lunes, 16 de septiembre de 2013

TIEMPO DE REFLEXIÓN


Mi abuelo amaba la vida, especialmente cuando podía hacerle una broma a alguien. Hasta que un frío domingo en Chicago, mi abue­lo pensó que Dios le había jugado una broma. Entonces no le causó mucha gracia. Él era carpintero. Ese día particularmente él había estado en la Iglesia haciendo unos baúles de madera para la ropa y otros artículos que enviarían a un orfelinato a China. Cuando regresaba a su casa, metió la mano al bolsillo de su cami­sa para sacar sus lentes, pero no estaban ahí. Estaba seguro de haberlos puesto ahí esa mañana, así que se regresó a la Iglesia. Los buscó, pero no los encontró. Entonces se dio cuenta de que los lentes se habían caído del bolsillo de su camisa, sin él darse cuenta, mientras trabajaba en los baúles que ya había cerrado y empacado. ¡Sus nuevos lentes iban camino a China! La Gran Depresión estaba en su apogeo y mi abuelo tenía 6 hijos. Había gastado 20 dólares en esos lentes. "No es justo -le dijo a Dios mientras manejaba frustrado de regreso a su casa-. Yo he hecho una obra buena donando mi tiempo y dinero y ahora esto".
Varios meses después, el Director del orfelinato estaba de visita en Estados Unidos. Quería visitar todas las Iglesias que lo habían ayudado cuando estaba en China, así que llegó un domingo en la noche a la pequeña Iglesia a donde asistía mi abuelo en Chicago. Mi abuelo y su familia estaban sentados entre los fieles, como de costumbre. El misionero empezó por agradecer a la gente por su bondad al apoyar al orfelinato con sus donaciones. "Pero más que nada -dijo- debo agradecerles por los lentes que mandaron. Ve­rán, los comunistas habían entrado al orfelinato, destruyendo todo lo que teníamos, incluyendo mis lentes. ¡Estaba desesperado! Aún y cuando tuviera el dinero para comprar otros, no había dónde. Además de no poder ver bien, todos los días tenía fuertes dolores de cabeza, así que mis compañeros y yo estuvimos pidiendo mucho a Dios por esto. Entonces llegaron sus donaciones. Cuando mis compañeros sacaron todo, encontraron unos lentes encima de una de las cajas". El misionero hizo una larga pausa, como permitiendo que todos digirieran sus palabras. Luego, aún maravillado, continuó: "Amigos, cuando me puse los lentes, eran como si los hubieran mandado hacer justo para mí! ¡Quiero agradecerles por ser parte de esto!". Todas las personas escucharon, y estaban contentos por los lentes milagrosos. Pero el misionero debió haberse confundido de Iglesia, pensaron. No había ningunos lentes en la lista de productos que habían enviado a China. Pero sentado atrás en silencio, con lágrimas en sus ojos, un carpintero ordinario se daba cuenta de que el Carpintero Maestro lo había utilizado de una manera extraordinaria.

1Pedro 5:10  Y después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo,  Dios mismo,  el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo,  los restaurará y los hará fuertes,  firmes y estables.


A veces Dios en su infinita misericordia dispone de situaciones que no comprendemos en nuestro limitado entendimiento, puede ser que perdamos algo, que nos encontremos enfermos, que los problemas en el estudio, el hogar o con la familia sean muy incomodos y hasta molestos, pero lo que debemos saber es que Dios obra poderosamente en estas circunstancias, porque es allí donde sale a flote todo lo que hay escondido en nuestro corazón, puede que salgan insultos, groserías, discusiones, contiendas, y cualquier cantidad de cosas, y esto nos permite ver lo que antes no veíamos o que ocultamos con tanta facilidad ante los demás, solo en los momentos difíciles salen a flote lo mejor o lo peor de nosotros, que sale de ti cuando discutes?, que sale de ti cuando la situación se vuelve contraria?, o pierdes algo? O te hacen algo que no parece justo?, este sufrimiento que se despierta en lo profundo de nuestros corazones cuando enfrentamos la adversidad en la forma en que se nos presente, puede ser de gran bendición solo para quienes entienden que el sufrimiento es la forma y el camino que Dios usa para perfeccionaros, para restaurar lo que hemos perdido, para fortalecernos en medio de nuestra debilidad y para establecernos en su Reino, pues confiamos en que Él tiene el control de todo, que nada sucede de manera desprevenida sino que Dios todo lo permite en Su pueblo para que luego de sufrir por un tiempo como menciona el versículo, podamos comprender a Dios de una manera diferente, solo quien sufre, entiende el sufrimiento en el prójimo, solo quien pierde algo, sabe que su fortaleza no puede estar en las cosas terrenales sino en Dios, porque en este mundo todo es pasajero, solo quien enfrenta las dificultades que la vida le plantea, sabe dar consuelo al corazón de aquellos que se afán, de los que se angustian, y solo los que saben que sin Dios se hallaban perdidos son los que pueden traer de vuelta a los perdidos a la casa del Padre. No permitas que las circunstancias te venzan solo aprende en medio de ellas a confiar en Dios, y cuando comprendas el propósito, entonces el sufrimiento desaparecerá, porque ahora entiendes porque sufres, y si miras al sufrimiento con los ojos de Dios, entonces sabrás que todo obra para tu bien, y que lo que vives lo vives para dar gloria a Su nombre. 

1 comentario:

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