, debemos reconocer la viga que hay en nuestros ojos, o que hubo, que nos impedía ver a Dios, como ellos también lo experimentan.

Para poder sanar y permitir que Dios obre en el corazón de aquel que peca, se necesita que la iglesia actúe con sabiduría, que primero restaure la honra del pecador para que luego este pueda empezar un cambio real en su vida. Eso fue lo que hizo Cristo con esta mujer, al verla expuesta, escarnecida por sus detractores, lo primero que Jesús hizo fue recibirla reconociendo la intención del corazón de aquellos que la inculpaban, eso es lo primero que nosotros también debemos lograr reconocer la intención real de nuestro corazón al ver el pecado en nuestro prójimo, reconociéndonos como pecadores, si esto no ocurre la religiosidad hará su aparición, y la inconsciencia tomara lugar para que se obre conforme a la carne y no conforme al espíritu. Lo segundo que Jesús hace es confrontarlos con su pecado, lo cual es necesario cuando queramos confrontar el pecado, primero revisémonos a nosotros mismos para no ser injustos en nuestras apreciaciones. Tercero, Jesús se dirige a la mujer, ¿dónde están aquellos que te acusaban?, ¿ninguno te condenó?, y le dice ni yo te condeno, vete y no peques más. Allí junto al maestro pudo reconocerse pecadora, encontró protección, refugio, descanso. Allí Jesús restauro su honra, y le sano en su interior.

Nadie nos dice que ocurrió con la mujer, pero lo más seguro es que ella abandonara su pecado. Todo el que peca lo hace en la inconsciencia, no es tiene conciencia de pecado, de lo que no es bueno y sano para su vida, solo se envuelve en el pecado hasta perder el control y dejarse llevar. Pero cuando la conciencia aparece, la transformación puede ser consumada, el pecado puede ser abandonado y la verdad empezara a relucir.

Un pecador no necesita de que se le increpe por su pecado, bastante incomodo ya le hace sentir, pero si necesita de que con amor se le ayude, se le respete y se le permita que él pueda reconocerlo por sí mismo a través de la enseñanza de la escritura y con nuestro ejemplo de vida.

CONCLUSIÓN

Para que un pecador pueda sanar su corazón, necesita ser restaurado por Dios, sin restauración de su dignidad y honra en Cristo, lograr un cambio es imposible. Se necesita de esa restauración interior que viene con el perdón de Dios, para que el hombre pueda negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirle.

Es necesario que la iglesia denuncie el pecado y los errores en la enseñanza, eso no puede ser abandonado, pero no se puede convertir esto en una barrera para llegar al pecador y exhortarle La iglesia necesita reconocer el modelo bíblico para reconvenir al pecador, para restaurarle y hacer que Dios se vuelva cercano a él. Si has comprendido la verdad, evita seguir la panacea de los medios cristianos, las iglesias caza-herejes, y de las iglesias donde la superficialidad del evangelio es la norma. Busca de Dios, búscale con todo tu ser, mientras pueda ser hallado.

Oremos, Señor permítenos conocerte y entender como reconvenir a nuestro prójimo que habita en el pecado, ayúdanos a mostrar tu misericordia y amor para con ellos así como un día tú lo hiciste con nosotros, para que podamos exhortar a la verdad, restaurándoles dentro de tu familia e iglesia. Amen.