ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
Joh 4:1
Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían
oído decir: Jesús hace y bautiza más
discípulos que Juan
Joh
4:2 (aunque Jesús no
bautizaba, sino sus discípulos),
Jesús
se sometió al bautismo y así mismo lo hacían aquellos que querían seguir sus
enseñanzas. Aquí sus discípulos habían aprendido a hacerlo y habían sido
autorizados por el para hacerlo, por eso todo creyente que quiere someterse a
las enseñanzas de Cristo se bautiza para identificarse con él en su muerte y en
su resurrección. El bautismo es un fundamento de la fe, pues todo aquel que se
somete a este, reconoce en Cristo a su Señor y se compromete a mantener su
conciencia limpia a través del reconocimiento de su pecado y el
arrepentimiento.
Joh
4:3 salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea.
Joh
4:4 Y le era necesario pasar por
Samaria.
Su
ministerio fue milimétricamente planeado por el Padre, cada paso, cada lugar,
cada tiempo habían sido preparados de antemano para que se hiciera conforme a
la voluntad divina. Por eso vemos que Jesús reconoce fácilmente a donde
dirigirse siempre.
Joh
4:5 Vino, pues,
a una ciudad de Samaria llamada Sicar,
junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José.
Encontramos
la referencia a este lugar en Gen_48: 22 “Y yo te he dado a ti una parte más
que a tus hermanos, la cual tomé yo de mano del amorreo con mi espada y con mi
arco. Jacob compró un pedazo de tierra de los hijos de Hamor de un centenar de
corderos”; Gen_33: 19-20 “Y compró una parte del campo, donde plantó su tienda,
de mano de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien monedas. Y erigió allí
un altar, y lo llamó El-Elohe-Israel. Jesús tuvo que pasar por este lugar en
donde antiguamente se erigió un altar a Dios.
Joh
4:6 Y estaba allí el pozo de
Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.
Siendo
el medio día, Jesús llega sediento a este lugar que en tiempos lejanos fue
altar a Dios y se posa para obrar una de las obras de misericordia más hermosas
en el ministerio de Jesús. Este pasaje también muestra la humanidad de Jesús en
su expresión cotidiana.
Joh
4:7 Vino una mujer de Samaria a
sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber.
Joh
4:8 Pues sus discípulos habían ido
a la ciudad a comprar de comer.
La
historia de la mujer samaritana empieza con su encuentro aparentemente fortuito
con Cristo, aunque sabemos que nada hay sin un propósito, y el propósito de
Cristo allí, se revelara al final de la historia. Jesús se encuentra solo, y
por obra del Padre aparece una mujer solitaria perteneciente a un pueblo que
siempre se dedicó a la idolatría y la rebeldía contra Dios, fue constantemente
denunciado por los profetas y no se la llevaban bien con los judíos.
Joh
4:9 La mujer samaritana le
dijo: ¿Cómo tú, siendo judío,
me pides a mí de beber, que soy
mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos
no se tratan entre sí.
Los
samaritanos eran considerados por la religión judía como paganos, inferiores,
de allí el trato que recibían.
Joh
4:10 Respondió
Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y
quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.
Jesús
en su magna sabiduría le responde y desarma sus argumentos viles como el
desprecio y desconfianza que reinaban entre judíos y samaritanos, con la
verdad. Ella no conoce el don de Dios que le está siendo presentado, la
salvación. Y tampoco reconoce al agua viva que se presenta ante ella como
judío. Si lo supiera reconocería su condición y pediría perdón por sus pecados.
Joh
4:11 La mujer
le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde,
pues, tienes el agua viva?
Joh
4:12 ¿Acaso
eres tú mayor que nuestro padre Jacob,
que nos dio este pozo, del cual
bebieron él, sus hijos y sus ganados?
La
mujer confundida sigue expresando lo que piensa. Pues aunque Jesús le habla en
palabras espirituales, ella se rige por lo que ve, pero empieza a comprender,
por eso pregunta acaso eres tu mayor que Jacob, a quienes los samaritanos
consideraban al igual que los judíos su padre, ya que ambos tenían las mismas
raíces.
Joh
4:13 Respondió
Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua,
volverá a tener sed;
Joh
4:14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él
una fuente de agua que salte para vida eterna.
Jesús
ya le ha hecho entender en algo lo que él le está hablando, ahora Jesús se
vuelve más claro para ella y entonces revela su propósito salvador y redentor.
Joh
4:15
La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla.
Joh
4:16
Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá.
Joh
4:17
Respondió la mujer y dijo: No
tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido;
Joh
4:18
porque cinco maridos has tenido,
y el que ahora tienes no es tu marido;
esto has dicho con verdad.
Joh
4:19
Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.
Joh
4:20
Nuestros padres adoraron en este monte,
y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.
Jesús
se ha revelado a esta mujer en forma profética como el agua de vida eterna, y
ella ahora le comprende en parte, aunque persiste en su necesidad del agua
natural.
Ella
continúa reconociendo que en aquel lugar fue erigido un lugar de adoración,
pero que los judíos dicen que es en Jerusalén en donde eso debía suceder. Ella
persiste en su necesidad de conocer cuál es el lugar en donde la adoración
sucede, porque tiene la confusión de si es en un lugar específico y quiere que
este profeta que le ha revelado la verdad de su corazón se lo revele. Jesús
reconoce la sinceridad de esta mujer que reconoce que no está casada ahora,
confrontada por su pecado y realidad palpable desenmascarada sutilmente, sin
reproches, ni culpabilidad, le descubre como profeta y la adoración empieza a
fluir.
Joh
4:21
Jesús le dijo: Mujer, créeme,
que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al
Padre.
Aunque
el templo había sido destinado para la adoración a Dios, Jesús le reconviene
para que su adoración no dependa del lugar en el que se hace.
Joh
4:22
Vosotros adoráis lo que no sabéis;
nosotros adoramos lo que sabemos;
porque la salvación viene de los judíos.
Joh
4:23
Mas la hora viene, y ahora
es, cuando los verdaderos adoradores
adorarán al Padre en espíritu y en verdad;
porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Joh
4:24
Dios es Espíritu; y los que le
adoran, en espíritu y en verdad es
necesario que adoren.
Jesús
le hace entender que muchos adoran a Dios sin conocerle, mientras que otros le
adoran porque le conocen cuya adoración es espiritual y verdadera. Es necesario
que el hombre experimente en su propia vida la verdad de Dios para que a través
de ella pueda reconocer porque adora a Dios y porque le sirve, sin este
conocimiento, la adoración es falsa y religiosa.
Joh
4:25
Le dijo la mujer: Sé que ha de
venir el Mesías, llamado el Cristo; cuando él venga nos declarará todas las
cosas.
Joh
4:26
Jesús le dijo: Yo soy, el que habla contigo.
Jesús
se revela paso a paso con esta mujer, tiernamente responde a sus confusiones,
tal cual como lo sigue haciendo hoy en día. Todo aquel que se acerca
genuinamente en busca de Dios, Jesús le es revelado, no completamente sino en
la medida en que su entendimiento lo puede asimilar. Esta mujer fue
comprendiendo poco a poco quien era este hombre que se le acerco a pedir agua y
su conversación termino en la transformación de una mujer que impacta a una
región completa. Ahora se revela completamente al decirle como a nadie más, que
él es el mesías esperado por todo el pueblo de Israel.
Joh
4:27
En esto vinieron sus discípulos,
y se maravillaron de que hablaba con una mujer; sin embargo,
ninguno dijo: ¿Qué
preguntas? o, ¿Qué hablas con ella?
He
aquí que los discípulos cada vez más se maravillaban del obrar de Jesús, pues
ahora le veían compartir con una mujer, lo cual no era bien visto por la
religión, y mucho menos cuando esa mujer era samaritana.
Joh
4:28
Entonces la mujer dejó su cántaro,
y fue a la ciudad, y dijo a los
hombres:
Joh
4:29
Venid, ved a un hombre que me ha
dicho todo cuanto he hecho. ¿No será
éste el Cristo?
Joh
4:30
Entonces salieron de la ciudad, y
vinieron a él.
La
mujer ahora se convierte en una evangelista que llama a su pueblo a oír de
aquel hombre que le ha revelado la verdad de su condición, de su vida y de su
necesidad espiritual con tal misericordia. Es entonces que aún persiste la
inquietud y se pregunta ¿no será este el Cristo?, el enviado de Dios.
Joh
4:31
Entre tanto, los discípulos le
rogaban, diciendo: Rabí,
come.
Joh
4:32
El les dijo: Yo tengo una comida
que comer, que vosotros no sabéis.
Joh
4:33
Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer?
Joh
4:34
Jesús les dijo: Mi comida es que
haga la voluntad del que me envió, y que
acabe su obra.
Los
discípulos fueron por comida, entonces ¿porque no come Jesús? Porque el
reconoce que su alimento esta en hacer la voluntad del Padre aunque esto
conlleve el ayuno. Nosotros hoy también nos alimentamos y fortalecemos
espiritualmente cuando obramos conforme a la voluntad divina, la obediencia es
la marca distintiva de un discípulo.
Joh
4:35
¿No decís vosotros: Aún faltan
cuatro meses para que llegue la siega?
He aquí os digo: Alzad vuestros
ojos y mirad los campos, porque ya están
blancos para la siega.
Joh
4:36
Y el que siega recibe salario, y
recoge fruto para vida eterna, para que
el que siembra goce juntamente con el que siega.
Joh
4:37
Porque en esto es verdadero el dicho:
Uno es el que siembra, y otro es
el que siega.
Joh
4:38
Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.
Mientras
permanecieron en aquel lugar en donde Jesús conoció a la mujer, les enseña a
sus discípulos una gran lección. La salvación de los pueblos y naciones han
sido dispuestas como una cosecha, que pocos saben discernir, pero Dios nos pide
que reconozcamos cuando los campos están listos para la siega, porque están
llenos de fruto. Hace que sus discípulos se reconozcan como sembradores
labradores y segadores que recibirán un salario digno, todos enviados por Dios
para cumplir su labor, y nadie puede equipararse con el que siembra o el que
labra, o el que siega la cosecha, pues cada uno cumple una labor en el reino de
Dios.
Joh
4:39
Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la
palabra de la mujer, que daba testimonio
diciendo: Me dijo todo lo que he hecho.
Joh
4:40
Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con
ellos; y se quedó allí dos días.
Joh
4:41
Y creyeron muchos más por la palabra de él,
Joh
4:42
y decían a la mujer: Ya no
creemos solamente por tu dicho, porque
nosotros mismos hemos oído, y sabemos
que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.
Luego
de conocer el testimonio de la mujer que impacto a aquellos hombres, y al ver
que una mujer pecadora reconociera la maldad de su corazón, muchos llegaron a
conocer a aquel hombre del que les hablaba, y cuando le oían, ya no creían solo
al testimonio de la mujer, ahora podían reconocerlo por ellos mismos, y
pudieron todos recibir la revelación del Cristo en Samaria para redención y
vida. Aquí podemos reconocer la importancia de nuestro testimonio sobre la
verdad en nuestra propia vida, el cual puede ser usado por Dios para hacer
volver corazones hacia él, y entonces él les hará entender y ver, para que le
reconozcan como su Señor y Salvador.
Joh
4:43
Dos días después, salió de allí y
fue a Galilea.
Joh
4:44
Porque Jesús mismo dio testimonio de que el profeta no tiene honra en su
propia tierra.
Es
una realidad que todo profeta tiene una honra mayor en otros lugares que en su
propia tierra, ¿por qué? Por la familiaridad con la que le reconocen todos los
que allí le conocieron antes de empezar su ministerio.
Joh
4:45
Cuando vino a Galilea, los
galileos le recibieron, habiendo visto
todas las cosas que había hecho en Jerusalén,
en la fiesta; porque también
ellos habían ido a la fiesta.
Los
galileos empezaron a creer en Jesús por lo que vieron en la pascua, cuando
subieron a Jerusalén y notaron como aquel conocido suyo ahora obraba milagros y
señales.
Joh
4:46
Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había en Capernaum un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo.
Su
primera señal ocurrió aquí mismo en galilea cuando convirtió el agua en vino.
Ahora es buscado por un cortesano, hombre que sirve al rey quien tiene una gran
necesidad de verle.
Joh
4:47
Este, cuando oyó que Jesús había
llegado de Judea a Galilea, vino a él y
le rogó que descendiese y sanase a su hijo,
que estaba a punto de morir.
Joh
4:48
Entonces Jesús le dijo: Si no
viereis señales y prodigios, no
creeréis.
Joh
4:49
El oficial del rey le dijo:
Señor, desciende antes que mi
hijo muera.
Joh
4:50
Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive.
Y el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, y se fue.
Joh
4:51
Cuando ya él descendía, sus
siervos salieron a recibirle, y le
dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive.
Joh
4:52
Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. Y le dijeron:
Ayer a las siete le dejó la fiebre.
Joh
4:53
El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había
dicho: Tu hijo vive; y creyó él con toda su casa.
Joh
4:54
Esta segunda señal hizo Jesús,
cuando fue de Judea a Galilea.
Juan
es muy específico al señalar las señales que hizo Cristo en algunos lugares, en
especificar las fiestas judías y en recalcar la actitud de los moradores que
recibían a Jesús. Esta es la segunda señal que realiza Jesús como revelación a
su pueblo, que aunque le veía haciendo milagros, señales y prodigios solo le
buscaban para ello. Cuando otros recibían su enseñanza. Las señales tienen una
particularidad y es que son usadas por Dios con un propósito, para dar a
entender un mensaje o recordatorio. La primera señal de la trasformación del
agua en vino, nos da a entender lo que habría de suceder con el evangelio que a
través de la palabra los corazones de los hombres serian transformados en odres
nuevos que sostendrían el vino nuevo. Esta segunda señal es lo que habría de
suceder con aquellos que creen, serán sanados de su enfermedad (el pecado) y
restaurados para vida.
Verdaderamente que este estudio ha sido de bendición para mi vida , es como clavo incado en mi corazón , ya que no estaba esperando tanta hermosa interpretación de la palabra , Dios le bendiga grandemente .
ResponderBorrarDios te bendiga!!!!
ResponderBorrarAmen
BorrarMuchas gracias es de gran bendición dlb
ResponderBorrarBendiciones
BorrarExplicacion simple y profunda,gracias y bendiciones.
ResponderBorrarBendiciones
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