Temía estar solo, hasta que aprendí que en Dios nadie
lo esta.
Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente
fracaso cuando no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que solo me
importo lo que Cristo dice de mi.
Temía que me rechazaran, hasta que entendí que Jesús
también lo rechazaron.
Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es
necesario para crecer.
Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de
las mentiras en mi mismo.
Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el
final, sino más bien el comienzo de una nueva aventura.
Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra
cosa más que ignorancia.
Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mí
mismo.
Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba
sabiduría día a día.
Temía al pasado, hasta que comprendí que debía vivir
en mi presente.
Temía a la oscuridad, hasta que vi que Su luz llena
toda oscuridad.
Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más
hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.
Hagamos que nuestras vidas cada día tengan mas vida y
si nos sentimos desfallecer no olvidemos que al final siempre hay algo más.
1Juan 4:17 En el
amor no hay temor
El temor solo puede hallar cabida en nosotros cuando
desconocemos algo, cuando desconocemos la muerte entonces le tememos, cuando
desconocemos el futuro entonces le tememos, o vivimos bajo la sombra del temor
cuando dejamos que el pasado nos controle, así que el temor solo puede
encontrarse en cada área en donde ignoramos el propósito que esta tiene para nuestras
vidas, tememos a lo que no conocemos, pero cuando tienes la seguridad en la fe
de tu salvación en Cristo, la muerte ya no tiene poder para hacerte temer,
porque ahora conoces tu destino, cuando sabes que Dios tiene con certeza en tu
corazón el control de tu vida, entonces ya no te preocupas por el futuro, más
bien descansas en El, y cuando Dios sana las heridas del pasado a través del
perdón, entonces puedes vivir libre de todo temor ante la vida; si la
enfermedad llega a tu vida, en aquel momento comprenderás el dolor ajeno, y aun
en ese estado puedes encontrar consuelo para tu agonía, entonces ya no habrá
temor al dolor, a la muerte o a la enfermedad, frecuentemente hemos de ser
confrontados con el temor para que el amor de Dios sea perfeccionado en
nosotros, porque cuando temes, entonces no puedes amar, cuando temes que tu
pareja te abandone, entonces te encierras en los celos enfermizos, y la
frustración en vez de amarla y entregar tu vida por ella, cuando temes por tu trabajo, entonces vives bajo una amargura
constante en vez de disfrutar cada nueva aventura. Hay un temor que prima sobre todos y es el temor a morir, algunos
piensan que este temor es la raíz de todos los otros temores, como el temor al
éxito, la frustración, el dolor, al que dirán, entre otros, la humanidad vive
bajo la constante amenaza del temor con el cual muchos son fácilmente dominados o subyugados,
algunos no son capaces de cambiar de trabajo porque no creen que sean lo
suficientemente buenos para hacer otra cosa, otros no son capaces de pedir la
mano de su pareja, porque le temen al compromiso, otros no quieren
comprometerse en una amistad porque antes les han pagado mal, pero cuando el
amor de Dios fluye, este amor te fortalece, te anima a tomar riesgos, te anima
a enfrentar tus temores, porque sabes que solo necesitas descubrir lo que se
esconde detrás del temor para desarmarlo, y cuando tu fe se ha establecido en
Dios, sabes que cielo y tierra pasaran, mas su palabra no pasara, Su amor
siempre estará disponible para ayudarte, para confrontarte, para entenderte y
para que con valentía enfrentes cada circunstancia que está diseñada para que
te vuelvas un vencedor en Cristo. El temor es la oportunidad que Dios te brinda
para que te liberes de la autoconfianza y que puedas afirmarte en El.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por compartir con nosotros. Bendiciones