PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo A. Sastoque M,
Ministerio Unidad de la Fe
EJERCÍTATE EN LA PIEDAD O LA DEVOCIÓN
Desecha las fábulas profanas y de viejas.
Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es
provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida
presente, y de la venidera.
1 Timoteo 4:7-8 RVR1960
1 Timoteo 4:7-8 RVR1960
INTRODUCCIÓN
Hace poco alguien quiso
discutir conmigo sobre el punto de la perfección, escudándose en que nadie es
perfecto solo Cristo y claro tiene razón, pero este argumento no puede dejar de
lado que el Señor nos dice: Mat 5:48 “Por tanto, sean
perfectos, así como su Padre celestial es perfecto”. Y si Cristo mismo nos dice
que seamos perfectos es porque la perfección es posible, eso si no creo que sea
fácil.
Durante
años escudándome a mí mismo en el argumento que muchos usamos para cobijarnos de
nuestra poca diligencia en el ejercicio de lo espiritual, dejamos ver que,
nuestro carácter necesita ser transformado, que nuestras emociones también lo
necesitan, que nuestro vocabulario igual y que muchas áreas de nuestro diario
vivir necesitan ser trastornadas por la palabra.
Conozco
a muchos servidores de Cristo que aun a pesar de los años como siervos de Dios,
su carácter negativo permanece intacto, su impaciencia, su pereza, y muchas
otras cosas más, y eso no es solo con él, yo he tenido que lidiar igualmente
con ello, y siempre me sentí mal porque no veía la perfección de Dios en mí,
hasta que llegue a un maestro de la escritura que me cambio la forma de ver las
escrituras, y me hizo ver que la perfección era posible.
DESARROLLO
Pero,
¿cómo? A través del ejercicio de la piedad o devoción. ¿Qué es la piedad o
devoción?, es nuestro nivel de entrega para con Dios. Nuestra salvación es por
gracia y no requiere de ningún sacrificio, eso quiero dejarlo claro porque no
falta quien entiende la diligencia en el ejercicio espiritual como algo para
ser salvo y no es así, creemos firmemente que la salvación es por gracia
mediante la fe, para que nadie se gloríe como dice Efesios 2:8, pero siempre
tuve que lidiar con cosas que he querido cambiar pero que parecían imposibles
hasta que las escrituras se abrieron para mostrarme la verdad.
Si
es posible crecer en la devoción o la piedad, y esto se da por medio del ejercicio
de esta, me dirás entonces, ¿Cómo nos ejercitamos en la piedad?, y te digo pon
en práctica todo aquello que la escritura dispone bajo el nuevo testamento, ora
y ayuna con mayor diligencia como practica del dominio propio y la devoción,
aprende mediante la prueba a confiar y a abandonarte en el Señor para que la
devoción, que es nuestro nivel de entrega para con Dios crezca y madure en la
verdad.
¿Qué
áreas aun no le has entregado a Dios?, tu familia, tu sexualidad, tu trabajo,
tus negocios, tus creencias, tu forma de actuar, tus pensamientos, tus deseos.
Solo quien completamente y sin reservas se entrega a Dios puede alcanzar esa
gracia que el da a los humildes. Una fe perfecta o devoción perfecta es igual a
una obediencia perfecta, que tan frecuentemente obedeces a Dios conforme a su voluntad.
CONCLUSIÓN
Para ejercitarnos en la piedad es
necesario conocer la voluntad de Dios para cada cosa y para conocerla se
necesita de una profunda relación en la oración, un excelente dominio de sí
mismo para ponerla por obra, y un entendimiento de las escrituras para no
equivocarnos. Al ejercitar nuestra piedad o devoción a Dios, iremos entregando
todas las áreas de nuestra vida, hasta el rincón más profundo de nuestro ser,
ese que no le mostramos a nadie para que el con su luz pueda iluminarlo todo.
Una entrega completa es símbolo
de una obediencia completa, si aún fallas en algo es tiempo de reconocer que
necesitas ser perfeccionado, no es fácil, yo mismo lo he intentado una y muchas
veces más para caer y volver en ocasiones a cosas que creía ya alcanzadas, pero
siempre se debe tener en cuenta que no se puede uno jactar o enorgullecer de lo
que Dios hace en nosotros, algunas cosas vendrán o se alcanzarán a su debido
tiempo, así que no desmayes mientras Dios te conduce a la perfección.
Oremos, Señor ayúdanos a
ejercitarnos en la piedad, para que obedezcamos tu voluntad y esta sea hecha
sobre la tierra. Sopórtanose mientras caminamos devotamente en tus caminos y
nos sometemos a nosotros mismos a ejercitar la devoción en tu amor y gracia,
amen.
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