DERRIBANDO
FORTALEZAS
2Co 10:4 Las armas con que luchamos no son del
mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas.
INTRODUCCION
En la antigüedad las fortalezas servían para
edificar una ciudad, pues eran puntos valiosos para cuidar y preservar aquello
que tenía gran valor. Desde allí se defendía con todo lo que se tenía para que
el enemigo no tuviera posibilidad de entrar y robar el botín que allí se
guardaba.
El enemigo sigue usando estas fortalezas para
edificar destrucción en la vida del creyente, las fortalezas son estructuras
mentales que impiden al creyente dar fruto, crecer, madurar y fortalecerse.
Una fortaleza mantiene cautiva la vida del hombre y
le impide conocer a Dios en toda su plenitud y revelación.
Muchos creyentes aun conviven con fortalezas
mentales con las que batallan a diario para creer y para crecer
espiritualmente.
DESARROLLO
Las fortalezas son de dos clases, emocionales y
mentales, ellas hacen parte de la estrategia del enemigo la cual no debemos
dejar de conocer, ni la debemos dejar de tener en cuenta a la hora de lidiar
contra el adversario.
Dios nos ha dotado de armas espirituales que traen
con sigo su poder el cual nos permite derribar las fortalezas que el enemigo
durante todas nuestras vidas a creado en nuestras mentes.
Estas fortalezas corresponden a argumentos con los
que fuimos criados, forjados y establecidos en aquello que decimos creer.
Debido a esto, muchos creyentes aún permanecen bajo el influjo de las tinieblas
pues en sus mentes aún persisten fortalezas que les impiden ir al crecimiento
espiritual.
Una fortaleza puede ser un gusto particular, una
emoción particular, algo que nos despierta esas emociones, o pensamientos que
tenemos sobre algunos temas en particular. Temas como el homosexualismo hacen
parte de las fortalezas mentales en las que el enemigo ha filtrado sus
artimañas, por eso vemos a muchos creyentes aun contradiciendo el claro mandato
de las escrituras contra el homosexualismo, otros batallan con gustos
particulares como tatuajes, música, glotonería, los que los hace permisivos y
sensibles al daño espiritual que el enemigo quiera causarles. Otros persisten
en fortalezas con pensamientos de desánimo, tristeza, depresión, ansiedad,
afán, riquezas, placeres, emociones excitantes que no conducen a nada bueno,
pues se está alimentando nuestra naturaleza carnal y se descuida la espiritual.
Algunos otros persisten en fortalezas con pensamientos bíblicos sacados de
contexto y revelaciones contrarias a la revelación de las escrituras.
Como podemos notar como siguen las escrituras dice:
2Co 10:5 Destruimos argumentos y toda altivez que
se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento
para que se someta a Cristo.
La única forma de destruir toda fortaleza es a través
del conocimiento de Dios y su palabra, por medio de la cual podemos exponer
todo engaño de las tinieblas, y es entonces cuando podemos ejercer el dominio
propio y llevar todo pensamiento a la obediencia en Cristo.
Someter el pensamiento no es fácil, pero con el
tiempo y la práctica de la presencia de Dios en nuestras vidas te darás cuenta
que cada vez se hace más fácil someter todo pensamiento a la obediencia a Dios.
CONCLUSION
No todos se someten, por eso vemos tanta carnalidad
en las congregaciones, solo una mente completamente sometida a Cristo es
verdaderamente libre.
Abandonemos todo argumento que presentemos ante las
escrituras y más bien permitamos que ellas permeen nuestra forma de pensar.
Dejemos que sea Dios quien nos enseñe todo a través
de su Espíritu y no traguemos entero todo lo que recibimos.
Someter nuestra mente a Dios es el único camino a
una libertad completa en Cristo, para llevar una vida que de fruto abundante.
Hasta cuando vas a permanecer sostenido en
argumentos contrarios a la palabra de Dios, recapacita, pide a Dios que
escudriñe todo pensamiento y de seguro él se encargara de mostrarte cuales
pensamientos y emociones son fieles a la verdad y cuáles no.
Oremos, Señor sometemos delante de ti todo
pensamiento y emoción, llevándolos cautivos a la obediencia en ti, te amamos
por sobre todas las cosas y ninguna fortaleza nos impedirá ir hacia ti,
derribamos todo argumento contrario al conocimiento tuyo y nos consagramos,
permítenos ver aquello que no está conforme a tu revelación y verdad, amen.
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