Un editorial del periódico hablaba de una maestra
que le pidió a sus alumnos de primer año de primaria que hicieran un dibujo de
algo por lo cual estuvieran agradecidos.
Pensó en cuán
poco tendrían que estar agradecidos estos niños de barrios pobres, pero sabía que
la mayoría de ellos dibujaría pavos o mesas con comida. La maestra quedó
desconcertada con el dibujo que Douglas le entregó... Una simple mano
infantilmente dibujada. Pero... ¿la mano de quién? La clase quedó cautivada por la imagen abstracta.
"Creo que debe ser la mano de Dios que nos da la comida", dijo un
niño. "Un granjero -sugirió otro- porque él cría pavos".
Finalmente,
cuando los otros niños estaban trabajando, la maestro se acercó al pupitre de'
Douglas y le preguntó de quién era la mano. "Es su mano, maestra",
balbuceó.
(Ella recordó
que, frecuentemente, en el recreo había llevado de la mano a Douglas, un niño y
solitario. A menudo hacía eso con los niños, pero para Douglas significaba
mucho. Quizás en esto consistió la acción de gracias de todos, no por las cosas
materiales que se nos dan, sino por la oportunidad, por pequeña que sea, de
dar a otros.
Salmo
31:5 En tu mano encomiendo mi
espíritu;
Tú me has redimido, oh Jehová,
Dios de verdad.
No es fácil de entender, porque es solo por
gracia que podemos reconocer lo que Dios ha hecho en nosotros, no depende de
nada que hayamos hecho, ni dicho, solo de su inmensa misericordia, que es nueva
cada mañana, por eso toda ínfula de autoconfianza ha de ser entregada y rendida
a Dios, entendiendo que es en Su mano que podemos descansar, que es en Su mano
que podemos vivir, es en Su mano que podemos confiar, es en Su mano que podemos
encontrar paz, gozo y justicia, porque en Él, hemos sido redimidos, pues sus
manos cargaron con el peso de nuestras trasgresiones, y nos han permitido
establecernos sobre la eternidad. La historia nos recuerda que a veces no nos
damos cuenta de las cosas que otros ven como la mano de Dios ayudándoles, cuando
das tu mano para ayudar a pasar a un anciano, cuando das la mano a un ciego,
cuando das con tus manos comida a los que no tienen, cuando das con tu mano
dinero para que la obra de Dios siga avanzando, cuando proteges y cuidas tu
familia, cuando tu mano se aleja del mal y la violencia, cuando tu mano esta
lista para hacer justicia, allí esta Dios, obrando y usándote como un
instrumento para mostrar Su amor a la humanidad. El salmo de hoy nos lleva a
encomendar todo lo que hacemos, todo lo que somos en El, para descansar en la
obra de Sus manos y no en las nuestras, alejando todo ego, y reconociendo
nuestras verdadera necesidad en El, la de Salvación.
GUIA DE ESTUDIO
Encomiendas a Dios tu espíritu?
Encomiendas a Dios todo lo que haces? O confías
en tus propias fuerzas?
Descansas al reconocer que estas en las manos
soberanas de Dios?
Eres un instrumento de Dios para ayudar y
servir?
Quien ha aportado a tu vida una ayuda o servicio
el cual sabes proviene de Dios?
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