Estudio bíblico
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la fe
Jas 3:1 Hermanos míos, no pretendan muchos de ustedes ser maestros, pues,
como saben, seremos juzgados con
más severidad.
El
llamado al ministerio incluye una preparación, no solo nuestros dones o
talentos, por eso Santiago considera pertinente advertírnoslo. Como enviado al
servicio de Dios sabe y considera el llamado como algo muy importante y que
debe ser tomado con la seriedad y el compromiso que ello requiere. Como podemos
ver el ministerio del Maestro en la iglesia es muy importante, porque ellos
siempre llaman a la iglesia a la verdad, su enseñanza es profunda y su
conocimiento de las escrituras es maravilloso, pero el problema del maestro es
su boca, lo que dice, muchas de las enseñanzas que conocemos hoy en día, muchas
de las doctrinas que se siguen están basadas en las opiniones de algunos de los
maestros más reconocidos por algunas congregaciones. También el maestro es uno
de los ministerios más difíciles porque la enseñanza debe estar basada en las
escrituras con fundamento de las mismas, cualquier cosa que se enseñe debe ser
confrontada con el filtro de las escrituras, cualquier enseñanza que no pase el
filtro, debe ser desechada y no puede ser tomada en cuenta como doctrina. El
maestro también debe ser una persona con una gran humildad para reconocer
cuando se ha equivocado y sea fácilmente enseñable por el Señor. Pues será el
maestro juzgado con más severidad por su propia enseñanza, ya que de ella
dependen aquellos que buscan ser enseñados por la verdad.
Jas 3:2
Todos fallamos mucho. Si alguien
nunca falla en lo que dice, es una
persona perfecta, capaz también de
controlar todo su cuerpo.
Santiago nos da claridad en cuanto
al perfeccionamiento del ser, nadie es perfecto aun, y todos fallamos y lo
hacemos frecuentemente. Si alguien no falla entonces es perfecto, pero si dice
ser perfecto entonces primero debería controlar todo su cuerpo, lo cual si bien
no es imposible si es muy difícil de lograr. De modo que debemos ser cuidadosos
de lo que enseñamos y también de corregir todo error que podamos haber
consentido, para poder edificar al cuerpo de Cristo.
Jas 3:3
Cuando ponemos freno en la boca de los caballos para que nos
obedezcan, podemos controlar todo el animal.
Santiago continúa su disertación
hablándonos sobre cómo podemos llegar a ser perfectos, y para ello usa un
ejemplo del común. Todos conocemos a los caballos y como necesitan ser domados
y que por medio de un bozal que se le coloca en la boca podemos llegar a
controlarles.
Jas 3:4
Fíjense también en los barcos. A
pesar de ser tan grandes y de ser impulsados por fuertes vientos, se gobiernan por un pequeño timón a voluntad
del piloto.
Continua con otro ejemplo sencillo
para dejar en claro su punto, recordemos que lo que existe puede servirnos de
ejemplo para dar a conocer una verdad, algo que parece tan evidente puede ser
pasado por alto, pero cuando meditamos en las escrituras y en la naturaleza
ella puede traernos bellas y sencillas enseñanzas.
Jas 3:5
Así también la lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes hazañas. ¡Imagínense qué gran bosque se incendia con
tan pequeña chispa!
Y solo ahora revela su punto, así
como el caballo solo es controlado por su boca, y el barco por el timón, el
hombre posee igualmente un direccionador de todo su comportamiento, que es su
lengua, que hace referencia a la palabra que se menciona. Con ella se pueden
hacer grandes alardes o si calla dar apariencia de mansedumbre, prender un
incendio o apagarlo. Es la lengua o más bien nuestro lenguaje el que es capaz
de lograr muchas cosas en nuestras vidas, tanto para bien como para mal
dependiendo de cómo sea usado.
Jas 3:6
También la lengua es un fuego, un
mundo de maldad. Siendo uno de nuestros
órganos, contamina todo el cuerpo
y, encendida por el infierno,* prende a
su vez fuego a todo el curso de la vida.
Si nuestro lenguaje es influido por
las tinieblas y la carnalidad prende fuego, y un lenguaje encendido es causa de
muchos incendios, en la familia, la pareja, la sociedad y el trabajo. Cuando
nuestras palabras provienen de la maldad contaminan nuestro “cuerpo” lo cual
hace referencia a todo nuestro ser (alma, cuerpo y espíritu). Un ser
contaminado tiene como consecuencia un fuego que se extiende a todo el curso de
la vida.
Jas 3:7
El ser humano sabe domar y, en
efecto, ha domado toda clase de
fieras, de aves, de reptiles y de bestias marinas;
En nuestra naturaleza existe el
conocimiento que nos permite domar otras bestias y animales, ese saber parece
innato al hombre.
Jas 3:8
pero nadie puede domar la lengua.
Es un mal irrefrenable, lleno de
veneno mortal.
Pero como menciona Santiago “nadie”
puede domar su lengua. Parece indomable, llena de veneno que contamina todo lo que
toca.
Jas 3:9
Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios.
Como podemos evidenciar la lengua
es tremendamente difícil de domar, muchos bendecimos a Dios, le exaltamos, le
alabamos, pero con ella muchos que decimos servir a Dios la usamos para
maldecir (hablar mal) a los hermanos y a aquellos que están fuera de la iglesia.
Como puede ser posible esto?, pues cuando la inconsciencia es evidente la
palabra es irrefrenable y sin conciencia es imposible ver la imagen de Dios en
nuestro prójimo.
Jas 3:10
De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
La lengua es fuente de vida si es
usada conforme al propósito divino, pero de ella no pueden salir bendición y
maldición, o se esfuerza y sostiene en la bendición, dejando de lado el hablar
mal, o se continua contaminándolo todo con ese mal hablar.
Jas 3:11
¿Puede acaso brotar de una misma fuente agua dulce y agua salada?*
Jas 3:12
Hermanos míos, ¿acaso puede dar
aceitunas una higuera o higos una vid?
Pues tampoco una fuente de agua salada puede dar agua dulce.
¡Es imposible!, una fuente solo
puede dar un tipo de agua, y esa agua es tipología de la palabra, o hablas
bendición, o hablar maldición, solo existen estas dos posibilidades. De modo
que si no estás hablando bendición, estás hablando mal y así solo podrás vivir
y disfrutar las consecuencias de ellas. El fruto de lo que vivimos o
experimentamos proviene de lo que hablamos.
Jas 3:13
¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le
da su sabiduría.
Como podemos reconocer que alguien
es sabio?, porque esa persona refrena su lengua y no habla por hablar, como es
común. Además su conducta refleja aquello que habla o predica. También es una
persona humilde, enseñable, y dispuesta para obrar con verdad y amor.
Jas 3:14
Pero si ustedes tienen envidias amargas y rivalidades en el
corazón, dejen de presumir y de faltar a
la verdad.
La sabiduría de Dios no viene
acompañada de envidia, ni amargura, ni rivalidad alguna, porque quien tiene
esto en su corazón no ha probado la dicha de la verdad, la paz del perdón y el
gozo de la salvación. La sabiduría es el entendimiento de la verdad y la
práctica del amor y en ella no cabida para ninguna de estas motivaciones en el
corazón.
Jas 3:15
Ésa no es la sabiduría que desciende del cielo, sino que es terrenal, puramente humana y diabólica.
Es claro que existe una sabiduría
terrenal capaz de engañar a los indoctos, pero esta carece de paz, pureza,
bondad, docilidad, compasión y frutos de arrepentimiento.
Jas 3:16
Porque donde hay envidias y rivalidades,
también hay confusión y toda clase de acciones malvadas.
Como podemos discernir en donde
habita la sabiduría, pues en donde no habita la envidia, la competencia, la
rivalidad, la confusión y toda acción motivada por la maldad del corazón.
Jas 3:17
En cambio, la sabiduría que
desciende del cielo es ante todo pura, y
además pacífica, bondadosa, dócil,
llena de compasión y de buenos frutos,
imparcial y sincera.
Mientras la sabiduría divina es
contraria a la del mundo. El mundo considera a lo impuro puro, lo malo bueno,
la mansedumbre o docilidad como algo malo, la mentira como algo bueno, la
compasión como algo inútil, y la imparcialidad algo en el olvido, Como poder
diferenciar una sabiduría de la otra, porque la del mundo solo pertenece al
ámbito de la mente, puede aparentar, al final la mentira saldrá a la luz, pero
no es, mientras que la verdadera solo puede engendrar verdad, ella es.
Jas 3:18
En fin, el fruto de la justicia
se siembra en paz para los que hacen la paz.
La sabiduría divina solo puede ser
justa y verdadera, y su fruto es paz, en donde no hay paz, no está Dios, pues
sus obras y palabras son evidentes, ellas pertenecen a la verdad y al amor.
Que bendición la palabra es clara y eficaz. Gloria a Dios�� He aprendido por medio de este estudio. Dios les bendiga! ����
ResponderBorrarEstudiar la palabra de DIOS es muy importante en nuestras vidas, para ser personas con conocimientos y valores
ResponderBorrarGracias x las enseñanzas, Dios siga usandolos
ResponderBorrarMuchas Gracias Por su Estudio Excelente Bendiciones
ResponderBorrarAmen, bendiciones igualmente
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