Cuenta
una leyenda que había dos niños patinando sobre una laguna congelada. Era una
tarde nublada y fría, pero los niños jugaban sin preocupación; cuando, de
pronto, el hielo se reventó y uno de los niños cayó al agua. El otro niño viendo que su amiguito se
ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus
fuerzas hasta que logró quebrarlo y así salvar a su amigo. Cuando llegaron los
bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron: ¿Cómo lo hizo? El
hielo está muy grueso, ¡es imposible que lo haya podido quebrar con esa piedra
y sus manos tan pequeñas!
En ese instante apareció un anciano y dijo: "Yo sé cómo lo
hizo" "¿Cómo?", le preguntaron al anciano, y él contestó:
"No había nadie a su alrededor que le dijera que no se podía hacer",
"Si
lo puedes imaginar, lo puedes lograr".
1Co 2:9 Antes bien, como está escrito:
Cosas que
ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido
en corazón de hombre,
Son las que
Dios ha preparado para los que le aman.
El
hombre de Dios ha logrado hazañas que a los ojos de los hombres son imposibles
de alcanzar, como el dominio de sí mismo, sanidades y milagros, el hablar con
Dios, transformar el corazón del hombre y aun proezas magnificas de fuerza,
inteligencia y bondad, pero nada de esto tendría sentido sin la gracia de Dios
sobre el hombre, que es lo que da significado a estas. La humanidad se ha
sumergido en la autosuficiencia, lo que antes achacábamos a Dios, ahora se lo
entregamos al hombre, por lo que antes se daba gracias, ahora se auto-enaltece.
Es cierto que Dios ha puesto en cada uno de nosotros un potencial maravilloso
que todos debemos empezar a desarrollar, pero sin Dios ese potencial puede
convertirse en nuestra destrucción porque allí surge el orgullo. La historia de
hoy evoca las hazañas de hombres como las de David venciendo a Goliat, Jonathan
enfrentando a los filisteos, Débora levantando al pueblo de Israel, Elías
haciendo descender fuego del cielo, entre tantas que contienen las escrituras y
las que se siguen escribiendo debido a los hombres y mujeres de Dios, nos
recuerdan que el poder de Dios sigue haciéndose evidente a los hombres que
confían en el Señor y no en sus propias fuerzas, y aunque tuvieron a muchos
detractores su confianza en el Señor no disminuyó. El pasaje sirve como
recordatorio de lo que Dios ha dispuesto para aquellos que le aman por sobre
todas las cosas.
GUÍA
DE ESTUDIO
¿Hay
algo en lo que pienses que no puedes lograr?
¿En
dónde está puesta tu confianza, en tus fuerzas o en las de Dios?
¿Quién
te dice que no puedes?
¿Qué
es lo que limita tu confianza en Dios?
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