"Madre, he ahí tu hijo... hijo, he ahí tu
madre"; o "Mujer, aquí tienes a tu hijo... Aquí tienes a tu
madre" (Juan, 19: 26-27).
INTRODUCCIÓN
Jesús
confía en sus discípulos, luego de perdonarnos y hacernos confiar en sus
palabras, nos confía una labor, cuidar de su iglesia, de los necesitados.
En
María podemos ver el reflejo de la iglesia a la cual deja al cuidado de su
discípulo amado, Juan. Así mismo como Jesús confía el cuidado de su madre a su
hijo espiritual, así mismo nos confía el cuidado de su iglesia a quienes le
seguimos como sus discípulos.
El
que cuida no se enseñorea de lo que cuida, pues solo es un obrero en el campo
de su Señor. Jesús nos recuerda en sus parábolas lo que les sucedió a los
siervos infieles y a los que no dieron fruto, los cuales enfrentaron la ira de
su Señor.
DESARROLLO
Pero
la iglesia fiel, esa que permanece a pesar de las divisiones denominacionales,
esa que es fiel en la tarea encomendada, esa que permanece en la búsqueda, esa
que obedece, continúa cuidando de las ovejas de su Señor. No las cree suyas,
sino que reconoce que son de Jesús, él fue quien pago el precio.
Cuidemos
como fieles guerreros del pueblo de Dios, ellos tienen necesidades como María
al quedar sin su hijo, necesitan cariño, atención, comida y amor. Cada creyente
tiene necesidades espirituales particulares que necesitan ser satisfechas por
aquellos que sirven a Dios.
Hay
tanta necesidad en el pueblo, pero debido a esto también existen lobos rapaces
que se aprovechan del pueblo de Dios para sacar provecho, ganancias deshonestas
y riquezas, mientras se olvidan de los necesitados. La necesidad es una
oportunidad de aportar de lo que Dios nos ha dotado para servir a su causa.
Puede que piense que por no ser líder en su congregación usted no está llamado
a servir, pero eso no es cierto, Dios le ha llamado para que sirva en su
trabajo, en su casa, con su pareja, con sus hijos, en su barrio, en su familia,
en la sociedad, como un instrumento que de gloria a Su nombre.
CONCLUSIÓN
Dios
necesita discípulos obedientes que tomen en cuenta su mandato y que sirvan al
propósito que fueron llamados.
Hay
muchos que quieren ser servidos, pero pocos que quieran servir. En la iglesia
es común encontrar a los líderes siendo servidos, mientras quienes necesitan
serlo están siendo abandonados.
Jesús
dejo al cuidado de Juan a su madre terrenal, porque sabía que, así como él la
había cuidado en la tierra Juan obedecería su mandato con su vida misma. Puede que
parezca una tarea tediosa, cuidar de alguien, pero si yo soy un siervo,
evangelista, maestro, pastor, apóstol. He aquí un apóstol que sirve a un
propósito en obediencia, parece no ser la mejor o mayor tarea que se le pudo
imaginar, pero aunque no parezca algo grandioso, si pudo ser maravillosamente
llevada a cabo por un siervo que sirve.
Oremos,
necesitamos líderes, siervos, ovejas que sirven al propósito que Dios les ha
encomendado, Señor envía obreros a tu cosecha para que esta no se pierda y
podamos dar fruto abundante conforme a la tarea encomendada, amen.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por compartir con nosotros. Bendiciones