lunes, 30 de septiembre de 2013

TIEMPO DE REFLEXIÓN



Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, y por eso, desde el primer momento se procuró un "chivo expiatorio", para encubrir al culpable. El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas esperanzas de escapar al terrible veredicto: ¡La horca! El juez, también comprado, cuidó no obstante, de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: "Conociendo tu fama de hombre justo y devo­to del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino: Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras 'culpable' e 'ino­cente'. Tú escogerás y será la mano de Dios la que decida tu des­tino". Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos pape­les con la misma leyenda: 'CULPABLE'. Y la pobre víctima, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria. El juez ordenó al hombre tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca, lo engulló rápidamente. Sorprendidos e indignados, los presentes le reprocharon... "Pero, ¿qué hizo...?, ¿y ahora...?, ¿cómo vamos a saber el veredicto...?". "Es muy sencillo, -respon­dió el hombre- es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué". Con un gran coraje disimulado, tuvieron que liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.

Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida, ni de luchar hasta el último momento. Muchas veces creemos que los problemas no tienen solución y nos resig­namos a perder y no luchar, olvidando aquellas palabras de: "Lo que es imposible para el ser humano, es posible para Dios".

Mat 19:26  Y mirándolos Jesús,  les dijo: Para los hombres esto es imposible;  más para Dios todo es posible.

Lejos de toda posibilidad algunas veces miramos ciertas circunstancias, pues nos llenamos de duda, angustia, temor o afán, con los cuales se hace imposible poder esperar una respuesta a nuestras peticiones, de allí que sea muy importante enfrentarnos a situaciones difíciles aquellas que parecen imposibles de cambiar por nuestros propios medios, para darnos cuenta de que debemos aprender a confiar en Dios, la imposibilidad es la oportunidad más maravillosa que Dios da al ser humano, para conocerle, para confiar en Él, es allí donde la confianza se forma, porque si vives de la autoconfianza que has puesto sobre ti mismo, te será imposible confiar en alguien diferente a ti mismo, esto solo hará que limites las opciones que Dios puede brindarte para que cercano a Él, te mantengas en medio de la prueba. La imposibilidad atenta contra nuestro prejuicios, contra lo que se nos ha enseñado y atenta contra nuestro ego, por eso es importante que todo aquel que se acerca a Dios con sinceridad tenga que enfrentar en su vida situaciones o circunstancias imposibles que le hagan renunciar a esta autoconfianza, que le enseñen a confiar en Dios y no en sus propios juicios. Quien aprende a confiar en Dios se enfrenta con valentía y devoción a cualquiera que sea la circunstancia, pues sabe que él no puede, pero que tiene un Dios que si puede, que puede poner todo aquello que parece contrario a nuestro favor, si sufres comprende el sentido y el valor que tiene para Dios el sufrimiento y dejaras de sufrir, si te enfrentas a un imposible, ve confiado en que suceda lo que suceda Dios quiere hacer de lo imposible, posible para que confíes en El cada día mas. Así como en la historia, este hombre aprendió a confiar en Dios y recibió la forma de salir del problema que se avecinaba, pero no fue su astucia, ni su inteligencia, fue más bien su confianza en Dios lo que le permitió saber que hacer hasta el último momento, y aunque tenía todo en contra, supo cómo responder a esta situación bajo la guía de Dios, quien obra en lo imposible, cuál es tu imposible?, recuerda que lo que Dios busca es que confíes, busca primero en ti, que detiene tu confianza, quítalo de en medio, puede ser la duda, el temor, el afán, la autoconfianza, el dolor, o la culpa, y enfrenta con valor lo que Dios te ha dado para conquistar, lo imposible.

1 comentario:

  1. Excelente reflexión! Muchas veces, cuando dejamos que nuestras angustias sean mas grandes que nuestra FE, nos olvidamos que nuestro padre esta ahí para consolarnos, para ayudarnos a superar cada prueba... Debemos ser constantes en nuestra FE y en el amor por nuestro Dios.

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