domingo, 4 de febrero de 2018

PREDICA DOMINICAL - COMO SE CORRIGE EL PECADO


¿COMO SE CORRIGE EL PECADO?

Con misericordia y verdad se corrige el pecado, Y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.
Proverbios 16:6 RVR1960

INTRODUCCION
Muchos creen que el pecado se corrige por medio de la disciplina, y claro no están lejos, pero la escritura tiene otra forma para tratar con el pecado del hombre.
Todos podemos caer en algún momento, no somos infalibles, muchas veces el pecado viene para descubrir nuestra maldad, nuestro orgullo o vanidad, pero entonces ¿cómo levantar al caído? La biblia nos da unos parámetros para hacerlo.
Muchos cuando caen solo reciben el castigo, la crítica, la burla, pero pocos se ocupan de apoyar al caído y hacerle volver. Mas son los que se ocupan de destruir su vida, de seguir la cadena de destrucción que los que se levantan para restaurar al que cae.
Todos hemos caído, una u otra vez en algo que es pecado, pea por nuestra negligencia, por el orgullo, por la vanidad, por terquedad, por insensatez, y no sacamos nada ocultando el pecado que pronto saldrá a la luz y terminará por destruirlo todo. Mas bien busquemos siervos dispuestos a ayudar y a restaurar lo que se perdió.
DESARROLLO
Muchos de los que pecan son conscientes de su pecado, quien no lo es, es muy probable que no haya experimentado un verdadero arrepentimiento, pero quien si lo ha experimentado, sabe que ha pecado, no puede ocultarlo pues su conciencia lo acusa, solo necesita de dos cosas para volver al camino, misericordia y verdad.
Conozco a muchos hermanos que se apartaron de la fe, aunque participaron de la iglesia, otros que se devolvieron a la iglesia tradicional, y otros que se volvieron al mundo, con algunos me hablo, a otros ya no, pero siempre tengo en mi corazón el anhelo de que vuelvan a la verdad, de que se conviertan verdaderamente a Cristo y persigan la buena batalla de la fe y buscando como hacer que volvieran llegue a este pasaje.
“Con misericordia y verdad se corrige el pecado, Y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal” (Prov. 16:6). Es con misericordia que tratando al hermano caído podemos hacerle caer en cuenta de su error, de su pecado, no restregándoselo, ni criticándolo, ni juzgándolo, es con trato misericordia y predicándole la verdad que el podrá volver a percibir el temor del Señor y se apartará de la maldad de su corazón. Si por el contrario no les decimos la verdad, les condenamos, por ejemplo, si alguien se casa, pero luego se separa siendo el causante del divorcio por pecado de adulterio, no sacamos nada diciéndole que se case de nuevo, o que aunque persiste en lo malo, Dios lo va a perdonar, antes debemos hablarle con la verdad para que pueda abandonar su pecado, recapacitando y pidiendo perdón a Dios.
He tenido el privilegio de compartir con personas que habían abandonado la fe por su trabajo, por su pecado o por simple descuido, y al volver a tratarles sin prejuicios, sino con compasión y misericordia, como quisiera yo mismo ser tratado en su posición, he visto como al predicarles la verdad y confrontar el pecado, el temor de Dios aparece y hace que se vuelvan al evangelio. Claro, no es una fórmula infalible, sino que depende de Dios, pero lo que si he visto es que el consejo de Dios es sabio para tratar con el pecador y aquel que ha caído.
La pornografía, el adulterio, la rebeldía, la desobediencia siguen causando muchas bajas en la iglesia y no podemos permitir que nuestra actitud lo empeore todo.

CONCLUSION

Ninguno de nosotros esta exento de caer, así que tratemos a nuestro prójimo con misericordia y hablémosle siempre con la verdad, a su tiempo dará fruto de justicia. Pidamos a Dios por nuestro hermano y ayudémosle a luchar contra la maldad de su corazón.
Seamos maduros al tratar con el que cae, brindándole un lugar lleno de misericordia a donde puede volver, pues muchos creyentes no quieren volver porque saben que serán duramente tratados o criticados. Mirémonos como creyentes, reflexionemos sobre el cómo tratamos a nuestro prójimo en pecado y miremos si quisiéramos ser tratados como lo hacemos ahora.
No permitamos que los que caen se aparten por nuestra actitud frente a ellos, necesitamos creyentes maduros que hagan que los que caen puedan volver a ser restaurados por medio del amor fraternal y la verdad.
Oremos, Señor líbranos de caer, y ayúdanos a levantar al hermano que cae, permítenos mostrarle misericordia y la verdad de tu palabra para que tu Santo Espíritu pueda obrar en su corazón, amen.


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