ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
1Jn 5:1 Todo el que cree que Jesús es el Cristo, ha nacido de Dios, y todo el que ama al padre, ama también a sus hijos.
Nuestra
fe está sustentada en el hecho de que el Cristo, el ungido de Dios, su enviado,
el mesías -es Jesús- quien vivió para cumplir la voluntad divina. Y todo aquel
que cree en su testimonio ha nacido de Dios, y como ha nacido de Dios percibe
su amor y con ese mismo amor ama a su familia.
1Jn 5:2
Así, cuando amamos a Dios y cumplimos
sus mandamientos, sabemos que amamos a
los hijos de Dios.
Nuestro amor para con Dios se
demuestra cuando elegimos seguir en nuestro corazón y poner por obra sus
mandamientos.
1Jn 5:3
En esto consiste el amor a Dios:
en que obedezcamos sus mandamientos.
Y éstos no son difíciles de cumplir,
Así como Dios nos ha dado su
precioso amor, en nosotros ahora surge la necesidad imperiosa de obedecer su
mandato a través de nuestra conciencia, no es sencillo, ni fácil al comienzo,
pero poco a poco mientras más intimamos en oración y en las escrituras la
obediencia se hace fácil. La desobediencia proviene de nuestra naturaleza
carnal que ahora está sujeta a la naturaleza divina que ha surgido en nuestro
interior, lo cual nos permite obedecer sin cuestionamientos, pero con verdad y
conciencia, no obedecemos ciegamente, obedecemos porque podemos ver más allá de
lo evidente al ojo humano.
1Jn 5:4
porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe.
Nacer de nuevo es algo que ocurre
al interior, lo espiritual vuelve a renacer y es desde allí donde el creyente
puede vencer al mundo y todo lo que este le ofrece. Con ese nuevo nacimiento
surge el vehículo que nos conecta con lo espiritual que es la fe, y a través
suyo podemos encontrar la fortaleza en medio de nuestra debilidad para alcanzar
la victoria contra el pecado, contra nuestra vieja naturaleza.
1Jn 5:5
¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de
Dios?
Es por medio de la fe que lo
espiritual puede volverse una realidad para el creyente, es por ella también
que puede comprender la obra redentora de Cristo, y es por ella que creemos que
Jesús es el Hijo de Dios, esto no puede ser entendido desde una perspectiva
teológica o de la razón, es algo que surge desde el interior, algo que se
intuye y se sabe, sin necesidad de tener un porque.
1Jn 5:6
Éste es el que vino mediante agua y sangre, Jesucristo;
no sólo mediante agua, sino
mediante agua y sangre. El Espíritu es
quien da testimonio de esto, porque el
Espíritu es la verdad.
Para el mundo la verdad es un mero
concepto, pero para el creyente la verdad es una realidad que se experimenta en
su diario vivir, mientras es expuesto a la presencia de Dios a través de su
Espíritu Santo. Su espíritu en nosotros nos permite comprender aquello que de
otra manera parece ilógico. Como es posible que el Hijo de Dios venga por medio
del agua y la sangre, pero su testimonio ahora es verdadero, antes parecía solo
un cuento, ahora es real. Vino mediante agua y sangre porque ellos son
tipología de la salvación, de un nuevo comienzo, de un nacimiento que tuvo
lugar con su nacimiento de una virgen y la consumación de su obra en la cruz.
Su ministerio comenzó con el agua con la que Juan bautista le bautizo sobre el
Jordán, y termino su ministerio con el derramamiento de toda su sangre en la
cruz como prueba de esa entrega total.
1Jn 5:7
Tres son los que dan testimonio,
1Jn 5:8
y los tres están de acuerdo: el Espíritu, el agua y la sangre.
Tres sustancias dan testimonio de
la verdad, ellas declaran y testifican que el mesías esperado llego por medio
de ellas, Pues fue el espíritu quien le permitió se concebido por una virgen,
el agua y la sangre consumaron su obra redentora para con la humanidad como
catalizadores de esa esencia que fue entregada por la vida.
1Jn 5:9
Aceptamos el testimonio humano,
pero el testimonio de Dios vale mucho más, precisamente porque es el testimonio de
Dios, que él ha dado acerca de su Hijo.
Estas tres sustancias provienen de
Dios y para el dan testimonio de la verdad, por eso son más valederas que
cualquier testimonio humano.
1Jn 5:10
El que cree en el Hijo de Dios acepta este testimonio. El que no cree a Dios lo hace pasar por
mentiroso, por no haber creído el
testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
Quien creen en el hijo, le es
revelado el testimonio que estas sustancias dan acerca de él, para el que no
cree, esto es locura, no tiene sentido.
1Jn 5:11
Y el testimonio es éste: que Dios
nos ha dado vida eterna, y esa vida está
en su Hijo.
El hijo ha servido al propósito del
Padre que le ha permitido hacer disponible la vida eterna por medio de la fe a
los que creen. Estas sustancias esenciales dan testimonio de la vida, esa vida
que comenzó con el hijo y ahora se perpetúa en nosotros.
1Jn 5:12
El que tiene al Hijo, tiene la
vida; el que no tiene al Hijo de
Dios, no tiene la vida.
El que permanece en unidad con el
Hijo, tiene la vida y ella fluye por su ser, mientras aquel que no tiene al
hijo, la vida espiritual no puede fluir por su ser.
1Jn 5:13
Les escribo estas cosas a ustedes que creen en el nombre del Hijo de
Dios, para que sepan que tienen vida
eterna.
Debe ser notorio para el creyente
el entender por revelación lo que es la vida eterna y Juan habla sobre ella,
aunque sus palabras son vacías si aquel que escucha no ha percibido el
testimonio de la verdad.
1Jn 5:14
Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye.
Ahora confiados en la vida que nos
pertenece, y a la cual pertenecemos, podemos ir confiadamente, pues la
confianza solo puede surgir con el entendimiento y la verdad. Podemos
acercarnos a Dios y pedir conforme a su voluntad mientras ella es revelada a
nuestros corazones, no pedimos para satisfacer nuestros egos, pedimos para
cumplir la voluntad del Padre, pues estamos confiados en que lo que él haya
dispuesto es lo mejor para nosotros.
1Jn 5:15
Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo
que le hemos pedido.
Confiados en el Padre y su atención
para con nosotros en medio de la oración, la seguridad y la certeza son comunes
al propósito por el que oremos. No podemos orar desde el temor, debemos orar
desde la confianza, con la seguridad de que se nos ha concedido lo que pedimos
si es conforme a la verdad.
1Jn 5:16
Si alguno ve a su hermano cometer un pecado que no lleva a la
muerte, ore por él y Dios le dará
vida. Me refiero a quien comete un
pecado que no lleva a la muerte. Hay un
pecado que sí lleva a la muerte, y en
ese caso no digo que se ore por él.
Este versículo puede darnos luz
acerca del pecado, existen pecados que conducen a muerte y otros que no, no
podemos clasificarlos como este sí y este no, porque debe ser comprendido el
motivo que condujo al pecado y si este surge de un error, la ignorancia, la
desatención de lo espiritual o si este permanece a pesar de conocer la verdad y
la gravedad del mismo. No quiere decir esto que el pecado no sea pecado, es que
algunos pecados tienen un peso mayor sobre otros, y cometer uno que no conduce
a muerte puede ser resarcido mediante la intercesión en oración de un hermano
que vea el pecado de su compañero en la fe para traerle a vida.
1Jn 5:17
Toda maldad es pecado, pero hay
pecado que no lleva a la muerte.
Toda injusticia y toda obra que
nace de la naturaleza carnal es pecado, pero este pecado no conduce a muerte si
es atendido en forma diligente por la congregación y los hermanos en la fe.
Pero existe un pecado que conduce a la muerte espiritual y por este Juan
solicita que no se interceda pues por estos pecados como la blasfemia al
Espíritu Santo, no hay intercesión que funcione a su favor.
1Jn 5:18
Sabemos que el que ha nacido de Dios no está en pecado: Jesucristo,
que nació de Dios, lo protege, y el maligno no llega a tocarlo.
Si hemos nacido de nuevo en Dios
para vida eterna, el pecado ya no habita en nosotros, pero eso no nos hace
infalibles, y como no somos perfectos, Jesús que tiene y conoce nuestra
naturaleza nos protege y mientras no lo disponga, el adversario no puede tocar
nuestras vidas.
1Jn 5:19
Sabemos que somos hijos de Dios,
y que el mundo entero está bajo el control del maligno.
Esto debe ser entendido, el control
del mundo ya no le pertenece al hombre, este fue entregado al ceder al pecado,
quien lo controla ahora reconoce nuestra nueva naturaleza e intentara
devorarnos como león rugiente.
1Jn 5:20
También sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado
entendimiento para que conozcamos al Dios verdadero. Y estamos con el Verdadero, con* su Hijo Jesucristo. Éste es el Dios verdadero y la vida eterna.
Pero no debemos temer, porque el
Hijo ha venido, nos conoce, nos ha dado entendimiento para llegar a la verdad y
dejar todo engaño, de modo que podamos reconocer al Dios verdadero y la vida
eterna que ahora ha sido dispuesta en nuestros corazones por la fe.
1Jn 5:21
Queridos hijos, apártense de los
ídolos.
Como hijos del Altísimo apartémonos
de toda idolatría, de darle mayor importancia a las cosas o personas que no
deben tenerlo, para que al darle la importancia que Dios merece en nuestras
vidas podamos tener una experiencia de vida enriquecida por la gracia divina y
el amor del Padre.
Poderoso gloria a Dios .
ResponderBorrarGracias porque en estos estudios EL ESPÍRITU SANTO me a hablado mucho para aprender .
Que bueno saber que esta siendo de provecho, Dios le bendiga.
BorrarSuper los estudios gracias
ResponderBorrarCon gusto, es un placer servir.
BorrarQuiero preguntarte sobre los estudios bíblicos si me pueden ayudar y mandarme gloria a Dios es de mucha bendición para mí vida
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