EL CONTENTAMIENTO
Pro 5:18 Sea bendito tu manantial,
Y alégrate con la mujer de tu juventud,
INTRODUCCIÓN
Muchas son las veces en las que nos sentimos
tentados al descontento con nuestra pareja, sea porque discutimos, porque no
nos ponemos de acuerdo, porque hay dificultades económicas o porque algo se
entromete en nuestra vida.
Aunque no lo reconozcamos todos nos hacemos
expectativas frente a nuestra pareja, sean lógicas o ilógicas, todos tendemos a
querer que nuestra pareja sea como quisiéramos que fuera, más comprensiva, más
tranquila, menos irascible, más atenta, en fin. Pero cuando no encontramos esto
en nuestro cónyuge podemos llegar a sentirnos muy frustrados, al punto de
querer sacárselo en cara con frecuencia, sobre todo en las discusiones.
Esto hace que se lastime la relación y se abran
puertas al desánimo, y al descontento.
DESARROLLO
No existe una fórmula para hacer que nuestro
cónyuge sea como nosotros quisiéramos que fuera, todos seguramente sin lugar a
dudas si tuviéramos la oportunidad le cambiaríamos algo a nuestro cónyuge, pero
lo que no sabemos es que nuestro cónyuge ha sido planeado de tal forma que
confronte todo nuestro ser, de modo que nuestro contentamiento no dependa de él
o ella, sino que este exclusivamente puesto en Dios.
Nadie está para cumplir las expectativas del otro,
aunque lo que si podemos es mejorar en pos de agradar a nuestro cónyuge, pero
eso no cambia la pereza, ni el mal gusto, ni las decisiones desacertadas de tu
pareja.
La única forma en que podemos estar bien con
nuestro cónyuge es alegrándonos y dando gracias a Dios por la pareja que nos
dio, sea la mejor o no tan buena, es nuestro cónyuge y debemos aprender a
amarlo, eso si sin permitir que este nos conduzca al pecado.
Nuestro contentamiento debe estar asegurado en
Dios, pues es el único que no cambia, que es perfecto y que todo lo ha
dispuesto para nuestro bien, aun aquello que te incomoda de tu cónyuge, o es
que tú ya eres perfecto que no tienes nada que tu pareja tenga que aguantar.
Seguramente eres un ser imperfecto en proceso de perfeccionamiento por parte de
Dios, y el matrimonio hace parte de ese perfeccionamiento.
De allí que necesitamos comprender esta verdad y
salir del engaño, para no hacernos falsas expectativas que nos generen
frustración.
CONCLUSION
Para vivir en un hogar en donde reine el
contentamiento necesitamos cónyuges que confíen en Dios, que oren por sus
parejas, que se sacrifiquen por ellas, y que demuestren el amor con acciones,
que entiendan que el matrimonio es un morir a uno mismo diario, de lo contrario
el conflicto y los problemas no tendrán fin porque somos personas que
necesitamos comprensión, amor y paciencia. Y estos frutos solo son posibles por
medio de la vida espiritual.
un hogar que no conoce a Dios, ni sabe el propósito
del matrimonio está destinado a la ruina, de allí que la escritura nos recuerde
el deleitarnos, gozarnos y disfrutar de nuestro cónyuge.
Esta aseveración bíblica no es solo para el esposo,
sino también para la esposa, ambos necesitan aprender a vivir contentos con lo
que tienen en casa, o sino la tentación de buscar consuelo, ayuda y placer en
otro lugar terminara por destruir su hogar.
Cuídense cuando empiecen a sentir el peso del
descontento, busquen a Dios en donde hay paz, y permitan que sea el quien guie
sus decisiones y palabras para con su cónyuge.
Oremos, Señor perdónanos por poner cargas difíciles
de llevar a nuestro cónyuge, permítenos vivir contentos con su amor, así no sea
el que nosotros anhelamos, ayúdanos a perfeccionarle, permítenos se ayuda y
apoyo en medio de tantas dificultades y vivir bajo tu contentamiento con el
cariño de nuestra pareja, amen.
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