LAS RIQUEZAS ESPIRITUALES
Unidos a Cristo ustedes se han llenado de toda
riqueza, tanto en palabra como en conocimiento.
1 Corintios 1:5 NVI
1 Corintios 1:5 NVI
INTRODUCCIÓN
Seguimos escuchando predicadores que hablan de
prosperidad económica, de riquezas que Dios quiere dar, pero que pasa cuando
esto no sucede, cuando el que escucha por más que se esfuerza en cumplir lo que
su predicador de turno le pide, como diezmos, pactos, primicias y nada sucede,
pues debemos volver a las escrituras para reconocer cuales son las verdaderas
riquezas de las que habla la escritura que el creyente debe poseer.
En mateo encontramos lo siguiente: No te hagas
riquezas en la tierra....
Este pasaje nos recuerda que debemos hacer riquezas
en el cielo donde no pueden ser corroídas o destruidas, pero el pueblo de Dios
aún sigue buscando riquezas materiales, sin importarle las implicaciones que
esto tiene para la eternidad.
DESARROLLO
Cuando la escritura nos dice que hagamos riquezas
en el cielo, nos habla de riquezas espirituales que son conformadas en la
medida de nuestro conocimiento y de nuestra fe que es conforme hablamos. No nos
dejemos engañar de falsos maestros que solo procuran nuestra bendición
económica, cuando en realidad necesitamos con urgencia hacer riquezas
espirituales, necesitamos conocer las escrituras, que nos las enseñen, que
procuren resolver nuestras dudas, que nos den un fundamento sobre el cual
podamos sustentar nuestra fe.
Y luego de tener bien sustentado nuestro
conocimiento de Dios entonces podamos hablar conforme a lo que hemos oído,
podamos creer conforme escuchamos la palabra y podamos hablar luego de aquello
que hemos creído. Un creyente que se ha enriquecido del conocimiento y la
palabra, puede vivir una vida transformada y que da fruto en todo tiempo.
¿Porque entonces nos vamos con tanta frecuencia
engañados tras lo vano de este mundo?, miremos: se van tras los engaños de este
mundo... eso es lo que sucede, muchos se enfrían y su corazón se endurece
debido a que se pierden en las cosas de este mundo, buscando riquezas, fama,
vanagloria, sin reconocer que lo que dice Solomon resulta tan cierto:
"vanidad de vanidades, todo es vanidad" ().
CONCLUSIÓN
Soy un acérrimo enemigo de predicar cosas
acomodadas, de las predicaciones que hacen un excesivo énfasis en el dinero y
la bendición o prosperidad económica, porque creo firmemente que ese no es el
evangelio que se nos envió a predicar, y no veo esos testimonios en la iglesia
primitiva. Somos buenos para atacara a quienes no creen como nosotros y que no
se basan en las escrituras, pero parece que no tomamos el mismo racero para
juzgar lo que se nos enseña, si lo que se nos está predicando está conforme a
las escrituras y para escudriñar el testimonio de estas sobre lo que se nos
enseña.
Donde están los que se rasgan las ropas cuando
tienen que criticar la devoción a María de los católicos, los que critican a
todos los demás creyentes porque creen algo diferente a ellos, donde están
ellos defendiendo el mensaje fiel y verdadero de la palabra de Dios. Parece que
no aparecen con tanta frecuencia, porque están muy a gusto escuchando cosas que
les agradan y que les gusta oír. Recordemos la advertencia de las escrituras
sobre los postreros tiempos: Se acumularán maestros conforme a sus propios
deseos....
Oremos, Señor que la advertencia de tu palabra
sirva de enseñanza y guía para que juzguemos la predicación para que esta se
conforme a tu palabra, que nos conformemos a la búsqueda de riquezas
espirituales que son mayores y tendrán mayor relevancia en la eternidad, que podamos
abandonar toda falsa enseñanza y que busquemos primeramente tu reino y tu
justicia, amen.
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