lunes, 29 de agosto de 2016

TIEMPO DE REFLEXIÓN

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Cuenta una leyenda que había dos niños patinando sobre una laguna congelada. Era una tarde nublada y fría, pero los niños jugaban sin preocupación; cuando, de pronto, el hielo se reventó y uno de los niños cayó al agua.  El otro niño viendo que su amiguito se ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logró quebrarlo y así salvar a su amigo. Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron: ¿Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso, ¡es imposible que lo haya podido quebrar con esa piedra y sus manos tan pequeñas!
En ese instante apareció un anciano y dijo: "Yo sé cómo lo hizo" "¿Cómo?", le preguntaron al anciano, y él contestó: "No había nadie a su alrededor que le dijera que no se podía hacer",
"Si lo puedes imaginar, lo puedes lograr".

1Co 2:9 Antes bien, como está escrito:
 Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
 Ni han subido en corazón de hombre,
 Son las que Dios ha preparado para los que le aman.

El hombre de Dios ha logrado hazañas que a los ojos de los hombres son imposibles de alcanzar, como el dominio de sí mismo, sanidades y milagros, el hablar con Dios, transformar el corazón del hombre y aun proezas magnificas de fuerza, inteligencia y bondad, pero nada de esto tendría sentido sin la gracia de Dios sobre el hombre, que es lo que da significado a estas. La humanidad se ha sumergido en la autosuficiencia, lo que antes achacábamos a Dios, ahora se lo entregamos al hombre, por lo que antes se daba gracias, ahora se auto-enaltece. Es cierto que Dios ha puesto en cada uno de nosotros un potencial maravilloso que todos debemos empezar a desarrollar, pero sin Dios ese potencial puede convertirse en nuestra destrucción porque allí surge el orgullo. La historia de hoy evoca las hazañas de hombres como las de David venciendo a Goliat, Jonathan enfrentando a los filisteos, Débora levantando al pueblo de Israel, Elías haciendo descender fuego del cielo, entre tantas que contienen las escrituras y las que se siguen escribiendo debido a los hombres y mujeres de Dios, nos recuerdan que el poder de Dios sigue haciéndose evidente a los hombres que confían en el Señor y no en sus propias fuerzas, y aunque tuvieron a muchos detractores su confianza en el Señor no disminuyó. El pasaje sirve como recordatorio de lo que Dios ha dispuesto para aquellos que le aman por sobre todas las cosas.

GUÍA DE ESTUDIO

¿Hay algo en lo que pienses que no puedes lograr?
¿En dónde está puesta tu confianza, en tus fuerzas o en las de Dios?
¿Quién te dice que no puedes?

¿Qué es lo que limita tu confianza en Dios?

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