ESTUDIO BÍBLICO HEBREOS 13

ESTUDIO BÍBLICO

Por: Camilo Sastoque

Ministerio Unidad de la Fe

Heb 13:1  Sigan amándose unos a otros fraternalmente.

Amor fraternal proviene de la palabra griega filadelfia que es una manifestación del amor diferente a los otros dos tipos de amor que encontramos en las escrituras, el amor eros y el amor ágape, el amor fileo o filial es aquel que sentimos por aquellos que son parte de nuestra familia natural o que llegan a serlo como en el caso del creyente que se encuentra con la familia de Dios. Este es un amor que supera las barreras de la idiosincrasia, la personalidad, los gustos, la cultura, el conocimiento y la posición, cuando amamos a un hermano, lo sentimos como parte de nosotros, podemos ser uno con ellos y permanecer junto a ellos, podemos aprender, honrar y servirles sin que sea una carga, solo quien ama a los hermanos en la fe puede enseñar, predicar y obrar conforme a ella.

Heb 13:2  No se olviden de practicar la hospitalidad,  pues gracias a ella algunos,  sin saberlo,  hospedaron ángeles.

Como seres en perfeccionamiento debemos practicar con constancia toda virtud y servicio, como nos menciona el escritor acerca de la hospitalidad, porque no sabemos a quién hospedamos y a quien servimos.

Heb 13:3  Acuérdense de los presos,  como si ustedes fueran sus compañeros de cárcel,  y también de los que son maltratados,  como si fueran ustedes mismos los que sufren.

Llevemos siempre presentes a aquellos que por causa de la fe sufren prisiones, maltrato y persecución, pues como hermanos por la fe, sentimos que son parte de nuestra propia familia y sufrimos junto con ellos su angustia.

Heb 13:4  Tengan todos en alta estima el matrimonio y la fidelidad conyugal,  porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que cometen inmoralidades sexuales.

Tengamos por honroso, de alta estima, preciado el vínculo sagrado del matrimonio y junto con el la fidelidad para con el cónyuge, pues el juicio de Dios es la consecuencia para con aquellos que faltan a este pacto y con el descuido de su propia sexualidad para pervertirla.

Heb 13:5  Manténganse libres del amor al dinero,  y conténtense con lo que tienen,  porque Dios ha dicho:  "Nunca te dejaré;  jamás te abandonaré."*

Es importante notar que depende de nosotros el mantenernos libres de los apegos, de la inmoralidad, del deseo y el placer que corrompen nuestro ser, porque solo en la inconsciencia el hombre puede perder de vista el contentamiento consigo mismo, con su cónyuge y con lo que se le da el privilegio de disfrutar. Mientras que al mantenernos conscientes del deseo, de los pensamientos y obras que pervierten la virtud, podemos mantenernos libres de su influencia.

Heb 13:6  Así que podemos decir con toda confianza:  "El Señor es quien me ayuda;  no temeré.  ¿Qué puede hacerme el ser humano?"*

La confianza debe ser absoluta, no debe existir sombra de duda, porque si existe entonces surgirá la desesperanza, el afán, la desidia, y la desconfianza en la mente del hombre que le conducirá a perder la fe y con el ello dejara de actuar.

Heb 13:7  Acuérdense de sus dirigentes,  que les comunicaron la palabra de Dios.  Consideren cuál fue el resultado de su estilo de vida,  e imiten su fe.

Que en nuestras oraciones estén presentes aquellos que nos comunicaron el mensaje, su ejemplo de vida y la fe con la que confiados en el Señor obraron con amor.

Heb 13:8  Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.

La eternidad se hace evidente en Cristo, a quien el tiempo no le define. El ayer, el hoy y los siglos, se encuentran en él, confluyen en él, tienen conjunción en él, no hay sombra de cambio, y ello nos genera confianza, algo que cambia constantemente no genera confianza. Solo la unidad del Hijo, el Padre y el Espíritu Santo, quienes permanecen en el aquí y ahora pueden llevarte a confiar. A una confianza tan profunda en donde puedes abandonarte, en donde puedes ser.

Heb 13:9  No se dejen llevar por ninguna clase de enseñanzas extrañas.  Conviene que el corazón sea fortalecido por la gracia,  y no por alimentos rituales que de nada aprovechan a quienes los comen.

Luego de que se haya descubierto esa confianza, esa fe, ese amor, tengamos en cuenta que lo externo llegara para generar confusión, de modo que debemos tener mucho cuidado con la enseñanza que recibimos, pues esta fácilmente puede desviar el objeto de nuestra adoración, el objeto de nuestra esperanza y de todo lo que ello conlleva. Muchos piensan que la alimentación es clave para la búsqueda de Dios, pero el escritor lo desmiente, pues los rituales alimenticios no tienen provecho espiritual alguno, mientras que aquellos que se fortalecen confiando en la gracia que los sostiene, pueden seguir adelante y morir a si mismos.

Heb 13:10  Nosotros tenemos un altar del cual no tienen derecho a comer los que ofician en el tabernáculo.

De nuevo el escritor nos sumerge en la revelación del altar y el santuario, en donde se lleva el sacrificio que fue efectuado una vez y para siempre, y cuyo alimento solo puede saciar a los que le encuentran, aquellos que han sido llamados a oficiar en aquel tabernáculo como reyes y sacerdotes del altísimo. Ese altar es tipología de la cruz y de  nuestro espíritu en donde se posa la presencia del Señor y en donde se derrama la sangre para purificación de los pecados. Luego de que por la fe el velo fuese rasgado el altar queda disponible y solo aquellos que le tienen pueden comer y beber de la carne y la sangre del cordero inmolado por nuestros pecados para tener comunión con él.

Heb 13:11  Porque el sumo sacerdote introduce la sangre de los animales en el Lugar Santísimo como sacrificio por el pecado,  pero los cuerpos de esos animales se queman fuera del campamento.

Cristo como sumo sacerdote y sacrificio derramó su sangre sobre el altar, como pago por nuestros pecados cumpliendo con los requisitos del sacrificio.

Heb 13:12  Por eso también Jesús,  para santificar al pueblo mediante su propia sangre,  sufrió fuera de la puerta de la ciudad.

Cumpliendo con todo lo estipulado por la ley, sufrió a la puerta de la ciudad en el monte calvario para que por medio de su sangre el pueblo pudiese ser apartado, como ocurrió con el pueblo hebreo en Egipto, que fue apartado de la muerte por la sangre del cordero que colocaron sobre los dindeles de las puertas, Cristo hizo lo mismo.

Heb 13:13  Por lo tanto,  salgamos a su encuentro fuera del campamento,  llevando la deshonra que él llevó,

Su muerte y sacrificio también tiene una simbología para el creyente, por eso el escritor nos pide que al igual que Cristo llevo su deshonra fuera de la ciudad, nosotros salgamos a su encuentro entregando esa naturaleza carnal que nos deshonra ante Dios, para consagrarnos a él.

Heb 13:14  pues aquí no tenemos una ciudad permanente,  sino que buscamos la ciudad venidera.

Solo aquellos que reconocen en el la verdad, pueden comprender que nuestra búsqueda no puede ser saciada con lo terrenal, sino con lo eterno, y es en Cristo que esa ciudad se hace perenne.

Heb 13:15  Así que ofrezcamos continuamente a Dios,  por medio de Jesucristo,  un sacrificio de alabanza,  es decir,  el fruto de los labios que confiesan su nombre.

Que lo que él ha hecho en nuestro interior nos lleve a ofrecerle todo nuestro ser como un sacrificio de alabanza, confesando su nombre a las naciones y llevando fruto que de gloria a su nombre.

Heb 13:16  No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen,  porque ésos son los sacrificios que agradan a Dios.

El escritor nos entrega una serie de recomendaciones que llaman al corazón del hombre para servir y vivir conforme al designio divino. Obrar bien y compartir son frutos de un corazón que conoce y entiende la voluntad divina, son sacrificios que agradan a Dios, porque cuando obramos así, nos parecemos a él, le mostramos a través de nuestras acciones, y son ellas las que llegan al corazón del hombre.

Heb 13:17  Obedezcan a sus dirigentes y sométanse a ellos,  pues cuidan de ustedes como quienes tienen que rendir cuentas.  Obedézcanlos a fin de que ellos cumplan su tarea con alegría y sin quejarse,  pues el quejarse no les trae ningún provecho.

La obediencia es fruto de una vida de conciencia, solo alguien consciente de la verdad puede obedecer cumpliendo su tarea sin quejarse, siempre y cuando esta no implique ir en contra de sus convicciones, pues la queja solo genera inconformidad e intranquilidad en nuestros corazones y nos quita el gozo.

Heb 13:18  Oren por nosotros,  porque estamos seguros de tener la conciencia tranquila y queremos portarnos honradamente en todo.

No dejemos de orar por quienes nos honran y bendicen con su enseñanza, pues es necesario que protejamos y cubramos en oración a aquellos que se exponen al escarnio público, a la cárcel y a la muerte. Puede que nuestras oraciones no cambien lo que Dios quiera hacer con el obrero, pero si puede ayudar a que su ser interior se fortalezca, su conciencia permanezca tranquila y se porten honrosamente en todo.

Heb 13:19  Les ruego encarecidamente que oren para que cuanto antes se me permita estar de nuevo con ustedes.

La oración abre puertas para que podamos ser bendecidos con la presencia de sus enviados, sus siervos, de modo que es importante que nuestras oraciones también estén dirigidas a este aspecto en particular.

Heb 13:20  El Dios que da la paz levantó de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas,  a nuestro Señor Jesús,  por la sangre del pacto eterno.

La verdadera paz, no proviene de la mente, proviene del espíritu y solo puede ser entregada por Dios, quien usa como medio a Cristo, el pastor de las ovejas, aquel que las apacienta, para que por medio de su sangre se estableciera un nuevo pacto, esta vez, eterno. Y es en este pacto en donde la paz puede volverse una realidad para el creyente.

Heb 13:21  Que él los capacite en todo lo bueno para hacer su voluntad.  Y que,  por medio de Jesucristo,  Dios cumpla en nosotros lo que le agrada.  A él sea la gloria por los siglos de los siglos.  Amén.

En ningún pasaje de las escrituras encontramos al hombre gloriándose de sus logros o títulos, siempre podemos encontrar siervos mansos y humildes que se entregan a la voluntad de Dios sin importar cuán difícil sea esta. Pues vivimos para darle gloria, buscando agradarle a él primero, sin importar lo que los hombres piensen.

Heb 13:22  Hermanos,  les ruego que reciban bien estas palabras de exhortación,  ya que les he escrito brevemente.

Aunque breve, su exposición de las escrituras es sin lugar a dudas extraordinaria, la revelación de las escrituras como en ningún otro escrito nos da luz acerca de la verdad, del sacrificio y el amor de Dios. Como hijos amados se nos exhorta para vivir conforme a la fe, para dar gloria y honra a su nombre.

Heb 13:23  Quiero que sepan que nuestro hermano Timoteo ha sido puesto en libertad.  Si llega pronto,  iré con él a verlos.

Como una gran familia, la iglesia crece, se fortalece y continua a pesar de las dificultades que experimenta, y el testimonio de los hermanos en medio de dificultades, fortalece la fe y la comunión con los hermanos.

Heb 13:24  Saluden a todos sus dirigentes y a todos los santos.  Los de Italia les mandan saludos.

Heb 13:25  Que la gracia sea con todos ustedes.

Sus saludos finales concluyen con la gracia, motor y estímulo para el creyente. Sus disposiciones finales nos exhortan a la acción, no podemos quedarnos inermes ante tan sorprendente sacrificio, su significado y revelación. Solo la fe que obra con amor, es digna de ser considerada como tal.