LA FE,
LA ESPERANZA Y EL AMOR, LAS TRES VIRTUDES DE LA PERFECCIÓN
1Co 13:13 Ahora, pues, permanecen estas tres
virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el
amor.
INTRODUCCIÓN
La vida espiritual del creyente es un camino a
descubrir que se abre, crece y madura hasta dar fruto.
La evidencia de ello puede verse en aquellos que
encontraron en sus vidas la plenitud de Dios y cumplieron a cabalidad con el
propósito que Dios encomendó para sus vidas.
Como todo camino la vida espiritual tiene que ser
experimentado, vivido y atravesado para hallar en él, la verdad y la vida.
Y es allí donde Cristo entra a nuestras vidas para
abrir paso a ser el camino, la verdad y la vida y para ello dispone de
tres cualidades para el camino.
DESARROLLO
Hay que ver como los apóstoles y quienes
escribieron los libros del nuevo testamento hablan de estas tres cualidades,
pienso que el conocimiento de estas tres virtudes hace parte de ese
conocimiento revelado que todos ellos tenían sobre este tema particular, en Heb
11 se habla sobre la fe y se expresa el entendimiento que poseía el que
escribía de aquella virtud. Luego encontramos en 1 Cor 13:4-6 la descripción
bíblica más hermosa del amor espiritual, para terminar hablando de nuestra
esperanza como creyentes en Cristo que encontramos en Efesios.
La biblia nos habla de las tres cualidades
esenciales del caminar espiritual, la primera de ellas es la fe, por medio de
la cual somos introducidos al camino, nos permite ver, entender y saber a dónde
ir. Algo dentro de nosotros responde a aquel llamado que se encuentra en
todo ser humano y nos volvemos a Dios, a la fuente que nos inspira a
seguir. Por medio de esta fe llegamos a descubrir la esperanza, cualidad
importante para mantenerse en el camino. Esta es la segunda cualidad. El
creyente no espera por el futuro, sino que aprende a descansar en el aquí
y ahora de la presencia de Dios que acrecienta su anhelo de volverse a él en la
imitación de Cristo. La fe da visión, la esperanza la sostiene y por último
llegamos a la tercera cualidad del camino, el amor.
Así como la fe nos conduce a la esperanza, la
esperanza nos conduce al amor, quien espera pacientemente en Dios, puede
alcanzar la plenitud de la devoción que es el amor. Un estado de unidad con Dios
que permanece en medio de las circunstancias de la vida. El amor trasciende la
emoción y el pensamiento para llegar a la plenitud, en la unidad.
CONCLUSIÓN
Este es el camino que se abre en Cristo para el
creyente una fe que permite ver, una esperanza que fortalece y afirma y un amor
que une.
Abrirse, crecer, madurar y dar fruto no son cosas
que se dan de la noche a la mañana, necesitan de tiempo y procesos para que se
den. Solo necesitas abrir tu corazón para que la fe lo permee todo, la
esperanza te permita crecer y madurar con paciencia, para luego entrar en la
unidad y perfección a la que Dios está llamando a su pueblo.
Vivimos distraídos y perdidos en la religiosidad,
el activismo, en el querer tener la razón que nos impide ver con claridad el camino
y disfrutarlo mientras se avanza.
Oremos, Señor que el camino, la verdad y la
vida que se han revelado en Cristo se conviertan en una realidad para nuestras
vidas y podamos llegar a vivir en unidad, amen.
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