lunes, 12 de febrero de 2018

TIEMPO DE REFLEXIÓN



A menudo aprendemos mucho de nuestros hijos. Hace algún tiempo, un amigo castigó a su hija de tres años por desperdiciar un rollo completo de papel dorado para envolturas. Estaban escasos de dinero y él se puso furioso cuando la niña trató de decorar una caja para ponerla bajo el árbol de Navidad.

A pesar de todo, la pequeña niña le llevó el regalo a su papá la mañana siguiente y le dijo: "Esto es para ti, papi". Él se sintió aver­gonzado de su reacción anterior, pero su enojo volvió cuando vio la caja vacía.

Él le gritó: "¿No sabes que cuando uno da un regalo, se supone que haya algo dentro de él?". La pequeña niña lo miró con lágri­mas en un sus ojos y dijo: "Papi, no está vacía, yo tiré besitos dentro de la caja, todos para ti, papito".

El padre se sintió destrozado. Rodeó con sus brazos a su hijita y le rogó que lo perdonara. Mi amigo me dijo que él conservó aquella caja dorada junto a su cama por años. Cuando él se sentía desa­nimado, sacaba uno de aquellos besos en el aire y recordaba el amor con que una niña los había depositado allí.

Entendamos a nuestros hijos, tengamos paciencia. Ellos tienen algo muy importante que decimos mediante sus actos o palabras.

Mat 18:3 --Les aseguro que a menos que ustedes cambien y se vuelvan como niños, no entrarán en el reino de los cielos.

A menudo los niños nos dan grandes lecciones de vida, su fe, su inocencia, su humildad, su honestidad, su perdón, su amor, son cosas que cuando crecemos tendemos a olvidar. Cuando nos inmiscuimos en las cosas de este mundo, el estudio, el trabajo olvidamos lo bello que era ser un niño, la imaginación, la creatividad, los sueños, nuestros problemas mas grandes eran jugar y encontrar algo que nos divirtiera. Ahora saturados de cosas por hacer, de problemas, deudas, y responsabilidades parecemos olvidar que Jesús nos recuerda que para poder entrar en el reino de Dios necesitamos ser como niños. Que recuerdos bellos tienes de tu infancia, correr, jugar, divertirte, crear, imaginar, redescubre ese niño que dejaste enterrado en medio de todas tus ocupaciones y deja que los niños te recuerden lo bella que es la vida, lo sencilla que puede ser cuando nos ocupamos de lo verdaderamente importante. La historia de hoy nos recuerda que actos sencillos como los de la niña tienen mas valor que grandes u ostentosos regalos, que la sencillez de los niños nos conduzca a redescubrir el valor del amor y lo que verdaderamente importa.

GUÍA DE ESTUDIO

¿Qué recuerdas de tu niñez?
¿Qué enseñanzas has sacado de los niños?
¿Por qué piensas que Jesús nos pidió que fuéramos como niños para entrar al reino de Dios?
¿Cómo puedes ser más como un niño?

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