domingo, 16 de abril de 2017

PREDICA SEMANA SANTA 2017 (LAS PALABRAS DE JESÚS EN LA CRUZ No7)


"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lucas, 23: 46).

INTRODUCCIÓN

Vivir confiadamente es de las cosas más difíciles de hacer, porque se necesita de una firme esperanza para esperar con paciencia y de un amor extraordinariamente poderoso para sostenernos.

Los creyentes aprendemos a vivir por fe, eso que significa? Que se necesita de la fe para experimentar la verdadera vida espiritual, la cual habita en el hombre interior o el espíritu del hombre. Debemos recordar que somos seres espirituales viviendo en cuerpos naturales, lo cual debe cambiar nuestra percepción de la vida tal como la conocemos.

Estamos compuestos por lo que la escritura menciona como espíritu, alma y cuerpo, somos tripartitos.

DESARROLLO

Luego de comprender esto, ahora sabemos que nuestra vida verdaderamente comienza cuando podemos experimentar la fe, luego esta fe nos conduce a cumplir el propósito divino y a vivir una vida en santidad que concluirá irremediablemente en la consumación de la obra de Dios en nosotros.

Jesús termina entregando todo de si, su sangre para sellar el nuevo pacto, su cuerpo en la cruz haciéndose maldición por nuestro pecado, su espíritu vuelve al Padre y su alma desciende a las profundidades de donde al tercer día resucitara completando la obra de la redención del cuerpo, el alma y el espíritu del hombre para cuando haya de ocurrir la resurrección.

Jesús ha cumplido su misión, ahora encomienda confiadamente su espíritu al Padre de quien lo recibió y a quien lo devuelve, su muerte nos muestra lo que sucederá con nosotros. Nuestros cuerpos morirán consumidos en los años, la enfermedad o cualquiera sea la causa de nuestra muerte; nuestro espíritu volverá a Dios, y el alma ira al paraíso a donde Jesús prometió que estaría con aquel ladrón en la cruz.

CONCLUSIÓN

Este tiempo que paso Jesús en la cruz nos muestra el camino del creyente desde que recibe el perdón hasta que se consuma la obra de Cristo en él.

Solo necesitamos confiar plenamente en su bondad y amor que nos conducen a la perfección, ayudándonos, sirviéndose de cada cosa que vivimos para hacer de nosotros su instrumento, un instrumento que toque la melodía divina para los hombres que aún no conocen, ni entienden.

Vivamos confiados, porque es la fe la que nos conduce a una vida que se consume en Dios para experimentar su paz, justicia y poder en su reino.


Oremos, Señor tu completaste lo que el Padre te envió a cumplir, permítenos cumplir nosotros también con aquello que tu demandas para vivir en tu gracia, confiados en tu perfecta obra y en el descanso que tiene nuestro ser en ti, amen.

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