domingo, 25 de marzo de 2018

PREDICA DOMINICAL - EL SABIO TIENE PRESENTE LA MUERTE



EL SABIO TIENE PRESENTE LA MUERTE

Ec 7:4 El sabio tiene presente la muerte;
el necio sólo piensa en la diversión.

INTRODUCCION

Este mundo actual que poco o nada tiene presente a Dios, tampoco tiene presente a la muerte. La muerte tiene la capacidad de despertar en nosotros la verdadera esencia de nuestro ser, de allí que muchas personas se vuelvan a Dios cuando son ancianos y ven cercana la muerte.

Y no solo los ancianos, cualquier persona que sufra una enfermedad incurable, te sabrá decir que en sus últimos días o semanas, reflexiono sobre su vida como en ningún otro, muchos buscaron de Dios, otros simplemente se adentraron en su perdición para sufrir aún más, pero siempre la muerte tiene el poder de hacernos ver lo que verdaderamente importa.
Hace algún tiempo meditaba sobre la muerte y sobre el punto siguiente, - y si tuviera que morir en 1 mes, ¿seguiría haciendo lo que hago? – la muerte fue confrontadora, con sinceridad como en ningún otro momento tuve que pensar sobre si lo que hacía valía realmente la pena, lo siguiente que descubrí es que no estaría haciendo muchas de las cosas que hago diariamente, como desperdiciar el tiempo, distracciones inútiles, hasta me pregunte si seguiría trabajando, a lo cual inmediatamente respondí que no, me dedicaría a predicar y dejar listo todo lo que Dios me dio el privilegio de compartir y hasta pensé en irme a evangelizar como muchas veces quise hacerlo, pero por el tiempo, el trabajo y las ocupaciones no lo hice.

DESARROLLO

El proverbio sabio de Salomón nos recuerda que para que no perdamos el norte y nos mantengamos siempre conscientes de lo que verdaderamente importa en nuestras vidas, debemos pensar y tener presente a la muerte, porque no sabemos en que momento llegará. ¿Que tal si te toma por sorpresa mañana, en una semana, en un mes o en un año? Podrías decir que has aprovechado lo que Dios te ha dado o solo lo has malgastado o escondido.
No somos seres eternos aquí en la tierra, hemos de experimentar la muerte y no habrá una segunda oportunidad, como creen los reencarnacionistas, esta es nuestra única oportunidad, y no se trata de afanarnos por lograr cosas materiales, sino de hacer tesoros en lo eterno y para ello no necesitamos una gran y estrafalaria muestras de cosas o títulos, sino que todo se nos contara conforme a la obediencia a la fe.

Mientras el mundo solo piensa en diversión, disfrute y placer, el creyente busca la introspección, la meditación, la oración para apartarse en santidad a Dios, mientras el mundo va en un sentido, nosotros vamos en contra, enfrentando toda tentación, reconociendo que la muerte puede llegar en cualquier momento y que cada instante vale la pena por vivir y por servir a Dios.

El mundo ha tergiversado la frase: “vive cada día como si fuera el ultimo” para disfrutar, gozar y darse gusto, pero si en realidad comprendieran, sabrían que cada día nos fue dado y encomendado para dar lo mejor de nosotros y dar gloria a Dios. Pocos tienen en cuenta la sabiduría con la que escribió Salomón que nos recuerda: Ec 7:8 “Vale más el fin de algo que su principio”. Necesitamos tener en cuenta siempre el final, porque podemos perder de vista la eternidad si ponemos nuestros ojos sobre lo terrenal, por eso muchos se han distraído en los afanes de este mundo y en sus éxitos personales olvidando lo eterno.

CONCLUSION

Quiero que tu vida valga la pena o mejor, la alegría. Quiero que busques de Dios con más intensidad, con mayor ahínco, con más pasión, que sirvas como si fuera la última vez, que hagas lo que Dios dispuso en tu corazón para hacer y que te gastes la vida en ello.

Me gustaría que pensaras hoy en tu muerte, como quisieras ser recordado, pero no aquí en la tierra, sino en la eternidad, ante Dios. Como aquel que escondió su talento y fue llamado siervo infiel, o como aquel que multiplico lo que le fue encomendado, lo administro sabiamente teniendo siempre en cuenta su muerte y fue llamado siervo fiel. Yo espero ser un siervo fiel, aunque me siento inútil. No tengo nada en lo que pueda gloriarme, sino en la cruz de mi Señor y espero que mi vida como la tuya haya valido el sufrimiento y precio que fueron pagados por Cristo. Por eso con amor, nos entregamos y consagramos a vivir por él y para él.

Si tenemos la muerte presente siempre obraremos y pensaremos sabiamente, pues la muerte hará que pensemos siempre en lo eterno, lo que verdaderamente importa. Gasta tu vida en él, como dice la escritura:
Juan 12:25 El que se apega a su vida la pierde; en cambio, el que aborrece su vida en este mundo, la conserva para la vida eterna.

Oremos, Señor queremos vivir una vida que valga tu sufrimiento, que valga la pena para ti y que sea conforme a tu voluntad, esperamos y confiamos en ti, pues tu voluntad es buena perfecta y agradable porque siempre tus pensamientos son más altos y mejores, guíanos a reconocer que en cualquier momento la muerte puede tocar a nuestra puerta y que vivamos cada día como si fuera el ultimo, amen.

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