El águila es el ave con mayor longevidad de esas especies. Llega a
vivir 70 años, pero para llegar a esa edad, a los 40, debe tomar una seria y
difícil decisión.
A los 40 años, sus uñas están apretadas y flexibles y no consigue tomar
a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo, se curva,
apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas
gruesas. ¡Volar se hace ya tan difícil! Entonces, el águila tiene solamente dos
alternativas: morir o enfrentar un dolorido proceso de renovación que durará
150 días. Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y
quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga la necesidad
de volar. Después de encontrar ese lugar, el águila comienza a golpear su pico
en la pared hasta conseguir arrancarlo. Luego debe esperar el crecimiento de
uno nuevo con el que desprenderá una a una sus uñas. Cuando las nuevas uñas
comienzan a nacer, comenzará a desplumar sus plumas viejas. Después de cinco
meses, sale para su vuelo de renovación y a vivir 30 años más.
2Co 4:8 Nos vemos atribulados en todo, pero no
abatidos; perplejos, pero no desesperados;
2Co 4:9 perseguidos, pero no abandonados; derribados,
pero no destruidos.
2Co 4:10 Dondequiera que vamos, siempre llevamos en
nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se manifieste en
nuestro cuerpo.
En la vida cristiana es muy fácil sentirse
agotado, abatido, desanimado, cansado, y en ocasiones hasta derrotado, pero es
debido a nuestra naturaleza emocional que es fácilmente cambiante. No es malo
sentirse así, lo que si no es saludable es que este tipo de sentimientos o
pensamientos encuentren cabida por mucho tiempo en nuestras mentes y emociones,
porque ellos minaran nuestra confianza en Dios. No podemos darnos el lujo de
permanecer impávidos ante tales sentimientos, por lo que necesitamos estar al
tanto de todo lo que sentimos y percibimos para no dejarnos engañar. Pues
nuestra victoria no está en la emoción, está en la vida espiritual, la cual
debe estar puesta en Cristo completamente. La historia del águila nos recuerda
que vendrán tiempos difíciles, pero que de la mano de Dios recibiremos la
sabiduría para saberlos sortear quitándonos todo aquello que no nos sirve,
motivo por el cual muchas veces sufrimos innecesariamente, pues no son nuestras
emociones las que dictaminan la victoria, sino nuestra fe en Cristo, que nos ha
hecho vencedores. El pasaje también nos recuerda que podemos llegar a sentirnos
en una encrucijada de emociones, pero aunque estemos atribulados, no estamos
vencidos, podemos estar perplejos ante las circunstancias, pero no nos
desesperamos pues nuestra confianza esta en Dios, seremos perseguidos por
nuestras creencias pero no estamos abandonados, pueden derribarnos, pero nunca
destruirnos, pues mientras sufrimos y llevamos toda nuestra naturaleza carnal a
la muerte, la vida espiritual de Jesús también empieza a manifestarse en
nosotros para amar a Dios primeramente y al prójimo.
GUIA DE ESTUDIO
¿Si estas atribulado, en donde pones tus ojos?
¿Que emociones sientes con frecuencia?
¿Que emociones controlan tu vida?
¿Que emociones estas abandonando?
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