domingo, 30 de octubre de 2016

PREDICA DOMINICAL - ¿QUE ESCRIBIÓ JESÚS?

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PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la fe

¿QUÉ ESCRIBIÓ JESÚS?

Jn 8:7   Y como ellos lo acosaban a preguntas, Jesús se incorporó y les dijo: --Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
Jn 8:8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.
Jn 8:9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Jesús, y la mujer que estaba en medio.
Jn 8:10 Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
Jn 8:11 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.

INTRODUCCIÓN

Siempre me pregunte qué fue lo que Cristo escribió sobre la tierra en aquella hermosa historia, he escuchado muchas teorías acerca de lo que escribió, algunas dicen que escribió los pecados de los hombres que iban a apedrear a la mujer, otros que sus nombres, otros aseguran que fue la palabra gracia, todas muy interesantes por cierto.
Pero nunca me había atrevido a preguntárselo, ¿qué escribiste Señor allí?, bueno y de eso se trata de que busquemos toda respuesta en él. Si no, no tendría sentido buscarle, amarle reconocerle como el Señor de nuestras vidas. No espero crear otra teoría, sino un momento de reflexión para conducirte a una enseñanza que toco mi corazón y espero toque el tuyo también.

DESARROLLO

Voy a describirte aquello que las mismas escrituras creo revelan de Jesús y lo que escribió. Si mal no recuerdo solo hubo dos ocasiones en las cuales la mano de Dios escribió algo. La primea fue su ley sobre las tablas de piedra en donde escribió la ley y se la dio a Moisés, veamos:
Exo 24:12 Entonces Jehová dijo a Moisés: Sube a mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarles.
La siguiente aparición de una mano divina que escribe algo es en Daniel, miremos:
Dan 5:5 En ese momento, en la sala del palacio apareció una mano que, a la luz de las lámparas, escribía con el dedo sobre la parte blanca de la pared. Mientras el rey observaba la mano que escribía

En los dos casos en particular Dios revela algo secreto al hombre, en el primer caso su ley y en el segundo lo que habría de suceder al rey Belsasar y a su reino. Cuando el Señor escribe algo el corazón del hombre tiembla, pues su voluntad se descubre. Veamos Rom 2:15 “mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones”, creo que mientras Jesús escribía la ley, esta (la ley) era revelada al corazón de aquellos hombres que al ser confrontados con su pecado, no fueron capaces de arrojar la primera piedra. Parece algo sencillo, pero continuemos discerniendo lo que las escrituras muestran.
Cuando Dios escribe algo, su voluntad para la humanidad se revela, sus palabras y escritos siguen retumbando en la mente y los corazones de miles de creyentes que se ven confrontados con su pecado y su necesidad de redención y perdón.
Su mano sigue escribiendo para que no nos conformemos a la religiosidad, sino que busquemos su reino y justicia. Solo quien recibe la gracia puede volverse de su pecado como aquella mujer en ese momento histórico para la humanidad, todos nosotros debemos vernos reflejados en aquella mujer que debía ser apedreada por la ley, pero el amor supero toda expectativa y se revelo en perdón y transformación para un alma pecadora. Dios sigue diciéndonos al vernos confrontados por nuestro pecado “yo no te condeno”, pero también sigue diciendo “vete y no peques más”. Solo quien conoce la gracia puede abandonar toda carnalidad, todo apego por lo material y puede negarse a sí mismo en pos de un amor que le supera y al que no puede abandonar por el gesto sincero y precioso de su salvación.

CONCLUSIÓN

Todo pecador alguna vez ha sido confrontado con su pecado para que pueda reconocer que no debe ser el primero en arrojar la piedra, pues acaso no ves la viga en tu ojo. Quien reconoce su pecado alcanza la gracia para abandonar toda obra de maldad y conformar su corazón a la verdad. Si la verdad no cala profundamente en el corazón corrompido del hombre, su conciencia no producirá fruto de justicia.
Necesitamos más creyentes llenos de misericordia que vean con los ojos de Jesús a las almas de aquellos hombres y mujeres que pueden ser alcanzados por la gracia y cuya necesidad solo puede ser saciada en Cristo.

Oremos, Señor reconocemos que como aquella mujer nos has visto con misericordia, al escribir la ley en nuestros corazones ahora podemos saber cuándo nos equivocamos, perdona nuestras faltas y condúcenos al arrepentimiento para que podamos vivir una vida conforme a tus preceptos, amen.

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