LA ECONOMÍA EN PAREJA
1Ti
5:8 porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su
casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
INTRODUCCIÓN
El manejo de la economía en el
hogar es fuente de constantes problemas e inconvenientes en el hogar, nuestra
era se jacta de ser megaproductiva y de poner en igualdad de condiciones a los cónyuges
para proveer para el hogar. Con ello los roles del hogar se han cambiado y los
problemas han surgido, esto no siempre es malo, pero si no se toma en cuenta
puede crear frecuentes conflictos.
Cada vez son más los hogares que
se separan por problemas económicos, y también son más frecuentes en el hogar
los problemas por el manejo que se le da al dinero. Nuestra era ha generado más
problemas de los que ha resuelto, por ello debemos atender a la necesidad de
forjar una economía sólida en el hogar para que la bendición de Dios fluya y la
economía no se convierta en una piedra de tropiezo para los hogares.
DESARROLLO
Todos nos preocupamos por generar
el sustento para nuestros hogares, esa es nuestra primera preocupación, o
debería serlo, pero muchos cónyuges sea el varón o la mujer se hallan en medio
de un conflicto de intereses. Cada hogar es diferente, algunos manejan muy bien
su economía por ello no quiero generalizar, pero esto va para aquellos hogares
cuya economía es un conflicto.
La prioridad en el hogar es
cumplir con lo necesario para su sustento, y esto había sido dispuesto como una
tarea que el hombre debía cumplir desde la antigüedad, pero con el paso del
tiempo la mujer ha venido ganando terreno y ahora también genera ingresos y en
ocasiones mejores que los de su pareja, esto ha terminado por generar algunos
cambios en los roles del hogar, esto no es malo, siempre y cuando no altere el
rol que cada padre desempeña en el hogar. En el hogar no debe importar quién
gana más o quien gana menos, lo importante es que los roles de la paternidad y
la maternidad se cumplan en conformidad con el plan divino, el padre está llamado
a ser el cuidador, sustentador, protector, consejo, ayudador, corrector,
servidor y la mujer a cuidar de los hijos, del esposo, ser servidora y quien
provee cariño, educación y amor. Mientras estos roles no se cambien por razón
del trabajo, el conflicto difícilmente encontrara cabida, pero si los roles no
se cumplen, el conflicto será algo cotidiano. Si alguno de los dos cónyuges es
el que provee sustento para el hogar debe cuidar el privilegio que Dios le da
de servir a su hogar siendo la fuente de ingresos, no debe vanagloriarse, ni
sacar en cara lo que hace por su hogar a su pareja, ni debe dejar de estar
sujeto a su pareja.
Son pocos los hogares que hablan
de su economía, los que reconocen cuánto ganan, y lo que cada uno según sus
ingresos debería aportar para la equidad del hogar, pero el egoísmo y la
terquedad salen a flote de nuestra naturaleza carnal para complicarlo todo y
destruir el matrimonio.
Somos seres egoístas y nos cuesta
mucho compartir, primero somos nosotros, segundo nosotros y luego si queda algo
también para nosotros. Cuando tratamos con la economía, el egoísmo, la vanidad,
el orgullo y la intolerancia salen a flote mejor que con cualquier otro tema.
La economía no es una cuestión de orgullo, sino de equidad para que el hogar
funcione bien.
No les voy a decir que tienen que
hacer, eso debe surgir de ustedes, pero debemos ser lo más correctos, sinceros
y compasivos con nuestro cónyuge a la hora de forjar la economía del hogar. Yo
siempre recomiendo que se digan la verdad, en cuanto a cuánto ganan, no hacerlo
es un atentado a la confianza, pueden dividirse los gastos de forma equitativa
según sus gastos y necesidades, siempre dejen algo al ahorro, gastarlo todo no
es inteligente. Compren lo que necesitan, no todo lo que se les venga en gana.
Si se compra algo para uno mismo, piense también en las necesidades de su cónyuge.
Algunos cónyuges pueden cubrir con su salario los gastos del hogar por
completo, entonces debería tomar el privilegio de servir a su pareja, aunque
esta recomendación siempre la hago a los hombres, pues Dios nos llamó para
proveer a nuestra familia y no hacerlo puede generar algún grado de frustración,
pero si por alguna razón es la mujer a quien Dios ha dado el privilegio,
entonces sirva a su pareja y su hogar proveyendo lo necesario para cada uno de
sus integrantes. Si alguno es mejor administrador de las finanzas ejerza su don
en el hogar y administre con rectitud el dinero.
CONCLUSIÓN
La economía es cambiante, en unos
años vendrán tiempos de vacas gordas, pero en otros vendrán tiempos de vacas
flacas, por eso debemos cuidar del hogar sin malgastar en cosas sin oficio,
proveyendo lo necesario para nuestros hogares sin tacañerías, ni egoísmo, pues
al hacerlo nos convertimos en testimonio de la verdad para nuestra pareja y
para con los hijos, sin contar que la sociedad que todo lo vigila también se
verá afectada por ello.
Seamos proveedores de bienestar
para nuestro hogar y para nuestra congregación de modo que podamos glorificar a
Dios con nuestras acciones.
Bendito Dios que nos da conforme
a su voluntad, tomemos los tiempos de escases como enseñanza y los tiempos de
abundancia como una prueba para no alejarnos de Dios, ni dejar de cumplir con
su mandato de proveer para el hogar, cuidando de las necesidades del cónyuge y bendiciéndole
siempre.
Oremos, Señor bendice nuestro
hogar con el pan de cada día, danos la provisión para nuestros hogares y que
podamos servir a nuestro hogar teniendo el privilegio de proveer lo que este
necesita, sin envidias, contiendas, ni codicia, amen.
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