Un
esposo fue a visitar a un sabio consejero y le dijo que ya no quería a su
esposa y que pensaba separarse.
El sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y solamente le dijo una
palabra: "Ámela". Luego se calló.
-Pero
es que ya no siento nada por ella.
-"Amela",
repuso el sabio.
Y ante el desconcierto del señor, después de un oportuno silencio,
agregó lo siguiente: "Amar es una decisión, no un sentimiento; amar es
dedicación y entrega. Amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor. El
amor es un ejercicio de jardinería: Arranque lo que hace daño, prepare el
terreno, siembre, sea paciente, riegue y cuide. Esté preparado porque habrá
plagas, sequías o excesos de lluvia, mas no por eso abandone su jardín. Ame a
su pareja, es decir, acéptela, valórela, respétela, manifiéstele afecto y
ternura, admírela y compréndala. Eso es todo, ámela".
Efesios
5:25 Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó
por ella
Muchas personas procuran hoy separarse ante la
frustración, la monotonía, el cansancio, las discusiones o las dificultades,
esto proviene de una sociedad facilista que gusta de salidas fáciles a todo.
Siempre se nos hizo creer que el amor era un sentimiento, pero cuando vemos el
amor en las escrituras encontramos mas que un verbo, una acción continua de
amar, Dios entrega a su hijo por amor, su hijo voluntariamente acepta y se entrega
por amor. Si revisas las escrituras no encontraras a Jesús diciéndoles a sus
discípulos que les ama, mas bien el tiende a demostrárselo por medio de sus
acciones diarias, así es el amor, no solo se dice, mas bien se demuestra. La
historia de hoy nos recuerda que para amar necesitamos una decisión firme, esa
misma convicción que proviene de nuestro amor a Dios, para poder amar a nuestro
prójimo cercano que es nuestro cónyuge. Las decisiones mueven nuestras
motivaciones, si el amor no surge una decisión firme en Dios de amar a la
pareja, cuando vengan los problemas y dificultades, siempre se procurará
acabarlo todo, pero si en cambio nos mantenemos firmes en nuestra decisión de
vivir y amar toda la vida a nuestro cónyuge, procederemos conforme a esta decisión,
nos apartaremos de la tentación, buscaremos aprovechar toda oportunidad para
decirle a nuestras parejas con nuestras con nuestras acciones que les amamos.
La escritura nos recuerda que el compromiso de amar implica hasta el dar la
vida, tal cual Cristo la dio por su iglesia.
GUIA DE ESTUDIO
¿Amas a tu cónyuge?
¿Amas a tu prójimo?
¿Tienes una decisión firme para amar?
¿Cómo crees que es el amor bíblico que debemos
practicar?
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