PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo A. Sastoque M.
Ministerio Unidad de la Fe
VIGILEN Y OREN PARA QUE NO CAIGAN EN TENTACIÓN
PASAJE:
Mar 14:38 Vigilen y oren para que
no caigan en tentación. El espíritu está
dispuesto, pero el cuerpo* es
débil."
INTRODUCCIÓN
Algo que nos menciona la escritura es que vivimos
adormilados por el poder del pecado en nuestras vidas, y aunque en Cristo somos
libres de su influjo, no todos ven o entienden que este poder es real y
continua operando en nosotros aunque seamos salvos, manteniéndonos alejados de
la presencia de Dios a menos de que despertemos en Cristo para salvación y
fortalecimiento de nuestra fe.
Son muchos los llamados de la palabra de Dios a
despertar, porque será?, pues porque aunque no te das cuenta, la vida pasa a tu
alrededor y no estas consciente de ella, vives pensando en el pasado,
reviviendo los mismos errores, las mismas palabras y acciones, o te la pasas
pensando en el futuro en cosas que aún no han sucedido, pensando cómo podrían llegar
a ser llenándote de angustia o afán, pero perdemos nuestro tiempo porque no
estamos despiertos, no desfrutamos del aquí y ahora de la presencia de Dios, vivimos
como en un sueño, un sueño profundo en el que nos sumimos a nosotros mismos
para no asumir con responsabilidad la gracia que Dios ha derramado sobre
nuestras vidas, no es posible que como creyentes permitamos que el pecado, la depresión
por el pasado o la angustia por el futuro ganen espacio en nuestra vidas y que
nuestra espiritualidad se disuelva en el adormecimiento.
Este es un llamado a despertar, un llamado a volver a
la casa del Padre, un llamado a vigilar pero necesitas mantenerte alerta,
despierto, vigilando y orando para no caer en las redes del enemigo, para que
podamos resistir en medio de la prueba.
La tentación es algo que siempre va a tocar a la
puerta del creyente, porque proviene de nuestra propia concupiscencia, de
nuestros propios deseos y es allí donde el estar atento y vigilante nos puede
dar la ventaja en medio de la batalla, pues si no lo estamos caeremos con
facilidad en las trampas que el enemigo pone a nuestro alrededor, el nos conoce
y nos conoce a veces mejor de lo que nosotros mismos nos conocemos.
DESARROLLO
Jesús nos llama a mantenernos en una vigilia constante
en nuestras vidas y esto solo puede ocurrir a través de la oración y la meditación
de la escritura que pueden y deben ir de la mano, pues es la oración el único medio
que Dios ha proporcionado para que el espíritu del hombre se impregne de Dios,
se fortalezca en El y pueda adquirir su sabiduría, a través de la meditación de
la escritura podemos recibir revelación de mantenga nuestro espíritu bien
alimentado, firme en las escrituras para soportar todo embate de las doctrinas erróneas
y de la maldad que proviene de nuestra naturaleza carnal.
Mantenerse en un estado de vigilia constante no es fácil,
pues solo se adquiere mediante el esfuerzo constante por mantenerse consciente de
la presencia de Dios en todo momento y no por acciones específicas para
lograrlo, es algo que ocurre progresivamente, no es fácil hacerlo porque
siempre nuestra mente se distrae con facilidad, y nos perdemos en el sueño, un
sueño muy profundo, pero es importante descubrir que tenemos dominio propio, el
cual ya no ha sido dado por Dios (2 Timoteo 1:7), pero muchos no ejercen ningún
control sobre sus pensamientos y allí encuentran la derrota ante la tentación, así
que nuestro esfuerzo se halla en el reconocimiento de nuestra debilidad e imposibilidad
por mantenernos vigilantes, es allí donde el espíritu fortalecido puede
permitirnos mantenernos en este estado de vigilia conscientes de Su presencia.
Toda tentación empieza con un pensamiento que dejamos
posar en nuestra mente, pues un pensamiento cosecha una acción, una acción cosecha
un habito, un habito cosecha un carácter y este a su vez cosecha un destino, el
cual puede ser para bendición, de mantener nuestros pensamientos al margen de
Dios, o para destrucción si permitimos que pensamientos de adulterio, depresión,
angustia, afán, rencor, venganza, fornicación, entre muchos otros, con los
cuales puedes estar luchando constantemente, se vuelvan en nuestra contra y nos
aparten de este estado de vigilia consciente, en Su presencia.
Mantente en oración y medita de noche y de día en la
escritura para que tus pensamientos puedan ser controlados por tu espíritu,
para que puedas ejercer sobre ellos dominio y control, al principio parecerá imposible,
pero en la medida en que eres más consciente de la presencia de Dios en tu vida
a cada momento, te mantienes en oración con frecuencia y meditas en la
escritura encontrando su sabiduría, entonces te será más fácil.
CONCLUSIÓN
Es fácil caer en tentación cuando no ponemos en práctica
lo que la escritura menciona, porque entre más conocemos de Dios, mas podemos
reconocer nuestra debilidad, nuestra necesidad de Él, mas reconocemos la
debilidad de nuestra carnalidad, la cual es tentada con facilidad por la
pereza, por el temor, por el rencor, por la mentira, pero es allí donde Dios
nos da las herramientas para fortalecernos en El, para que reconociendo nuestra
debilidad podamos confiar en Su fortaleza y rendir nuestra vida para llenarnos
de Él. Solo así podemos mantenernos vigilantes, alertas en oración para que
podamos advertir el peligro y podamos enfrentarlo con mayor entereza en nuestro
corazón, siendo libres de la influencia de nuestra débil naturaleza carnal y
del pecado que adormece nuestras mentes y corazones, para ser fortalecidos en
nuestros espíritus y resistir el día malo.
Es allí donde la vigilia y la oración nos permiten
mantener a raya nuestra carnalidad, la cual no podemos quitar del todo, pero si
podemos mantenerla en un límite, pero si no nos mantenemos alerta y en oración con
frecuencia, nuestra carnalidad siempre hallara cabida en una mente frágil y
adormilada en su propia pereza espiritual.
Oro para que Dios nos proporcione la fortaleza para
mantenernos, despiertos, vigilantes, atentos ante cualquier ofensiva o
movimiento de nuestra carnalidad, y del enemigo en nuestras vidas, así como
para que podamos mantenernos conscientes de Su presencia en todo momento, que
podamos salvaguardarnos en oración, meditando en las escrituras y conociendo su
voluntad para cada circunstancia de nuestras vidas; despierta! querido hermano,
no permitas que tu mente se adormile en el pecado, despierta y levántate como
la iglesia que se ha preparado, se mantiene alerta y esta vigilante, atenta a Su
llegada, en el nombre de Jesús, amen.
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