PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
UN
EVANGELIO DE AUTOAYUDA
2Pe 3:16 En todas sus cartas se
refiere a estos mismos temas. Hay en
ellas algunos puntos difíciles de entender, que los ignorantes e inconstantes
tergiversan, como lo hacen también con las demás Escrituras, para su propia perdición.
INTRODUCCIÓN
Parece que ha surgido un
evangelio diferente al que se viene predicando por parte de la iglesia desde
antaño, los predicadores y evangelistas modernos ya no parecen tan preocupados
por hablar del infierno, los mandamientos de Dios o de la veracidad de las
escrituras. Parece que todo esto ha sido cambiado por un énfasis diferente “la
autoayuda”.
Todos conocemos este término hoy
en día pues proviene de todos estos libros que hablan de como nosotros mismos
podemos mejorar nuestra vida, de allí el término “autoayuda”. Nos estamos
llenando de predicadores carismáticos, que cautivan a la audiencia, pero a
punta e emoción. Los gritos, la emotividad cautiva al público, pero lo mismo no
sucede con la verdad.
Estamos llenándonos de
predicadores que cautivan los sentidos, pero que poco predican el evangelio, su
evangelio está centrado en el hombre y no en Cristo, predican temas de
autoayuda, para empresarios, como generar riqueza, como vivir felices, pero
olvidan la santidad, el perdón de pecados y el arrepentimiento.
DESARROLLO
Hace poco vi la predicación de un
hombre muy conocido por todos, su predicación me cautivo por el nombre, pero
cuando le escuche note que su predicación estuvo todo el tiempo centrada en sí
mismo, su experiencia y en la emotividad que causaba a la audiencia, ya basta.
Las predicaciones que se ven en
los canales cristianos cada vez se parecen más a las charlas motivacionales que
se dan en los centros de autoayuda, soy coach (entrenador en desarrollo
personal), pero hace tiempo deje de predicar charlas motivacionales que
encendieran la emoción de la gente, porque la emoción no genera cambio, el
evangelio puro sí.
Cada día se nos predica que
podemos ser más felices, mas prósperos, mas bendecidos, pero olvidamos que el
evangelio no promete esto, fue el diablo quien lo prometió cuanto tentó a Jesús
(Mateo 4). Y entonces cuando vivimos situaciones adversas las enmascaramos de
la obra del Diablo, cuando es nuestra desobediencia a los principios de Dios lo
que nos ha metido allí. Hacemos que miles se sientan frustrados porque no son prósperos,
mientras los pastores prosperan muchos hermanos no, y lo enmarcamos en el
pecado, la desobediencia y a las estrategias de bendición (entiéndase diezmo,
ofrenda, pactos, siembras, semillas), pero esto está lejos del evangelio
verdadero que busca la transformación del hombre.
Muchos hacen énfasis en la
bendición, pero no en la obediencia que acompaña la bendición; en la profecía y
no en el amor que es mayor; en los dones, pero retiñen como címbalos; en las multitudes,
pero no les dan alimento sano y verdadero; solo les hinchan el estómago a punta
de comida chatarra espiritual.
No podemos manejar a la iglesia a
nuestro antojo, algún día daremos cuentas a Dios, eso tiene que hacernos
temblar, sobre lo que enseñamos y decimos a nuestra audiencia. De todo lo que
digamos daremos cuentas a Dios, así sea de forma ociosa, pero parece que
algunos solo buscan entretenimiento, que como un predicador famoso le llama “el
entretenimiento es el sustituto diabólico del gozo”.
No podemos poner nuestra vida
espiritual en manos de hombres que solo buscan la emoción. La emoción nos hace
vulnerables, y manipulables, volvámonos a la verdad del evangelio y
conformémonos con ella, en donde la emoción no tiene lugar sino la
trasformación por la predicación de la verdad.
CONCLUSIÓN
Debemos acabar con este evangelio
de autoayuda, no buscamos gente más prospera o más saludables, buscamos
conformarles a la salvación que Cristo ha provisto por medio de su sacrificio.
Cualquier otro evangelio es un engaño y sustituto a la verdad.
Si no damos a conocer la verdad,
muchos creyentes van a ser engañados fácilmente por esta comida chatarra
espiritual del evangelio de autoayuda.
Yo no te quiero ver más próspero,
más rico, con más cosas materiales, me preocupa tu salvación y si sigues
buscando las cosas materiales, espero que no te pase lo que Jesús menciona de los ricos: Mat 19:24 “De hecho, le resulta más fácil a un camello pasar por el
ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios". Y si Dios te bendice, entonces que o haga cuando tengas la madurez espiritual de buscar primeramente el reino de Dios y su justicia.
Busquemos la verdad, esa que nos
fundamenta en la fe y que nos permite crecer y madurar, para que dejemos de ser
bebes espirituales y nos volvamos al verdadero evangelio, ese que habla de la
cruz que tomamos cada día, ese que nos lleva a negarnos a nosotros mismos y a
seguirle por sobre todo.
Oremos, Señor te pedimos por
aquellos que viven engañados por este evangelio mentiroso, que la verdad salga
a la luz y que aquellos predicadores engañosos sean raídos de tu pueblo, que la
verdad se sostenga como columna de tu iglesia y nos fortalezca para predicar
toda la verdad, amen.
PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
UN
EVANGELIO DE AUTOAYUDA
2Pe 3:16 En todas sus cartas se
refiere a estos mismos temas. Hay en
ellas algunos puntos difíciles de entender, que los ignorantes e inconstantes
tergiversan, como lo hacen también con las demás Escrituras, para su propia perdición.
INTRODUCCIÓN
Parece que ha surgido un
evangelio diferente al que se viene predicando por parte de la iglesia desde
antaño, los predicadores y evangelistas modernos ya no parecen tan preocupados
por hablar del infierno, los mandamientos de Dios o de la veracidad de las
escrituras. Parece que todo esto ha sido cambiado por un énfasis diferente “la
autoayuda”.
Todos conocemos este término hoy
en día pues proviene de todos estos libros que hablan de como nosotros mismos
podemos mejorar nuestra vida, de allí el término “autoayuda”. Nos estamos
llenando de predicadores carismáticos, que cautivan a la audiencia, pero a
punta e emoción. Los gritos, la emotividad cautiva al público, pero lo mismo no
sucede con la verdad.
Estamos llenándonos de
predicadores que cautivan los sentidos, pero que poco predican el evangelio, su
evangelio está centrado en el hombre y no en Cristo, predican temas de
autoayuda, para empresarios, como generar riqueza, como vivir felices, pero
olvidan la santidad, el perdón de pecados y el arrepentimiento.
DESARROLLO
Hace poco vi la predicación de un
hombre muy conocido por todos, su predicación me cautivo por el nombre, pero
cuando le escuche note que su predicación estuvo todo el tiempo centrada en sí
mismo, su experiencia y en la emotividad que causaba a la audiencia, ya basta.
Las predicaciones que se ven en
los canales cristianos cada vez se parecen más a las charlas motivacionales que
se dan en los centros de autoayuda, soy coach (entrenador en desarrollo
personal), pero hace tiempo deje de predicar charlas motivacionales que
encendieran la emoción de la gente, porque la emoción no genera cambio, el
evangelio puro sí.
Cada día se nos predica que
podemos ser más felices, mas prósperos, mas bendecidos, pero olvidamos que el
evangelio no promete esto, fue el diablo quien lo prometió cuanto tentó a Jesús
(Mateo 4). Y entonces cuando vivimos situaciones adversas las enmascaramos de
la obra del Diablo, cuando es nuestra desobediencia a los principios de Dios lo
que nos ha metido allí. Hacemos que miles se sientan frustrados porque no son prósperos,
mientras los pastores prosperan muchos hermanos no, y lo enmarcamos en el
pecado, la desobediencia y a las estrategias de bendición (entiéndase diezmo,
ofrenda, pactos, siembras, semillas), pero esto está lejos del evangelio
verdadero que busca la transformación del hombre.
Muchos hacen énfasis en la
bendición, pero no en la obediencia que acompaña la bendición; en la profecía y
no en el amor que es mayor; en los dones, pero retiñen como címbalos; en las multitudes,
pero no les dan alimento sano y verdadero; solo les hinchan el estómago a punta
de comida chatarra espiritual.
No podemos manejar a la iglesia a
nuestro antojo, algún día daremos cuentas a Dios, eso tiene que hacernos
temblar, sobre lo que enseñamos y decimos a nuestra audiencia. De todo lo que
digamos daremos cuentas a Dios, así sea de forma ociosa, pero parece que
algunos solo buscan entretenimiento, que como un predicador famoso le llama “el
entretenimiento es el sustituto diabólico del gozo”.
No podemos poner nuestra vida
espiritual en manos de hombres que solo buscan la emoción. La emoción nos hace
vulnerables, y manipulables, volvámonos a la verdad del evangelio y
conformémonos con ella, en donde la emoción no tiene lugar sino la
trasformación por la predicación de la verdad.
CONCLUSIÓN
Debemos acabar con este evangelio
de autoayuda, no buscamos gente más prospera o más saludables, buscamos
conformarles a la salvación que Cristo ha provisto por medio de su sacrificio.
Cualquier otro evangelio es un engaño y sustituto a la verdad.
Si no damos a conocer la verdad,
muchos creyentes van a ser engañados fácilmente por esta comida chatarra
espiritual del evangelio de autoayuda.
Yo no te quiero ver más próspero,
más rico, con más cosas materiales, me preocupa tu salvación y si sigues
buscando las cosas materiales, espero que no te pase lo que Jesús menciona de los ricos: Mat 19:24 “De hecho, le resulta más fácil a un camello pasar por el
ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios". Y si Dios te bendice, entonces que o haga cuando tengas la madurez espiritual de buscar primeramente el reino de Dios y su justicia.
Busquemos la verdad, esa que nos
fundamenta en la fe y que nos permite crecer y madurar, para que dejemos de ser
bebes espirituales y nos volvamos al verdadero evangelio, ese que habla de la
cruz que tomamos cada día, ese que nos lleva a negarnos a nosotros mismos y a
seguirle por sobre todo.
Oremos, Señor te pedimos por
aquellos que viven engañados por este evangelio mentiroso, que la verdad salga
a la luz y que aquellos predicadores engañosos sean raídos de tu pueblo, que la
verdad se sostenga como columna de tu iglesia y nos fortalezca para predicar
toda la verdad, amen.