lunes, 18 de septiembre de 2017

TIEMPO DE REFLEXIÓN


Un hombre que acababa de encontrarse con Jesús Resucitado, iba a toda prisa por el Camino de la Vida, mirando por todas partes y buscando. Se acercó a un anciano que estaba sentado al borde del camino y le preguntó: "Por favor, señor, ¿ha visto pasar por aquí a algún cristiano?"
El anciano, encogiéndose de hombros le contestó: i Depende del tipo de cristiano que ande buscando".
-Perdone -dijo contrariado el hombre-, pero soy nuevo en esto y no conozco los tipos que hay. Sólo conozco a Jesús.
Y el anciano añadió: "Pues sí amigo; hay de muchos tipos y mane­ras. Los hay para todos los gustos. Hay cristianos por cumplimien­to, cristianos por tradición, cristianos por costumbres, cristianos por superstición, cristianos por obligación, cristianos por conve­niencia, cristianos auténticos...".
- i Los auténticos! i Esos son los que yo busco! i Los de verdad!-. Exclamó el hombre emocionado.
¡Vaya! -dijo el anciano con voz grave-. Esos son los más difíci­les de ver. Hace ya mucho tiempo que pasó uno de esos por aquí, y precisamente me preguntó lo mismo que usted.
-¿Cómo podré reconocerlos?
Y el anciano contestó tranquilamente: "No se preocupe amigo. No tendrá dificultad en reconocerlos. Los cristianos de verdad no pa­san desapercibidos en este mundo de sabios y engreídos. Los re­conocerás por sus obras. Allí donde van, siempre dejan huellas".

Mat 7:20  Así que,  por sus frutos los conoceréis.

Los verdaderos cristianos se hacen evidentes en medio de todo lugar que pisan. Sus acciones muestran que son hijos de Dios, sus frutos de amor, paciencia, perseverancia, fe, bondad, misericordia, y mansedumbre los hacen diferentes entre los hombres. No los veras siendo famosos porque buscan la humildad, no buscan satisfacerse a si mismos, sino cumplir la voluntad de Dios. Procuran morir a si mismos para reflejar en sus vidas a Dios. La historia nos recuerda que es posible que nos encontremos con personas que digan que son cristianos, pero que en realidad no lo son, hay cristianos por cumplimien­to, cristianos por tradición, cristianos por costumbres, cristianos por superstición, cristianos por obligación, cristianos por conve­niencia, hasta que llegamos a los cristianos auténticos, estos no buscan lo suyo, sino la voluntad de su Padre. Sepamos reconocerlos y que su ejemplo encienda en nuestros corazones el amor por Dios. Mateo nos recuerda la enseñanza de Jesús, a los verdaderos creyentes los reconocemos por sus frutos, los cuales son evidentes si nos detenemos un poco.

GUIA DE ESTUDIO
¿Eres tú un verdadero cristiano?
¿Cómo están tus frutos?
¿Que piensan los demás de ti?

¿Pregúntale a alguien con quien tengas confianza sobre tus frutos?

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