EL
SABIO TIENE PRESENTE LA MUERTE
Ec
7:4 El sabio tiene presente la muerte;
el
necio sólo piensa en la diversión.
INTRODUCCION
Este
mundo actual que poco o nada tiene presente a Dios, tampoco tiene presente a la
muerte. La muerte tiene la capacidad de despertar en nosotros la verdadera
esencia de nuestro ser, de allí que muchas personas se vuelvan a Dios cuando
son ancianos y ven cercana la muerte.
Y no solo los ancianos, cualquier
persona que sufra una enfermedad incurable, te sabrá decir que en sus últimos
días o semanas, reflexiono sobre su vida como en ningún otro, muchos buscaron
de Dios, otros simplemente se adentraron en su perdición para sufrir aún más,
pero siempre la muerte tiene el poder de hacernos ver lo que verdaderamente
importa.
Hace algún tiempo meditaba sobre
la muerte y sobre el punto siguiente, - y si tuviera que morir en 1 mes,
¿seguiría haciendo lo que hago? – la muerte fue confrontadora, con sinceridad
como en ningún otro momento tuve que pensar sobre si lo que hacía valía
realmente la pena, lo siguiente que descubrí es que no estaría haciendo muchas
de las cosas que hago diariamente, como desperdiciar el tiempo, distracciones
inútiles, hasta me pregunte si seguiría trabajando, a lo cual inmediatamente respondí
que no, me dedicaría a predicar y dejar listo todo lo que Dios me dio el privilegio
de compartir y hasta pensé en irme a evangelizar como muchas veces quise
hacerlo, pero por el tiempo, el trabajo y las ocupaciones no lo hice.
DESARROLLO
El proverbio sabio de Salomón nos
recuerda que para que no perdamos el norte y nos mantengamos siempre
conscientes de lo que verdaderamente importa en nuestras vidas, debemos pensar
y tener presente a la muerte, porque no sabemos en que momento llegará. ¿Que
tal si te toma por sorpresa mañana, en una semana, en un mes o en un año? Podrías
decir que has aprovechado lo que Dios te ha dado o solo lo has malgastado o
escondido.
No somos seres eternos aquí en la
tierra, hemos de experimentar la muerte y no habrá una segunda oportunidad,
como creen los reencarnacionistas, esta es nuestra única oportunidad, y no se
trata de afanarnos por lograr cosas materiales, sino de hacer tesoros en lo
eterno y para ello no necesitamos una gran y estrafalaria muestras de cosas o
títulos, sino que todo se nos contara conforme a la obediencia a la fe.
Mientras el mundo solo piensa en
diversión, disfrute y placer, el creyente busca la introspección, la
meditación, la oración para apartarse en santidad a Dios, mientras el mundo va
en un sentido, nosotros vamos en contra, enfrentando toda tentación,
reconociendo que la muerte puede llegar en cualquier momento y que cada
instante vale la pena por vivir y por servir a Dios.
El mundo ha tergiversado la
frase: “vive cada día como si fuera el ultimo” para disfrutar, gozar y darse
gusto, pero si en realidad comprendieran, sabrían que cada día nos fue dado y
encomendado para dar lo mejor de nosotros y dar gloria a Dios. Pocos tienen en
cuenta la sabiduría con la que escribió Salomón que nos recuerda: Ec 7:8 “Vale
más el fin de algo que su principio”. Necesitamos tener en cuenta siempre el
final, porque podemos perder de vista la eternidad si ponemos nuestros ojos
sobre lo terrenal, por eso muchos se han distraído en los afanes de este mundo
y en sus éxitos personales olvidando lo eterno.
CONCLUSION
Quiero que tu vida valga la pena
o mejor, la alegría. Quiero que busques de Dios con más intensidad, con mayor ahínco,
con más pasión, que sirvas como si fuera la última vez, que hagas lo que Dios
dispuso en tu corazón para hacer y que te gastes la vida en ello.
Me gustaría que pensaras hoy en
tu muerte, como quisieras ser recordado, pero no aquí en la tierra, sino en la
eternidad, ante Dios. Como aquel que escondió su talento y fue llamado siervo
infiel, o como aquel que multiplico lo que le fue encomendado, lo administro
sabiamente teniendo siempre en cuenta su muerte y fue llamado siervo fiel. Yo
espero ser un siervo fiel, aunque me siento inútil. No tengo nada en lo que
pueda gloriarme, sino en la cruz de mi Señor y espero que mi vida como la tuya
haya valido el sufrimiento y precio que fueron pagados por Cristo. Por eso con
amor, nos entregamos y consagramos a vivir por él y para él.
Si tenemos la muerte presente
siempre obraremos y pensaremos sabiamente, pues la muerte hará que pensemos
siempre en lo eterno, lo que verdaderamente importa. Gasta tu vida en él, como
dice la escritura:
Juan
12:25 El que se apega a su vida la pierde; en cambio, el que aborrece su vida
en este mundo, la conserva para la vida eterna.
Oremos, Señor queremos vivir una
vida que valga tu sufrimiento, que valga la pena para ti y que sea conforme a
tu voluntad, esperamos y confiamos en ti, pues tu voluntad es buena perfecta y
agradable porque siempre tus pensamientos son más altos y mejores, guíanos a
reconocer que en cualquier momento la muerte puede tocar a nuestra puerta y que
vivamos cada día como si fuera el ultimo, amen.
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