miércoles, 22 de enero de 2014

ESTUDIO BIBLICO 2 CORINTIOS 5




ESTUDIO BIBLICO
Por: Camilo A. Sastoque M.
Ministerio Unidad de la Fe

2Co 5:1 De hecho, sabemos que si esta tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas.

Nuestro ser exterior es comparado como con una tienda de campaña, la cual se levanta de manera pasajera, no es un lugar para quedarse a vivir, es más bien un lugar de pasada, porque con el tiempo se deshace, no puede soportar las inclemencias del clima, el fuego, y el paso de los años, mientras que en el cielo, en el reino, aquí y ahora, tenemos una casa eterna, un espíritu construido por el Señor para resistir las pruebas, que se mantiene por la eternidad que puede soportarlo todo

2Co 5:2 Mientras tanto suspiramos, anhelando ser revestidos de nuestra morada celestial,

Suspiramos como enamorados que anhelan  y desean intensamente ver a su amado, encontrarse con El, y ser trasformados en El, revestidos del reino, de nuevas vestiduras, de un nuevo ambiente espiritual, porque comprenden que es lo mejor que puede acontecernos.

2Co 5:3 porque cuando seamos revestidos, no se nos hallará desnudos.

Adán y Eva descubrieron su desnudez al reconocerse apartados de Dios por el pecado, más cuando volvemos a Él, somos revestidos, ya no estamos desnudos en nuestros propios argumentos y mentalidad, ahora somos revestidos de gloria, trasformados a semejanza de Cristo.

2Co 5:4 Realmente, vivimos en esta tienda de campaña, suspirando y agobiados, pues no deseamos ser desvestidos sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.

Reconociéndonos en este cuerpo mortal pasajero, adormecidos, suspirando, deseando, y aun agobiados por nuestra naturaleza carnal, anhelamos ser revestidos de lo inmortal, de la vida, de la eternidad que se halla en El.

2Co 5:5 Es Dios quien nos ha hecho para este fin y nos ha dado su Espíritu como garantía de sus promesas.

Como creación tenemos un propósito, una finalidad, que es la de despertar, que lo que deseamos sea revelado a nuestras vidas, para ser revestidos de eternidad en El, por medio de Su Espíritu Santo, quien está con nosotros, como garantía, como promesa de que sus promesas son verdad. Nuestro fin o propósito es ser trasformados a Su semejanza, por el poder que obra en el Espíritu Santo, para que Sus promesas, Su palabra sean reales en nuestras vidas, cualquier sustituto de la finalidad del hombre es tan solo un engaño, una mentira, no es real, ni verdadero.

2Co 5:6 Por eso mantenemos siempre la confianza, aunque sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos alejados del Señor.

Una confianza siempre viva se mantiene por medio de la verdad, que nos conforta al saber que aunque esta carnalidad nos aparta del Señor, mientras este cuerpo mortal tenga esta vida del alma, no podemos entrar en una unidad completa porque estamos ausentes, fuera de casa, alejados de la presencia del Señor.

2Co 5:7 Vivimos por fe, no por vista.

Vivimos, nos movemos, seguimos, nos encaminamos, nos conducimos y procedemos por fe, en confianza, no por lo que nuestros ojos pueden mostrarnos, porque ellos solo nos distraen de lo que es verdaderamente importante, no puedes confiar en tus ojos, porque te hallaras perdido en tus propias percepciones, más cuando permites que la fe y confianza surjan en cada momento, lo que hagas o decidas hacer, siempre y cuando no se salga de los parámetros bíblicos, estarán bien.

2Co 5:8 Así que nos mantenemos confiados, y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor.

Hay confianza, una verdadera confianza, cuando comprendemos la verdad, cuando vivimos en ella, porque aunque seria de preferencia para aquel que ama a Dios, ausentarse de su cuerpo terrenal, para vivir junto al Padre, nos mantenemos según lo que el dispone para nuestras vidas, convencidos de que estamos en El.

2Co 5:9 Por eso nos empeñamos en agradarle, ya sea que vivamos en nuestro cuerpo o que lo hayamos dejado.

De modo que ponemos todo nuestro esfuerzo, para ser de su agrado, como nuestro amado, sin importar si vivimos aun en nuestro cuerpo terrenal o lo hemos dejado, el empeño, nunca cesa porque es nuestro anhelo más profundo.

2Co 5:10 Porque es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda, según lo bueno o malo que haya hecho mientras vivió en el cuerpo.

Es necesario, conveniente y preciso que todos seamos puestos en evidencia, nos presentemos tal cual somos, y se haga manifiesta la verdad de nuestro obrar, para recibir como consecuencia lo correspondiente a cada uno, según su obrar mientras estuvo en el cuerpo.

2Co 5:11 Por tanto, como sabemos lo que es temer al Señor, tratamos de persuadir a todos, aunque para Dios es evidente lo que somos, y espero que también lo sea para la conciencia de ustedes.

Como sabemos por experiencia propia lo que es temer al Señor, entendemos que no obramos porque esperemos castigo o condenación, sino porque le amamos, intentamos con todas nuestras fuerzas de persuadir, convencer a todos con argumentos verdaderos basados en la escritura aunque Dios conoce quienes somos y lo que hacemos, esperamos que vuestras conciencias también puedan reconocer y entender la verdad que tratamos de proclamar.

2Co 5:12 No buscamos el recomendarnos otra vez a ustedes, sino que les damos una oportunidad de sentirse orgullosos de nosotros, para que tengan con qué responder a los que se dejan llevar por las apariencias y no por lo que hay dentro del corazón.

Muchos acuden a la congregación por apariencias, con falsedad, por eso pueden ser engañados y evitar ser confrontados con la verdad, se dejan llevar por apariencias de piedad y prosperidad, mas no comprenden que Dios ve lo que hay en nuestros corazones, en donde no hay engaño, de modo que tratamos de buscar la oportunidad de hacerles comprender la verdad para que con un orgullo sano y establecidos en la realidad espiritual, podamos seguir adelante y confrontar a aquellos que se han desviado en sus vanos razonamientos.

2Co 5:13 Si estamos locos, es por Dios; y si estamos cuerdos, es por ustedes.

Si hemos perdido la cordura es porque entendimos la sabiduría que proviene de Dios, si no nos comportamos según los parámetros del mundo y se nos considera locos, es por amor a Dios, porque le hemos conocido y entendemos la verdad, más si nos comportamos y actuamos de manera cuerda lo hacemos por vosotros, para que por medio de las palabras, y acciones puedan reconocer la verdad, sin cordura no podrían comprender lo que tratamos de decir, pero en la locura vivimos apartados de la mente para vivir en el espíritu. El mundo busca la sabiduría, mas no la encuentra porque se halla escondida en El, solo quien pierde su mente, puede encontrarla.

2Co 5:14 El amor de Cristo nos obliga, porque estamos convencidos de que uno murió por todos, y por consiguiente todos murieron.

El amor de Dios nos constriñe, nos estrecha hace que sea imposible vivir en la naturaleza carnal, debido a que sabemos y estamos completamente convencidos de la verdad, de que la muerte de nuestro Señor, estableció la muerte de la naturaleza carnal en todos aquellos que permanecen en unidad con El.

Y Jesús llevando la muerte que era sobre nosotros, nos dio la libertad de poder dejar de vivir para nosotros mismos, haciendo morir nuestro ego, y todo su obrar en nuestro ser, para que encontrando una vida verdadera, podamos vivir ahora en libertad para aquel que murió por nosotros y ha resucitado.

2Co 5:16 Así que de ahora en adelante no consideramos a nadie según criterios meramente humanos.* Aunque antes conocimos a Cristo de esta manera, ya no lo conocemos así.

Con una mente renovada por la fe y la escritura, ya no consideramos, reconocemos y vemos a los demás según nuestros propios preceptos, sino bajo la verdad; pudimos haber conocido a Cristo a nuestra manera, pero ahora lo vemos tal cual es, sin velamientos, sin engaños.

2Co 5:17 Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!

 

Una nueva criatura o creación, ya no es igual a como era, ahora ha sido perfeccionada, ahora puede reconocer lo verdadero, lo auténtico, de lo falso, en unidad con Cristo, el hombre se percibe de manera diferente, piensa de manera diferente y actúa diferente, porque ha dejado atrás lo pasado, mas ahora conoce lo eterno, todo su ser ha sido renovado por medio del Espíritu y la palabra, para hacer de nosotros alguien diferente.

 

2Co 5:18 Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación:

 

Ahora en Cristo hemos sido reconciliados con el Padre, por medio de Su provisión, la vida, muerte y resurrección de Jesucristo y nos transforma en agentes que llevan consigo este servicio de reconciliación, restauración y cambio para la humanidad.

2Co 5:19 esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación.

Por medio de Cristo la humanidad ha sido cambiada, restaurada a su estado original, en unidad con Dios, sin tomar en cuenta su pecado, y permitiéndonos convertirnos en mensajeros, enviados para devolver a los caídos a su estado original, esa naturaleza divina que perdimos en edén.

2Co 5:20 Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: "En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios."

Como embajadores, representantes de Cristo, usándonos como instrumento para exhortarles a la verdad, rogamos a Dios y a vuestras conciencias, que se reconcilien con Dios, que sean restaurados en Dios, que despierten la naturaleza divina que Dios ha puesto en nosotros, por medio de la fe en Cristo.

2Co 5:21 Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador,* para que en él recibiéramos* la justicia de Dios.

Por medio de Jesús hemos sido justificados, hemos sido hecho justos delante de Dios, ya no cargamos con la culpa, ahora estamos libres, porque uno fue tratado como nosotros y recibió el castigo que merecíamos, Su amor rompió la maldición para que podamos acercarnos y ser trasformados a Su semejanza. No olvidamos lo que como pecadores merecíamos, más bien lo reconocemos para no vanagloriarnos, sino para que la muerte de lo carnal, permita el fluir de una vida espiritual en El.

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