ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
Joh 18:1
Cuando Jesús terminó de orar,
salió con sus discípulos y cruzó el arroyo de Cedrón. Al otro lado había un huerto en el que entró
con sus discípulos.
Joh
18:2 También
Judas, el que lo traicionaba, conocía aquel lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido
allí con sus discípulos.
Juan
describe el momento en el que Jesús es aprendido por los soldados luego de
compartir el pan y el vino con sus discípulos, y hace referencia especial de
Judas como el que lo traicionaba, y que sabía seguramente que luego de salir
del lugar en donde compartían el pan, irían a este huerto que Jesús frecuentaba
con sus discípulos. Judas lo había planeado todo con premeditación.
Joh
18:3 Así que
Judas llegó al huerto, a la cabeza de un
destacamento de soldados y guardias de los jefes de los sacerdotes y de los
fariseos. Llevaban antorchas, lámparas y armas.
Judas
aparece bien preparado ante cualquier revuelta por lo que va acompañado de
soldados romanos y los guardias de los sacerdotes y fariseos, de modo que
estando armados no puedan tomar ninguna represalia en su contra, y si se
presenta alguna revuelta pueda ser sofocada inmediatamente. Es terrible que
alguien a quien has amado te traicione, y más cuando has dedicado tu tiempo y
energía para enseñarle sobre la vida espiritual, pero todo esto sucede en
Cristo para que nosotros también comprendamos que la traición nos puede acaecer
en cualquier momento y es probable que venga de personas cercanas.
Joh
18:4
Jesús, que sabía todo lo que le
iba a suceder, les salió al
encuentro. --¿A quién buscan? --les preguntó.
Jesús
nuevamente hace gala de su presciencia la cual le acompaño siempre y se hizo
más evidente durante su ministerio terrenal, característica que solo es
equiparable con la de su Padre, lo cual nos habla de la profunda relación que
hay entre ellos por medio de la unidad. Jesús con valentía sale a su encuentro,
ya ha orado y sabe que debe enfrentar la voluntad del Padre, cuanto amor hay en
cada una de sus acciones.
Joh
18:5 --A Jesús
de Nazaret --contestaron. --Yo soy. Judas,
el traidor, estaba con ellos.
Juan
descubre el momento en el que todos los discípulos se dan cuenta que Judas el
traidor aparece en escena. Es triste que alguien que pudo ser de los suyos más
cercanos, haya preferido el dinero y el honor de los hombres, antes que el de
su maestro. De allí que siempre se le nombre como el traidor, su historia es el
vivo recuerdo de que Jesús también lo soporto con paciencia y la traición puede
aparecer en cualquier momento de nuestras vidas.
Joh
18:6 Cuando
Jesús les dijo: "Yo soy", dieron un paso atrás y se desplomaron.
Aquí
el poder de Jesús se hace evidente al hablar y hacer que todos los soldados
entrenados para la batalla, junto con los guardias de los sacerdotes y fariseos
cayeran desplomados. Esto nos dice que aunque Jesús tenía el poder para
librarse a si mismo de aquella traición y lo que seguiría, él prefirió siempre
obedecer la voluntad de su Padre por amor.
Joh
18:7 --¿A
quién buscan? --volvió a preguntarles
Jesús. --A Jesús de Nazaret
--repitieron.
Joh
18:8 --Ya les
dije que yo soy. Si es a mí a quien
buscan, dejen que éstos se vayan.
Devolviendo
la pregunta de forma que se levantaran y siguieran adelante con su cometido,
ellos responden que buscan a Jesús de Nazaret, nombre con el que se le había
dado a conocer, pues aunque era nacido de Belén, vivió mucho tiempo en Nazaret.
Jesús también interviene para cuidar de sus discípulos, de modo que ellos
puedan huir y no ser llevados junto con él.
Joh
18:9 Esto sucedió para que
se cumpliera lo que había dicho: "De los que me diste ninguno se
perdió."
Todo
lo que sucede en la vida de Jesús está rodeado de profecía, su nacimiento, sus
viajes, sus obras, su vida es muestra de la perfección de Dios y como éste obra
en la vida del hombre. Aquí la palabra que se cumple es de Jesús mismo quien en
Juan 6:39 lo había profetizado.
Joh
18:10 Simón Pedro, que tenía una espada, la desenfundó e hirió al siervo del
sumo sacerdote, cortándole la oreja
derecha. (El siervo se llamaba Malco.)
Joh
18:11 --¡Vuelve
esa espada a su funda! --le ordenó Jesús
a Pedro--. ¿Acaso no he de beber el
trago amargo que el Padre me da a beber?
Juan
no describe la totalidad de los eventos aquí acaecidos, por otro evangelista
sabemos que aunque Pedro corto la oreja de Malco en un acto de evidente
imprudencia, Jesús el devuelve su oreja a Malco, evento que de seguro debía
haber desconcertado a aquellos soldados que esperaban mayor resistencia. Jesús
confía plenamente en la voluntad del Padre, de allí que se entregue sin pelear,
y nos enseña que si sabemos recibir lo bueno de Dios, porque no hemos de
aceptar aquello que nos parece malo, si todo es para su gloria y majestad,
reconociéndole Señor de nuestras vidas.
Joh
18:12 Entonces los
soldados, con su comandante, y los guardias de los
judíos, arrestaron a Jesús. Lo ataron
Joh
18:13 y lo
llevaron primeramente a Anás, que era
suegro de Caifás, el sumo sacerdote de
aquel año.
Los
soldados junto con su comandante apresaron a Jesús, le ataron como a un
criminal a pesar de no haber hecho resistencia, y lo llevaron ante aquellos que
le requerían, lo que demuestra el temor que tenían los sacerdotes judíos contra
Jesús.
Joh
18:14 Caifás era el que había aconsejado a los judíos
que era preferible que muriera un solo hombre por el pueblo.
La
preocupación de Caifás sobre Jesús se basaba en el temor hacia los hombres, el
temor se lo producía el que probablemente Jesús formara una revuelta en contra
de los romanos o contra ellos y que terminara por acabar con su pueblo. l
prefería congraciarse con sus enemigos, antes que con aquel a quien debería
responder por su sacerdocio, le prefería muerto antes que perder su posición o
liderazgo sobre su nación. Es increíble que un hombre a quien el pueblo
consideraba el hombre más espiritual de su nación, sea aquel que prefiera que
muera el mesías esperado. Esto nos demuestra que podemos estar en una posición
de liderazgo espiritual y no conocer la voluntad de Dios, si no pasamos tiempo
en su presencia para conocerle.
Joh
18:15 Simón
Pedro y otro discípulo seguían a Jesús.
Y como el otro discípulo era conocido del sumo sacerdote, entró en el patio del sumo sacerdote con
Jesús;
Joh
18:16
Pedro, en cambio, tuvo que quedarse afuera, junto a la puerta. El discípulo conocido del sumo sacerdote
volvió entonces a salir, habló con la
portera de turno y consiguió que Pedro entrara.
Es
probable que Pedro fuese acompañado por Juan y por eso este puede hacer un
recuento de aquello que sucedió en ese momento que no todos mencionan. Pedro y
el discípulo entran al patio del sumo sacerdote siguiendo a Jesús probablemente
buscando la forma de saber lo que sucedía. Pedro logra entrar por la
intercesión del otro discípulo.
Joh
18:17 --¿No
eres tú también uno de los discípulos de ese hombre? --le preguntó la portera. --No lo soy --respondió Pedro.
Pero
al ingresar Pedro es acusado de ser un discípulo de Jesús a lo que Pedro
responde negándolo rotundamente, primera vez en que le niega flagrantemente,
aun en presencia de otro discípulo.
Joh
18:18 Los
criados y los guardias estaban de pie alrededor de una fogata que habían hecho
para calentarse, pues hacía frío. Pedro también estaba de pie con ellos, calentándose.
Pedro
luego de negarle por primera vez, entra y no siente remordimiento alguno de lo
que ha dicho, mientras tanto espera con los criados y guardias el veredicto del
sumo sacerdote.
Joh
18:19 Mientras
tanto, el sumo sacerdote interrogaba a
Jesús acerca de sus discípulos y de sus enseñanzas.
Ahora
entra en escena Caifás para interrogar a Jesús sobre sus enseñanzas, primero
fue recibido por Anás su suegro, lo que nos habla de la cercana relación que
tenían y de cómo el poder sacerdotal se había corrompido por los hombres, al
darle una posición privilegiada a Anás solo por ser el suegro de Caifás.
Joh
18:20 --Yo he
hablado abiertamente al mundo --respondió Jesús--. Siempre he enseñado en las sinagogas o en el
templo, donde se congregan todos los
judíos. En secreto no he dicho nada.
Joh
18:21 ¿Por qué
me interrogas a mí? ¡Interroga a los que
me han oído hablar! Ellos deben saber lo
que dije.
Jesús
es recriminado por sus enseñanzas a lo que el responde que siempre hablo en
público para que todos oyeran, nunca en secreto. De modo, que mejor debiera
proceder buscando a aquellos que le oyeron para interrogarles primero a ellos,
pero no era eso lo que el sumo sacerdote buscaba, es evidente que solo quiere
mostrarle quien manda sobre los judíos, mostrando su poder para intimidarle.
Joh
18:22 Apenas
dijo esto, uno de los guardias que
estaba allí cerca le dio una bofetada y le dijo: --¿Así contestas al sumo sacerdote?
Uno
de los guardias queriendo apabullar al preso Jesús le golpea con una bofetada,
como pidiendo respeto por la autoridad de Caifás, práctica frecuente ante la
insolencia del acusado, pero Jesús no habla con insolencia, sino que reconoce
sus derechos y habla sabiamente, si el realmente quisiera saber lo que Jesús ha
enseñado, la ley pedía que se tuviera allí testigos presenciales, pero este
interrogatorio esta fuera de toda formalidad, es injusto y pernicioso.
Joh
18:23 --Si he dicho algo malo
--replicó Jesús--,
demuéstramelo. Pero si lo que dije
es correcto, ¿por qué me pegas?
Es
entonces que Jesús responde que demuestre si él ha dicho algo malo a lo que el
guardia no pudo argumentar, su defensa es justa y el procedimiento que llevan a
cabo es totalmente injusto. Muchas veces el poder actúa fuera de la ley por el
abuso de la autoridad que se les ha delegado.
Joh
18:24 Entonces
Anás lo envió, todavía atado, a
Caifás, el sumo sacerdote.
Parece
que ni siquiera Caifás se encontraba allí presente durante el interrogatorio y
quien representaba la autoridad del sumo sacerdote era su suegro, otra muestra
más del abuso de poder que se daba en los poderes sacerdotales del templo.
Joh
18:25 Mientras
tanto, Simón
Pedro seguía de pie, calentándose. --¿No eres tú también uno de sus
discípulos? --le preguntaron. --No lo soy --dijo Pedro, negándolo.
Pedro
niega por segunda vez a su maestro y aún sigue haciéndolo de forma inconsciente
protegiendo su integridad ante aquellos que le incriminan. Muchas veces el temor
puede hacer que neguemos nuestra fe en Jesús, su testimonio nos sirve para
confrontar nuestra negligencia espiritual y cuidar aquello que decimos, pues
muchas veces nuestras palabras o acciones niegan lo que creemos o lo que
decimos creer.
Joh
18:26 --¿Acaso
no te vi en el huerto con él? --insistió
uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le había
cortado la oreja.
Joh
18:27 Pedro
volvió a negarlo, y en ese instante
cantó el gallo.
Juan
hace el recuento de la negación de Jesús por parte de Pedro, aunque no hace
mucho hincapié en lo que pasa con Pedro luego de aquel momento, en el cual
Pedro se aparta y reacciona ante lo sucedido. Los cuatro evangelios cuentan esta
historia a modo de hacernos recapacitar sobre lo que significa negar a Jesús y
la necesidad de ser honestos y verdaderos discípulos capaces de enfrentar la
muerte por nuestra convicción de seguir a Jesús como nuestro Señor.
Joh
18:28 Luego los
judíos llevaron a Jesús de la casa de Caifás al palacio del gobernador romano.
Como ya amanecía, los judíos no entraron
en el palacio, pues de hacerlo se
contaminarían ritualmente y no podrían comer la Pascua.
Aquí
otra muestra más de la hipocresía de los sacerdotes judíos, quienes estaban
actuando mal al tomar preso a Jesús sin justa causa, pero si se preocupaban de
los rituales por seguir ante el pueblo.
Joh
18:29 Así que
Pilato salió a interrogarlos: --¿De qué
delito acusan a este hombre?
Joh
18:30 --Si no
fuera un malhechor --respondieron--, no
te lo habríamos entregado.
Ellos
queriendo que sean los romanos quienes ajusticien a Jesús y librar así su
culpa, le llevan a Jesús de modo que pueda ser juzgado y crucificado por ellos.
Joh
18:31 --Pues
llévenselo ustedes y júzguenlo según su propia ley --les dijo Pilato. --Nosotros no tenemos ninguna autoridad para
ejecutar a nadie --objetaron los judíos.
Aunque
ellos tenían la autoridad que los romanos les habían otorgado para juzgar y
darle muerte por su propia mano, ellos hipócritamente prefieren que sean los
romanos quienes lo ejecuten. Para librar responsabilidades.
Joh
18:32 Esto
sucedió para que se cumpliera lo que Jesús había dicho, al indicar la clase de muerte que iba a
sufrir.
Juan
hace referencia al hecho de que esto tenía que suceder para que se diera la
muerte en la cruz, si Jesús era ejecutado por los judíos su muerte no habría
sido en la cruz, pero ahora que los romanos tomaban el control sobre su
persona, todo se iba cumpliendo según sus designios. Para Dios aun aquellas
cosas que parecen descabelladas, esos cambios repentinos o esas cosas que
pareen contrarias también están bajo el control supremo de su voluntad.
Joh
18:33 Pilato
volvió a entrar en el palacio y llamó a Jesús.
--¿Eres tú el rey de los judíos?
--le preguntó.
Pilato
recibe las acusaciones de los sacerdotes judíos, quienes culpan a Jesús de
autoproclamarse rey de los judíos, por lo cual le pregunta sobre la acusación.
Joh
18:34 --¿Eso lo
dices tú --le respondió Jesús--, o es
que otros te han hablado de mí?
Jesús
no responde ni si, ni no, reconoce que así es como el mismo lo está llamando, y
le pregunta si su acusación proviene de el mismo o si proviene de otros. Jesús
no necesita autoproclamarse rey de los judíos, las evidencias deberían hablar
por él, pero todo esto sucede para que se cumpla la voluntad del Padre y se
revele la ignorancia de su pueblo sobre el mesías esperado.
Joh
18:35 --¿Acaso
soy judío? --replicó Pilato--. Han sido tu propio pueblo y los jefes de los
sacerdotes los que te entregaron a mí.
¿Qué has hecho?
Pilato
se defiende refiriendo que no es judío, y que ha sido su propio pueblo el que
le ha rechazado, por lo cual no sabe siquiera que es lo que ha hecho.
Joh
18:36 --Mi
reino no es de este mundo --contestó Jesús--.
Si lo fuera, mis propios guardias
pelearían para impedir que los judíos me arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo.
Jesús
responde dándonos a conocer que su reino, el reino de los cielos no pertenece a
este mundo o a esta dimensión, si así hubiera sido de seguro quienes le
protegen impedirían su arresto, pero de nuevo le reconviene diciendo que su
reino no es de este mundo, pertenece a la esfera espiritual que trasciende al
mundo terrenal.
Joh
18:37 --¡Así
que eres rey! --le dijo Pilato. --Eres tú quien dice que soy rey. Yo para esto nací, y para esto vine al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad
escucha mi voz.
Pilato
reconoce que con lo que ha dicho Jesús, reconoce que es rey, a lo que Jesús
responde que es el quien ha llegado a esa conclusión. Luego Jesús reconoce el
propósito por el que está en la tierra se está cumpliendo al estar allí, dando
testimonio de la verdad ante todas las autoridades. Y revela que todo aquel que
está de parte de la verdad escucha su voz, pero quien no tiene la verdad está
en su contra.
Joh
18:38 --¿Y qué
es la verdad? --preguntó Pilato. Dicho esto,
salió otra vez a ver a los judíos.
--Yo no encuentro que éste sea culpable de nada --declaró--.
Pilato
esta frente a la verdad misma y aunque la tiene allí, no la puede ver porque no
está de parte de la verdad, sino que está ciego. A pesar de ello, no puede
encontrar razón alguna para culpar a Jesús.
Joh
18:39 Pero como
ustedes tienen la costumbre de que les suelte a un preso durante la
Pascua, ¿quieren que les suelte al 'rey
de los judíos'?
Pilato
queriendo librarse de aquel injusto juicio, les recuerda que ellos pueden según
la costumbre soltar a un preso durante la pascua y les pregunta si quieren que
suelte a Jesús su rey.
Joh
18:40
--¡No, no sueltes a ése; suelta a
Barrabás! --volvieron a gritar
desaforadamente. Y Barrabás era un
bandido.*
No
queriendo soltar a Jesús piden que mejor liberen a Barrabas quien si era un
bandido convicto. Así es la ceguera espiritual, puedes aparentar pertenecer al
pueblo de Dios, a su liderazgo y aun estar acusando a Jesús como bandido
injustamente. Este evento nos recuerda que debemos conocer la verdad para que
esta nos libere del influjo de la maldad de nuestro corazón que no razona
libremente, sino que esta cautiva por sus pasiones y deseos.
Muy buen estudio Biblico, me a ayudado bastante a conocer la Biblia para la bendción de mi vida. Muchas gracias.Dios siga bendiciendo su vida, su familia, su ministeriio.
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