JUNTOS
PODEMOS RESISTIR
Eclesiastés 4:12 Y si alguno prevaleciere contra
uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.
INTRODUCCION
Toda la vida enfrentamos desafíos complejos, unos
más difíciles que otros. Cuando estábamos solteros enfrentar los desafíos era
más difícil, nos sentíamos solos, afectados, y todo parecía más difícil de
superar.
Ahora que nos hemos casado debemos comprender que
el matrimonio ha sido dispuesto para que en unidad podamos resistir los embates
de la vida.
La vida siempre tiene situaciones o circunstancias
que son difíciles de sobrellevar, una enfermedad, la quiebra, problemas
económicos, deudas, problemas en el trabajo, problemas con el ministerio, con
los hijos, bueno, en fin, casi todo puede en algún momento convertirse en un
problema, aun y con mayor cuidado el pecado.
Pero debemos tener en cuenta que como pareja
estamos para ayudarnos, para resistir la tentación, la mentira, el engaño, los
problemas y cada cosa que se nos presente.
DESARROLLO
El pasaje de Eclesiastés nos recuerda que si para
alguno es difícil enfrentar algo solo, juntos podrán resistir, como la cuerda
que al tener 3 dobleces se hace más difícil de romper.
Solo podremos resistir en la medida en que estemos
unidos en Cristo como pareja para vivir en nuestros hogares, si por el
contrario dejamos a Dios fuera de la ecuación, seremos presas fáciles de
vencer. Por ello el matrimonio ha sido dispuesto para resistir en medio de la
unidad.
Muchos matrimonios parecen estar divididos, y así
no podrán resistir, si el cónyuge se vuelve en nuestra contra terminar por
herir nuestros sentimientos y crear división. De allí, que es importante
fortalecer nuestra unidad como pareja tomando tiempo para conocernos, morir a
nosotros mismos, leyendo las escrituras, amándonos y sirviéndonos.
Conformar parejas solidas en la fe no es nada
sencillo, seguramente tendremos que enfrentar muchos desafíos y dificultades
para que a través de ellas podamos fortalecernos en Cristo y afianzar nuestra
confianza en Dios y en nuestro cónyuge.
Tomemos tiempo para afrontar los problemas,
hablemos con frecuencia para conocernos, pidamos perdón y perdonemos siempre,
todo esto nos ayuda a fortalecer nuestra relación en el amor de Dios,
abandonando el egoísmo que nos divide.
Vivo agradecido con Dios por el hecho de poder
tener alguien con quien enfrentar cada dificultad, ahora junto a mi pareja me
siento más tranquilo, más confiado, sé que puedo confiar, tengo alguien en
quien confiarle mis más oscuros momentos para encontrar apoyo y ayuda.
CONCLUSION
Si no fortalecemos nuestra relación, cuando vengan
los problemas no podremos resistir, y el divorcio terminara siendo la
conclusión de nuestro matrimonio. Pero estamos advertidos, fortalezcámonos en
la fe y el amor para que juntos resistamos las dificultades de la vida, para
que apoyándonos podramos librar cualquier obstáculo.
Ya es difícil lidiar con la vida solo, no seamos
una carga más para nuestro cónyuge, ayudémosle a ser mejor, a dar lo mejor, a
vivir mejor, a buscar más de Dios, convirtámonos en la ayuda idónea que Dios
coloco para servir y amar a nuestra pareja.
No son fáciles los problemas que algunas veces se
nos presentan, pero de seguro juntos vamos a poderlos afrontar mejor, con mayor
entereza, amor y perseverancia.
Oremos, Señor queremos ayudar a nuestro cónyuge a
resistir en medio de las dificultades de la vida, en medio de la tentación y
los problemas, permítenos ser ese bálsamo de paz y tranquilidad en medio de la
tormenta para que podamos juntos librar cualquier adversidad, permítenos
amarnos y resistir juntos todo lo que venga en nuestra contra, para ser
testigos de la verdad y testimonios del verdadero amor matrimonial, amen.
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