ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
Joh 19:1
Pilato tomó entonces a Jesús y mandó que lo azotaran.
Como
era costumbre al prisionero se le azotaba de manera tan cruel que se retractara
de sus declaraciones y además seguramente Pilato con ello tenía la intención de
apaciguar a los judíos. Jesús es azotado conforme al dictamen romano de forma
cruel y despiadada como a cualquier reo, sin compasión y de forma brutal, con
tal de acabar todo impulso y aliento del acusado.
Joh
19:2 Los
soldados, que habían tejido una corona
de espinas, se la pusieron a Jesús en la
cabeza y lo vistieron con un manto de color púrpura.
No
basto ser azotado para los soldados apuntados allí, sino que además procuran
torturarle colocándole una corona hecha de espinos en la cabeza y un manto
purpura (color de la realeza), señalándole como acusado de creerse rey de los
judíos.
Joh
19:3 --¡Viva
el rey de los judíos! --le
gritaban, mientras se le acercaban para
abofetearlo.
Su
tortura es vil y despiadada, ahora se burlan de él gritándole rey de los judíos,
mientras le abofetean. Cada espacio de tiempo hasta su crucifixión, está lleno
de difíciles pruebas, burlas, rechazo, negación, golpes, tortura, es Cristo
mismo sometiéndose voluntariamente a entregar su vida. Tanto dolor, sufrimiento
y vergüenza a la que se ha sometido debe hacernos reflexionar sobre nuestra
naturaleza y la verdad del amor de Dios, capaz de entregarse por la humanidad.
Joh
19:4 Pilato
volvió a salir. --Aquí lo tienen --dijo
a los judíos--. Lo he sacado para que
sepan que no lo encuentro culpable de nada.
Pilato
ha hecho todo lo posible por calmar la sed de venganza de los sacerdotes judíos
en contra de Jesús, por lo que se los entrega diciendo que no le encuentra
culpable de nada, pero aun sin serlo ha sido castigado como el peor de todos.
Joh
19:5 Cuando
salió Jesús, llevaba puestos la corona
de espinas y el manto de color púrpura.
--¡Aquí tienen al hombre! --les
dijo Pilato.
Jesús
es avergonzado públicamente y expuesto a la ignominia, deshonrado por su propio
pueblo es quebrantado a lo sumo. Su quebranto y abatimiento no dan cabida a la
duda, ni a la queja, cuanto dolor ha soportado y ni aun así, ha respondido.
Allí puedo ver que mi dolor y mi sufrimiento no son nada comparados contigo, el
creador siendo destrozado por la creación, y todo por amor.
Joh
19:6 Tan
pronto como lo vieron, los jefes de los
sacerdotes y los guardias gritaron a voz en cuello: --¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
--Pues llévenselo y crucifíquenlo ustedes --replicó Pilato--. Por mi parte,
no lo encuentro culpable de nada.
Para
los judíos no bastaron los azotes, ni la tortura, lo quieren muerto, porque
muerto es la única forma en que creen que pueden librarse de aquel a quien
temen. Piden su crucifixión, método brutal para dar muerte a los malhechores,
bandidos y enemigos del imperio romano, usado para evitar que los pueblos
conquistados se levantasen en contra del imperio, pues les recordaba el castigo
al que podían exponerse.
Joh
19:7
--Nosotros tenemos una ley, y
según esa ley debe morir, porque se ha
hecho pasar por Hijo de Dios --insistieron los judíos.
Los
sacerdotes alegan que su causa es justa por cuanto Jesús según ellos se ha
hecho pasar por Hijo de Dios, lo cual según la ley judaica es castigado con la
muerte. Lo que no entienden es que tienen al Hijo del Dios que predican, a
aquel en quien dicen creer y por el que fueron hechas todas las cosas, pero su
ceguera es tan fuerte y estrepitosa, como la de toda la humanidad, pues ellos
solo representan a todo ser religioso, pero incrédulo; los cuales abundan.
Ellos apelan al cumplimiento de su ley protegida por el emperador y que debe
ser puesta en cumplimiento por el gobernador civil que es Pilato.
Joh
19:8 Al oír
esto, Pilato se atemorizó aún más,
Juan
recalca en la presión que siente Pilato al enjuiciar a Jesús.
Joh
19:9 así que
entró de nuevo en el palacio y le preguntó a Jesús: --¿De dónde eres tú? Pero Jesús no le contestó nada.
Pilato
se haya en entredicho pues su esposa le ha dicho que no mate a este hombre,
pero por el otro lado están las autoridades judías a quienes debe hacer
justicia según su acomodo, de allí que pregunte por su origen, de donde eres,
como si eso fuera a cambiar la decisión que ha de tomar.
Joh
19:10 --¿Te
niegas a hablarme? --le dijo
Pilato--. ¿No te das cuenta de que tengo
poder para ponerte en libertad o para mandar que te crucifiquen?
Pilato
no comprende el poder de Dios, en su vanagloria le pregunta porque se niega a
hablar sabiendo que supuestamente en sus manos está el que sea librado de la
muerte, pero Jesús calla, mientras es cuestionado. No tiene argumentos, solo
obedece la voluntad de su Padre, que es contraria a lo que todos pensaríamos,
es su Hijo, porque le hace esto, pero un Padre como Dios sabe reconocer la
voluntad del Hijo y su obediencia para librar en amor al hombre. Pilato
representa la arrogancia del hombre que cree que tiene la justicia en sus
manos, cuando en realidad todo está sometido a la soberanía divina.
Joh
19:11 --No
tendrías ningún poder sobre mí si no se te hubiera dado de arriba --le contestó
Jesús--. Por eso el que me puso en tus
manos es culpable de un pecado más grande.
Jesús
responde luego a la interpelación de Pilato diciéndole que todo poder proviene
de lo alto, o sea que es dado por Dios, así sea justo o injusto, cada pueblo
cosecha lo que siembra. Aun los gobernantes injustos están sometidos a la
soberanía divina la cual actúa en ellos para un propósito específico. Pilato es
tan culpable como todos, aunque quiera librarse de culpa, pero el sumo
sacerdote judío (Caifás) es culpable de un pecado mayor, al no reconocer en su
puesto a quien debía rendir honor.
Joh
19:12 Desde
entonces Pilato procuraba poner en libertad a Jesús, pero los judíos gritaban
desaforadamente: --Si dejas en libertad
a este hombre, no eres amigo del
emperador. Cualquiera que pretende ser
rey se hace su enemigo.
La
última respuesta de Jesús parece haberle hecho comprender su error, por lo que
procura soltarle, aunque el embrollo de este asunto no va a resolverse como el
precisa. Los judíos le presionan cada vez más para que cumpla su voluntad de
crucificarle, por lo cual acuden a culparle de ser enemigo del emperador, pues
procura otro rey diferente al emperador romano.
Joh
19:13 Al oír
esto, Pilato llevó a Jesús hacia fuera y
se sentó en el tribunal, en un lugar al
que llamaban el Empedrado (que en arameo
se dice Gabatá).
Joh
19:14 Era el
día de la preparación para la Pascua,
cerca del mediodía.* --Aquí tienen a su rey --dijo Pilato a los judíos.
Nuevamente
Juan hace referencia a la fiesta judía que tenía cumplimiento mientras Jesús
era entregado como cordero pascual, este es el viernes día de preparación para
el descanso sabático Pilato entrega a Jesús para el cumplimiento de la voluntad
judía, temiendo repercusiones de no hacerlo.
Joh
19:15
--¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!
--vociferaron. --¿Acaso voy a
crucificar a su rey? --replicó Pilato. --No tenemos más
rey que el emperador romano --contestaron los jefes de los sacerdotes.
Las
voces de los judíos retumban ante los nuestros como sus voces fueran las
nuestras, clamando porque Jesús fuese crucificado. Pilato nuevamente intenta
escabullirse de su culpa, haciendo preguntas sin sentido. Pero a su
cuestionamiento los judíos reconocen no tener otro rey más que el emperador
romano. Cuanta contaminación entre el poder político y el religioso, que hacían
a uno tomar decisiones injustas y otros seguir por un camino de perdición. El
poder político nunca estará por encima del poder espiritual, pero eso no se
basa en posición sino en autoridad.
Joh
19:16 Entonces
Pilato se lo entregó para que lo crucificaran, y los soldados se lo llevaron.
Juan
no describe el lavado de manos de Pilato al entregar a Jesús creyendo que con
eso lavaría su culpa, al final termina cediendo ante el temor que tiene de
perder sus privilegios como gobernador romano, así que entrega a Jesús para ser
crucificado. Cuanta injusticia, cuanto dolor tuvo que soportar nuestro amado
Señor para salvarnos. Que su entrega sea muestra y ejemplo a seguir para todos
los creyentes.
Joh
19:17 Jesús
salió cargando su propia cruz hacia el lugar de la Calavera (que en arameo se llama Gólgota).
Jesús
sale azotado, rechazado, adolorido, y sufrido; tratado como el peor de los
delincuentes y juzgado con tal injusticia como no hay ninguno. Sale cargando
otro dolor más que soportar, la cruz con la que habría de ir a donde seria
crucificado. Si hay algo cruel en todo su tratamiento, terminar por hacerle
cargar su propia cruz terminaba por apabullar el espíritu de aquel reo. Jesús
lo ha soportado todo con tal hombría, con tal humildad, pudiendo librarse a si
mismo con una palabra, prefiere callar y sufrir por amor.
Joh
19:18 Allí lo
crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio.
Juan
prefiere no describir todo el trayecto, así que pasa a dar lugar a la
crucifixión tortura en extremo dolorosa. Describe de igual manera que junto a
él hay otros dos reos, uno a cada lado, siendo Jesús puesto en medio de ellos.
Que tristeza tan profunda la que debe sentir nuestro ser al ver allí puesto
entre criminales al más puro, al más justo, al único sin pecado.
Joh
19:19 Pilato
mandó que se pusiera sobre la cruz un letrero en el que
estuviera escrito: "JES'US DE
NAZARET, REY DE LOS JUD'IOS."
No
sabemos si como burla o recordatorio para todos los que le vieran Pilato coloca
sobre la cruz este letrero que parece el único reconocimiento a la verdad en
medio de tanta mentira, manipulación y engaño.
Joh
19:20 Muchos de
los judíos lo leyeron, porque el sitio
en que crucificaron a Jesús estaba cerca de la ciudad. El letrero estaba escrito en arameo, latín y griego.
Todos
pudieron leerlo de modo que ninguno se quedaría sin saber que allí fue muerto
el verdadero rey de los judíos y todo creyente. Juan escribe esto como algo que
causó impacto.
Joh
19:21 --No
escribas 'Rey de los judíos' --protestaron ante Pilato los jefes de los
sacerdotes judíos--. Era él quien decía
ser rey de los judíos.
Joh
19:22 --Lo que
he escrito, escrito queda --les contestó
Pilato.
Los
sacerdotes judíos protestaron ante tal letrero, era inconcebible, pero Pilato a
pesar de su insolencia lo dejo, como testigo vil de la verdad. El hombre ha
crucificado a su salvador. Así es como la naturaleza terrenal corrompida por el
mal responde ante tal acto de amor y misericordia.
Joh
19:23 Cuando
los soldados crucificaron a Jesús,
tomaron su manto y lo partieron en cuatro partes, una para cada uno de ellos. Tomaron también la túnica, la cual no tenía costura, sino que era de una sola pieza, tejida de arriba abajo.
Joh
19:24 --No la
dividamos --se dijeron unos a otros--.
Echemos suertes para ver a quién le toca. Y así lo hicieron los soldados. Esto sucedió para que se cumpliera la
Escritura que dice: "Se repartieron
mi manto, y sobre mi túnica echaron
suertes."
Es
tremendamente impresionante como la profecía bíblica describe cada uno de los
aspectos de la vida, muerte y resurrección de Cristo, los soldados se
repartieron su manto y sobre su túnica echaron suertes, cosas que nadie habría
de saber de forma tan específica, Dios lo había revelado por medio de sus
profetas desde la antigüedad (Sal 22:18).
Joh
19:25 Junto a
la cruz de Jesús estaban su madre, la
hermana de su madre, María la esposa de
Cleofas, y María Magdalena.
Allí
junto a la cruz, están los más valientes, su madre, quien con valentía enfrento
todo el sufrimiento de aquel a quien seguramente sentía como hijo, pero aún más
como su Salvador, la hermana de María, otra María (la esposa de Cleofas)
seguramente seguidora de Jesús y María Magdalena, su fiel seguidora y
discípula. Allí estaban sin importar los insultos, el peligro y el dolor,
esperaron pacientemente a Jesús cumpliera su propósito
Joh
19:26 Cuando
Jesús vio a su madre, y a su lado al
discípulo a quien él amaba, dijo a su
madre: --Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Joh
19:27 Luego
dijo al discípulo: --Ahí tienes a tu
madre. Y desde aquel momento ese
discípulo la recibió en su casa.
Mucho
se ha hablado sobre este pasaje, la iglesia tradicional se basa en él para
acomodar cierta preeminencia sobre María la madre de Jesús, como queriéndole
dar algún designio de intercesora. Pero, como podemos notar, el pasaje en
ningún momento hace tal aseveración, es claro, que María entendía su propósito
conforme al llamado de Dios y jamás se atrevería a tomar tal lugar, el cual
reconocía pertenecía a Jesucristo, su hijo en la tierra. Como fiel guerrera
espera en Cristo también su salvación y lo que sucede aquí, es una muestra del
amor filial en el cual su discípulo amado se encarga de cuidar de su querida
madre, si tiene algún sentido espiritual, es el que todo creyente debe tener
hacia María, una gratitud inmensa por tan tremendo sacrificio de amor hacia
Dios, su vientre vio nacer al salvador y Jesús en Juan nos pide que como
discípulos cuidemos de María (haciendo referencia a su iglesia), porque él
mismo dijo “Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que los cielos,
ése es mi hermano, y hermana, y madre”( Mat 12:50) y los que obedecen la
voluntad del Padre son la iglesia (Entiéndase iglesia como la comunidad de
seres que vive en obediencia para con el Padre). María aquí hace la
representación de su iglesia, la cual quedo al cuidado de los apóstoles. La
iglesia es la madre que nos recibió como hijos de Dios, por eso Jesús dice:
“Mujer, ahí tienes a tu hijo, y luego al discípulo: ahí tienes a tu madre”. El
discípulo ahora tiene una madre (la iglesia) que lo recibe en sus brazos
maternales, y el discípulo brinda un hogar a esta madre al congregarse en
unidad.
Joh
19:28 Después
de esto, como Jesús sabía que ya todo
había terminado, y para que se cumpliera
la Escritura, dijo: --Tengo sed.
Jesús
presenta un cuadro de deshidratación severa debido a la pérdida de sangre que
ha tenido por los azotes, golpes y la crucifixión sufridos, podríamos solo
quedarnos con su necesidad fisiológica, pero su necesidad biológica solo
refleja su necesidad espiritual, Jesús ha sido saciado por el Padre de modo que
él no requiere ser saciado, pero ahora mientras cumple con obediencia su
mandato su sed refleja mejor el anhelo de que todos se vuelvan a Dios y sean
saciados de la misma forma que él lo fue. Su sed es la sed del hombre
espiritual que muere cada día abandonándose a si mismo a la voluntad de Dios.
Jesús quiere hombres y mujeres sedientos por Dios, por hacer la voluntad del
Padre. Este pasaje se cumple en la escritura conforme al Salmo 42:2 “Tengo sed
de Dios” El hijo ha cumplido con la voluntad del Padre ahora quiere y anhela
volver a él, su sed ahora es nuestra sed.
Joh
19:29 Había
allí una vasija llena de vinagre; así
que empaparon una esponja en el vinagre,
la pusieron en una caña y se la acercaron a la boca.
Joh
19:30 Al probar
Jesús el vinagre, dijo: --Todo se ha cumplido. Luego inclinó la cabeza y entregó el
espíritu.
Jesús
tiene sed pero la humanidad le responde entregándole vinagre, una bebida que
viene de la fermentación del vino o del vino que se desechaba, que era dado a
los moribundos para aletargar un poco su agonía, y cuando Jesús prueba el
vinagre que representa la última prueba del desprecio del hombre dice: todo se
ha cumplido o consumado es, dando a entender que ha culminado por completo su
obra redentora en obediencia al Padre. La consumación de su obra en la cruz,
nos recuerda que la vida tiene un propósito, el de Jesús fue la redención de la
humanidad pecadora, pero su obra no termino en la cruz, sino que allí culmino
su vida corporal, en donde entrega su espíritu y nos rememora que el espíritu
del hombre vuelve al Padre, nuestro cuerpo a la tumba y por último nuestra alma
va al Paraíso o al Seol, mientras esperamos el juicio eterno.
Joh
19:31 Era el
día de la preparación para la Pascua.
Los judíos no querían que los cuerpos permanecieran en la cruz en
sábado, por ser éste un día muy
solemne. Así que le pidieron a Pilato
ordenar que les quebraran las piernas a los crucificados y bajaran sus cuerpos.
Joh
19:32 Fueron
entonces los soldados y le quebraron las piernas al primer hombre que había
sido crucificado con Jesús, y luego al
otro.
Como
era tiempo de la Pascua judía, y la muerte de la cruz era una muerte lenta y
agónica, los judíos pidieron que les fueran quebrados o fracturados los huesos
piernas para que su muerte se apresurara, y así lo hicieron con los dos hombres
crucificados junto a Jesús.
Joh
19:33 Pero
cuando se acercaron a Jesús y vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas,
Como
podemos ver todo encaja en el propósito profético de Dios, a Jesús no le
fracturaron sus piernas pues ya había muerto.
Joh
19:34 sino que
uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante le brotó sangre y agua.
Para
corroborar que estaba muerto, su costado fue atravesado por una lanza de donde
broto agua y sangre, seguramente lo último de sangre que su cuerpo tenía
acumulado debido a la inflamación de todo su cuerpo mutilado.
Joh
19:35 El que lo
vio ha dado testimonio de ello, y su
testimonio es verídico. Él sabe que dice
la verdad, para que también ustedes
crean.
Juan
se describe como aquel que da testimonio verídico de lo que ocurrió con Jesús,
de este pasaje se deduce que el escritor del evangelio es Juan, y lo escribe
con el propósito de que nuestra fe sea confirmada por medio de su testimonio
presencial.
Joh
19:36 Estas
cosas sucedieron para que se cumpliera la Escritura: "No le quebrarán ningún hueso"
Joh
19:37 y, como dice otra Escritura: "Mirarán al que han traspasado."*
Toda
la escritura es profética y el Nuevo Testamento es solo el cumplimiento del
Antiguo Testamento en donde los profetas ya habían hablado de lo que habría de
padecer el cristo. Vemos como estos pasajes de (Exo 12:46, Nm 9:12, Sal 34:20)
y (Zac 12:10) se terminan cumpliendo en la vida de Jesús.
Joh
19:38 Después
de esto, José de Arimatea le pidió a
Pilato el cuerpo de Jesús. José era
discípulo de Jesús, aunque en secreto
por miedo a los judíos. Con el permiso
de Pilato, fue y retiró el cuerpo.
José
de Arimatea un prominente judío que se había convertido a la fe de Jesús pide a
Pilato la custodia del cuerpo para darle correcta sepultura, pero por miedo a
los judíos que se encontraban enarbolados por la muerte de Jesús lo hace en
secreto.
Joh
19:39 También
Nicodemo, el que antes había visitado a
Jesús de noche, llegó con unos treinta y
cuatro kilos de una mezcla de mirra y áloe.
Aquí
vemos como la mirra ese elemento que recibió de parte de los reyes que
acudieron en su nacimiento, se hace presente en su vida para recordarnos que su
muerte no sería en vano y que esta esencia nos recordaría su efecto que aún
perdura en la humanidad, pero por sobre todo en la memoria del Padre quien
siempre lo tiene presente para con aquellos que creen en el nombre de Jesús.
Joh
19:40 Ambos
tomaron el cuerpo de Jesús y, conforme a
la costumbre judía de dar sepultura, lo
envolvieron en vendas con las especias aromáticas.
Su
cuerpo fue sepultado conforme a la tradición judía envuelto en un sudario y aromatizado
con especias, las cuales evitaban olores desagradables.
Joh
19:41 En el
lugar donde crucificaron a Jesús había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo en el que
todavía no se había sepultado a nadie.
Jesús
se hizo a sí mismo el más pobre de los pobres, es puesto en una tumba cercana,
ni aun su tumba le pertenecía, pero Dios ya había provisto suministro para que
su cuerpo descansara mientras se esperaba su resurrección.
Joh
19:42 Como era
el día judío de la preparación, y el
sepulcro estaba cerca, pusieron allí a
Jesús.
Siendo
día viernes y no queriendo faltar a la tradición judía pusieron su cuerpo en
aquel sepulcro que habría de conocer el poder de Dios.
ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
Joh 19:1
Pilato tomó entonces a Jesús y mandó que lo azotaran.
Como
era costumbre al prisionero se le azotaba de manera tan cruel que se retractara
de sus declaraciones y además seguramente Pilato con ello tenía la intención de
apaciguar a los judíos. Jesús es azotado conforme al dictamen romano de forma
cruel y despiadada como a cualquier reo, sin compasión y de forma brutal, con
tal de acabar todo impulso y aliento del acusado.
Joh
19:2 Los
soldados, que habían tejido una corona
de espinas, se la pusieron a Jesús en la
cabeza y lo vistieron con un manto de color púrpura.
No
basto ser azotado para los soldados apuntados allí, sino que además procuran
torturarle colocándole una corona hecha de espinos en la cabeza y un manto
purpura (color de la realeza), señalándole como acusado de creerse rey de los
judíos.
Joh
19:3 --¡Viva
el rey de los judíos! --le
gritaban, mientras se le acercaban para
abofetearlo.
Su
tortura es vil y despiadada, ahora se burlan de él gritándole rey de los judíos,
mientras le abofetean. Cada espacio de tiempo hasta su crucifixión, está lleno
de difíciles pruebas, burlas, rechazo, negación, golpes, tortura, es Cristo
mismo sometiéndose voluntariamente a entregar su vida. Tanto dolor, sufrimiento
y vergüenza a la que se ha sometido debe hacernos reflexionar sobre nuestra
naturaleza y la verdad del amor de Dios, capaz de entregarse por la humanidad.
Joh
19:4 Pilato
volvió a salir. --Aquí lo tienen --dijo
a los judíos--. Lo he sacado para que
sepan que no lo encuentro culpable de nada.
Pilato
ha hecho todo lo posible por calmar la sed de venganza de los sacerdotes judíos
en contra de Jesús, por lo que se los entrega diciendo que no le encuentra
culpable de nada, pero aun sin serlo ha sido castigado como el peor de todos.
Joh
19:5 Cuando
salió Jesús, llevaba puestos la corona
de espinas y el manto de color púrpura.
--¡Aquí tienen al hombre! --les
dijo Pilato.
Jesús
es avergonzado públicamente y expuesto a la ignominia, deshonrado por su propio
pueblo es quebrantado a lo sumo. Su quebranto y abatimiento no dan cabida a la
duda, ni a la queja, cuanto dolor ha soportado y ni aun así, ha respondido.
Allí puedo ver que mi dolor y mi sufrimiento no son nada comparados contigo, el
creador siendo destrozado por la creación, y todo por amor.
Joh
19:6 Tan
pronto como lo vieron, los jefes de los
sacerdotes y los guardias gritaron a voz en cuello: --¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
--Pues llévenselo y crucifíquenlo ustedes --replicó Pilato--. Por mi parte,
no lo encuentro culpable de nada.
Para
los judíos no bastaron los azotes, ni la tortura, lo quieren muerto, porque
muerto es la única forma en que creen que pueden librarse de aquel a quien
temen. Piden su crucifixión, método brutal para dar muerte a los malhechores,
bandidos y enemigos del imperio romano, usado para evitar que los pueblos
conquistados se levantasen en contra del imperio, pues les recordaba el castigo
al que podían exponerse.
Joh
19:7
--Nosotros tenemos una ley, y
según esa ley debe morir, porque se ha
hecho pasar por Hijo de Dios --insistieron los judíos.
Los
sacerdotes alegan que su causa es justa por cuanto Jesús según ellos se ha
hecho pasar por Hijo de Dios, lo cual según la ley judaica es castigado con la
muerte. Lo que no entienden es que tienen al Hijo del Dios que predican, a
aquel en quien dicen creer y por el que fueron hechas todas las cosas, pero su
ceguera es tan fuerte y estrepitosa, como la de toda la humanidad, pues ellos
solo representan a todo ser religioso, pero incrédulo; los cuales abundan.
Ellos apelan al cumplimiento de su ley protegida por el emperador y que debe
ser puesta en cumplimiento por el gobernador civil que es Pilato.
Joh
19:8 Al oír
esto, Pilato se atemorizó aún más,
Juan
recalca en la presión que siente Pilato al enjuiciar a Jesús.
Joh
19:9 así que
entró de nuevo en el palacio y le preguntó a Jesús: --¿De dónde eres tú? Pero Jesús no le contestó nada.
Pilato
se haya en entredicho pues su esposa le ha dicho que no mate a este hombre,
pero por el otro lado están las autoridades judías a quienes debe hacer
justicia según su acomodo, de allí que pregunte por su origen, de donde eres,
como si eso fuera a cambiar la decisión que ha de tomar.
Joh
19:10 --¿Te
niegas a hablarme? --le dijo
Pilato--. ¿No te das cuenta de que tengo
poder para ponerte en libertad o para mandar que te crucifiquen?
Pilato
no comprende el poder de Dios, en su vanagloria le pregunta porque se niega a
hablar sabiendo que supuestamente en sus manos está el que sea librado de la
muerte, pero Jesús calla, mientras es cuestionado. No tiene argumentos, solo
obedece la voluntad de su Padre, que es contraria a lo que todos pensaríamos,
es su Hijo, porque le hace esto, pero un Padre como Dios sabe reconocer la
voluntad del Hijo y su obediencia para librar en amor al hombre. Pilato
representa la arrogancia del hombre que cree que tiene la justicia en sus
manos, cuando en realidad todo está sometido a la soberanía divina.
Joh
19:11 --No
tendrías ningún poder sobre mí si no se te hubiera dado de arriba --le contestó
Jesús--. Por eso el que me puso en tus
manos es culpable de un pecado más grande.
Jesús
responde luego a la interpelación de Pilato diciéndole que todo poder proviene
de lo alto, o sea que es dado por Dios, así sea justo o injusto, cada pueblo
cosecha lo que siembra. Aun los gobernantes injustos están sometidos a la
soberanía divina la cual actúa en ellos para un propósito específico. Pilato es
tan culpable como todos, aunque quiera librarse de culpa, pero el sumo
sacerdote judío (Caifás) es culpable de un pecado mayor, al no reconocer en su
puesto a quien debía rendir honor.
Joh
19:12 Desde
entonces Pilato procuraba poner en libertad a Jesús, pero los judíos gritaban
desaforadamente: --Si dejas en libertad
a este hombre, no eres amigo del
emperador. Cualquiera que pretende ser
rey se hace su enemigo.
La
última respuesta de Jesús parece haberle hecho comprender su error, por lo que
procura soltarle, aunque el embrollo de este asunto no va a resolverse como el
precisa. Los judíos le presionan cada vez más para que cumpla su voluntad de
crucificarle, por lo cual acuden a culparle de ser enemigo del emperador, pues
procura otro rey diferente al emperador romano.
Joh
19:13 Al oír
esto, Pilato llevó a Jesús hacia fuera y
se sentó en el tribunal, en un lugar al
que llamaban el Empedrado (que en arameo
se dice Gabatá).
Joh
19:14 Era el
día de la preparación para la Pascua,
cerca del mediodía.* --Aquí tienen a su rey --dijo Pilato a los judíos.
Nuevamente
Juan hace referencia a la fiesta judía que tenía cumplimiento mientras Jesús
era entregado como cordero pascual, este es el viernes día de preparación para
el descanso sabático Pilato entrega a Jesús para el cumplimiento de la voluntad
judía, temiendo repercusiones de no hacerlo.
Joh
19:15
--¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!
--vociferaron. --¿Acaso voy a
crucificar a su rey? --replicó Pilato. --No tenemos más
rey que el emperador romano --contestaron los jefes de los sacerdotes.
Las
voces de los judíos retumban ante los nuestros como sus voces fueran las
nuestras, clamando porque Jesús fuese crucificado. Pilato nuevamente intenta
escabullirse de su culpa, haciendo preguntas sin sentido. Pero a su
cuestionamiento los judíos reconocen no tener otro rey más que el emperador
romano. Cuanta contaminación entre el poder político y el religioso, que hacían
a uno tomar decisiones injustas y otros seguir por un camino de perdición. El
poder político nunca estará por encima del poder espiritual, pero eso no se
basa en posición sino en autoridad.
Joh
19:16 Entonces
Pilato se lo entregó para que lo crucificaran, y los soldados se lo llevaron.
Juan
no describe el lavado de manos de Pilato al entregar a Jesús creyendo que con
eso lavaría su culpa, al final termina cediendo ante el temor que tiene de
perder sus privilegios como gobernador romano, así que entrega a Jesús para ser
crucificado. Cuanta injusticia, cuanto dolor tuvo que soportar nuestro amado
Señor para salvarnos. Que su entrega sea muestra y ejemplo a seguir para todos
los creyentes.
Joh
19:17 Jesús
salió cargando su propia cruz hacia el lugar de la Calavera (que en arameo se llama Gólgota).
Jesús
sale azotado, rechazado, adolorido, y sufrido; tratado como el peor de los
delincuentes y juzgado con tal injusticia como no hay ninguno. Sale cargando
otro dolor más que soportar, la cruz con la que habría de ir a donde seria
crucificado. Si hay algo cruel en todo su tratamiento, terminar por hacerle
cargar su propia cruz terminaba por apabullar el espíritu de aquel reo. Jesús
lo ha soportado todo con tal hombría, con tal humildad, pudiendo librarse a si
mismo con una palabra, prefiere callar y sufrir por amor.
Joh
19:18 Allí lo
crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio.
Juan
prefiere no describir todo el trayecto, así que pasa a dar lugar a la
crucifixión tortura en extremo dolorosa. Describe de igual manera que junto a
él hay otros dos reos, uno a cada lado, siendo Jesús puesto en medio de ellos.
Que tristeza tan profunda la que debe sentir nuestro ser al ver allí puesto
entre criminales al más puro, al más justo, al único sin pecado.
Joh
19:19 Pilato
mandó que se pusiera sobre la cruz un letrero en el que
estuviera escrito: "JES'US DE
NAZARET, REY DE LOS JUD'IOS."
No
sabemos si como burla o recordatorio para todos los que le vieran Pilato coloca
sobre la cruz este letrero que parece el único reconocimiento a la verdad en
medio de tanta mentira, manipulación y engaño.
Joh
19:20 Muchos de
los judíos lo leyeron, porque el sitio
en que crucificaron a Jesús estaba cerca de la ciudad. El letrero estaba escrito en arameo, latín y griego.
Todos
pudieron leerlo de modo que ninguno se quedaría sin saber que allí fue muerto
el verdadero rey de los judíos y todo creyente. Juan escribe esto como algo que
causó impacto.
Joh
19:21 --No
escribas 'Rey de los judíos' --protestaron ante Pilato los jefes de los
sacerdotes judíos--. Era él quien decía
ser rey de los judíos.
Joh
19:22 --Lo que
he escrito, escrito queda --les contestó
Pilato.
Los
sacerdotes judíos protestaron ante tal letrero, era inconcebible, pero Pilato a
pesar de su insolencia lo dejo, como testigo vil de la verdad. El hombre ha
crucificado a su salvador. Así es como la naturaleza terrenal corrompida por el
mal responde ante tal acto de amor y misericordia.
Joh
19:23 Cuando
los soldados crucificaron a Jesús,
tomaron su manto y lo partieron en cuatro partes, una para cada uno de ellos. Tomaron también la túnica, la cual no tenía costura, sino que era de una sola pieza, tejida de arriba abajo.
Joh
19:24 --No la
dividamos --se dijeron unos a otros--.
Echemos suertes para ver a quién le toca. Y así lo hicieron los soldados. Esto sucedió para que se cumpliera la
Escritura que dice: "Se repartieron
mi manto, y sobre mi túnica echaron
suertes."
Es
tremendamente impresionante como la profecía bíblica describe cada uno de los
aspectos de la vida, muerte y resurrección de Cristo, los soldados se
repartieron su manto y sobre su túnica echaron suertes, cosas que nadie habría
de saber de forma tan específica, Dios lo había revelado por medio de sus
profetas desde la antigüedad (Sal 22:18).
Joh
19:25 Junto a
la cruz de Jesús estaban su madre, la
hermana de su madre, María la esposa de
Cleofas, y María Magdalena.
Allí
junto a la cruz, están los más valientes, su madre, quien con valentía enfrento
todo el sufrimiento de aquel a quien seguramente sentía como hijo, pero aún más
como su Salvador, la hermana de María, otra María (la esposa de Cleofas)
seguramente seguidora de Jesús y María Magdalena, su fiel seguidora y
discípula. Allí estaban sin importar los insultos, el peligro y el dolor,
esperaron pacientemente a Jesús cumpliera su propósito
Joh
19:26 Cuando
Jesús vio a su madre, y a su lado al
discípulo a quien él amaba, dijo a su
madre: --Mujer, ahí tienes a tu hijo.
Joh
19:27 Luego
dijo al discípulo: --Ahí tienes a tu
madre. Y desde aquel momento ese
discípulo la recibió en su casa.
Mucho
se ha hablado sobre este pasaje, la iglesia tradicional se basa en él para
acomodar cierta preeminencia sobre María la madre de Jesús, como queriéndole
dar algún designio de intercesora. Pero, como podemos notar, el pasaje en
ningún momento hace tal aseveración, es claro, que María entendía su propósito
conforme al llamado de Dios y jamás se atrevería a tomar tal lugar, el cual
reconocía pertenecía a Jesucristo, su hijo en la tierra. Como fiel guerrera
espera en Cristo también su salvación y lo que sucede aquí, es una muestra del
amor filial en el cual su discípulo amado se encarga de cuidar de su querida
madre, si tiene algún sentido espiritual, es el que todo creyente debe tener
hacia María, una gratitud inmensa por tan tremendo sacrificio de amor hacia
Dios, su vientre vio nacer al salvador y Jesús en Juan nos pide que como
discípulos cuidemos de María (haciendo referencia a su iglesia), porque él
mismo dijo “Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que los cielos,
ése es mi hermano, y hermana, y madre”( Mat 12:50) y los que obedecen la
voluntad del Padre son la iglesia (Entiéndase iglesia como la comunidad de
seres que vive en obediencia para con el Padre). María aquí hace la
representación de su iglesia, la cual quedo al cuidado de los apóstoles. La
iglesia es la madre que nos recibió como hijos de Dios, por eso Jesús dice:
“Mujer, ahí tienes a tu hijo, y luego al discípulo: ahí tienes a tu madre”. El
discípulo ahora tiene una madre (la iglesia) que lo recibe en sus brazos
maternales, y el discípulo brinda un hogar a esta madre al congregarse en
unidad.
Joh
19:28 Después
de esto, como Jesús sabía que ya todo
había terminado, y para que se cumpliera
la Escritura, dijo: --Tengo sed.
Jesús
presenta un cuadro de deshidratación severa debido a la pérdida de sangre que
ha tenido por los azotes, golpes y la crucifixión sufridos, podríamos solo
quedarnos con su necesidad fisiológica, pero su necesidad biológica solo
refleja su necesidad espiritual, Jesús ha sido saciado por el Padre de modo que
él no requiere ser saciado, pero ahora mientras cumple con obediencia su
mandato su sed refleja mejor el anhelo de que todos se vuelvan a Dios y sean
saciados de la misma forma que él lo fue. Su sed es la sed del hombre
espiritual que muere cada día abandonándose a si mismo a la voluntad de Dios.
Jesús quiere hombres y mujeres sedientos por Dios, por hacer la voluntad del
Padre. Este pasaje se cumple en la escritura conforme al Salmo 42:2 “Tengo sed
de Dios” El hijo ha cumplido con la voluntad del Padre ahora quiere y anhela
volver a él, su sed ahora es nuestra sed.
Joh
19:29 Había
allí una vasija llena de vinagre; así
que empaparon una esponja en el vinagre,
la pusieron en una caña y se la acercaron a la boca.
Joh
19:30 Al probar
Jesús el vinagre, dijo: --Todo se ha cumplido. Luego inclinó la cabeza y entregó el
espíritu.
Jesús
tiene sed pero la humanidad le responde entregándole vinagre, una bebida que
viene de la fermentación del vino o del vino que se desechaba, que era dado a
los moribundos para aletargar un poco su agonía, y cuando Jesús prueba el
vinagre que representa la última prueba del desprecio del hombre dice: todo se
ha cumplido o consumado es, dando a entender que ha culminado por completo su
obra redentora en obediencia al Padre. La consumación de su obra en la cruz,
nos recuerda que la vida tiene un propósito, el de Jesús fue la redención de la
humanidad pecadora, pero su obra no termino en la cruz, sino que allí culmino
su vida corporal, en donde entrega su espíritu y nos rememora que el espíritu
del hombre vuelve al Padre, nuestro cuerpo a la tumba y por último nuestra alma
va al Paraíso o al Seol, mientras esperamos el juicio eterno.
Joh
19:31 Era el
día de la preparación para la Pascua.
Los judíos no querían que los cuerpos permanecieran en la cruz en
sábado, por ser éste un día muy
solemne. Así que le pidieron a Pilato
ordenar que les quebraran las piernas a los crucificados y bajaran sus cuerpos.
Joh
19:32 Fueron
entonces los soldados y le quebraron las piernas al primer hombre que había
sido crucificado con Jesús, y luego al
otro.
Como
era tiempo de la Pascua judía, y la muerte de la cruz era una muerte lenta y
agónica, los judíos pidieron que les fueran quebrados o fracturados los huesos
piernas para que su muerte se apresurara, y así lo hicieron con los dos hombres
crucificados junto a Jesús.
Joh
19:33 Pero
cuando se acercaron a Jesús y vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas,
Como
podemos ver todo encaja en el propósito profético de Dios, a Jesús no le
fracturaron sus piernas pues ya había muerto.
Joh
19:34 sino que
uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante le brotó sangre y agua.
Para
corroborar que estaba muerto, su costado fue atravesado por una lanza de donde
broto agua y sangre, seguramente lo último de sangre que su cuerpo tenía
acumulado debido a la inflamación de todo su cuerpo mutilado.
Joh
19:35 El que lo
vio ha dado testimonio de ello, y su
testimonio es verídico. Él sabe que dice
la verdad, para que también ustedes
crean.
Juan
se describe como aquel que da testimonio verídico de lo que ocurrió con Jesús,
de este pasaje se deduce que el escritor del evangelio es Juan, y lo escribe
con el propósito de que nuestra fe sea confirmada por medio de su testimonio
presencial.
Joh
19:36 Estas
cosas sucedieron para que se cumpliera la Escritura: "No le quebrarán ningún hueso"
Joh
19:37 y, como dice otra Escritura: "Mirarán al que han traspasado."*
Toda
la escritura es profética y el Nuevo Testamento es solo el cumplimiento del
Antiguo Testamento en donde los profetas ya habían hablado de lo que habría de
padecer el cristo. Vemos como estos pasajes de (Exo 12:46, Nm 9:12, Sal 34:20)
y (Zac 12:10) se terminan cumpliendo en la vida de Jesús.
Joh
19:38 Después
de esto, José de Arimatea le pidió a
Pilato el cuerpo de Jesús. José era
discípulo de Jesús, aunque en secreto
por miedo a los judíos. Con el permiso
de Pilato, fue y retiró el cuerpo.
José
de Arimatea un prominente judío que se había convertido a la fe de Jesús pide a
Pilato la custodia del cuerpo para darle correcta sepultura, pero por miedo a
los judíos que se encontraban enarbolados por la muerte de Jesús lo hace en
secreto.
Joh
19:39 También
Nicodemo, el que antes había visitado a
Jesús de noche, llegó con unos treinta y
cuatro kilos de una mezcla de mirra y áloe.
Aquí
vemos como la mirra ese elemento que recibió de parte de los reyes que
acudieron en su nacimiento, se hace presente en su vida para recordarnos que su
muerte no sería en vano y que esta esencia nos recordaría su efecto que aún
perdura en la humanidad, pero por sobre todo en la memoria del Padre quien
siempre lo tiene presente para con aquellos que creen en el nombre de Jesús.
Joh
19:40 Ambos
tomaron el cuerpo de Jesús y, conforme a
la costumbre judía de dar sepultura, lo
envolvieron en vendas con las especias aromáticas.
Su
cuerpo fue sepultado conforme a la tradición judía envuelto en un sudario y aromatizado
con especias, las cuales evitaban olores desagradables.
Joh
19:41 En el
lugar donde crucificaron a Jesús había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo en el que
todavía no se había sepultado a nadie.
Jesús
se hizo a sí mismo el más pobre de los pobres, es puesto en una tumba cercana,
ni aun su tumba le pertenecía, pero Dios ya había provisto suministro para que
su cuerpo descansara mientras se esperaba su resurrección.
Joh
19:42 Como era
el día judío de la preparación, y el
sepulcro estaba cerca, pusieron allí a
Jesús.
Siendo
día viernes y no queriendo faltar a la tradición judía pusieron su cuerpo en
aquel sepulcro que habría de conocer el poder de Dios.