lunes, 9 de diciembre de 2013

TIEMPO DE REFLEXION



TODO lo que damos a los que nos rodean regresa a nosotros... Su nombre era Fleming y él era un pobre agricultor inglés. Un día, mientras trataba de ganarse la vida para su familia, escuchó a alguien pidiendo ayuda desde un pantano cercano. Inmediata­mente soltó sus herramientas y corrió hacia el pantano. Allí, en­terrado hasta la cintura en el lodo negro, estaba un niño aterrori­zado, gritando y luchando, tratando de liberarse del lodo. El agri­cultor Fleming salvó al niño de lo que pudo ser una muerte lenta y terrible.
Al día siguiente, un carruaje muy pomposo llegó hasta los predios del agricultor. Un noble inglés, elegantemente vestido, bajó del vehículo y se presentó como el padre del niño que Fleming había salvado. "Yo quiero recompensarlo -dijo el noble inglés-. Usted salvó la vida de mi hijo". "No, yo no puedo aceptar una recompen­sa por lo que hice", respondió el agricultor, rechazando la oferta. En ese momento el propio hijo del agricultor salió a la puerta de la casa de la familia.
-"¿Es ése su hijo?", preguntó el noble inglés. "Sí", respondió el agricultor lleno de orgullo.
-"Le voy a proponer un trato, déjeme llevarme a su hijo y ofrecerle una buena educación... si él es parecido a su padre, crecerá hasta convertirse en un hombre del cual usted estará muy orgulloso". El agricultor aceptó.

Con el paso del tiempo, el hijo de Fleming se graduó de la Escuela de Medicina de St. Mary's Hospital en Londres, y se convirtió en un personaje conocido a través del mundo: el notorio Sir Alexander Fleming, descubridor de la Penicilina.
Algunos años después, el hijo del noble inglés enfermó de pulmo­nía. ¿Qué lo salvo? La Penicilina.
¿El nombre del noble inglés? Randolph Churchill. ¿El nombre de su hijo? Sir Winston Churchill.

Salmo 37:27  Apártate del mal y haz el bien, 
 y siempre tendrás dónde vivir.

En realidad actuar bien es solo el resultado de una mente que ha sido renovada en el Señor, la escritura es clara en decirnos que en nuestro corazón siempre surge hacer el mal, debido a nuestra naturaleza terrenal, pero si nos apartamos del mal y obramos en gracia el bien, entonces esa misma bondad que se ha sembrado redundara en bendiciones para con nosotros o con nuestras familias, mi madre siempre dice: “valen más amigos que plata”, y con el paso de los años, cada vez me doy cuenta de que lo que dice es muy real, ayudar a los demás y servirles no solo como creyente, sino en mi trabajo, y en todo lo que hago, me ha permitido disfrutar de grandes bendiciones y puertas abiertas, mas solo me ha hecho reconocer el hecho de que la gracia de Dios es suficiente para poder obrar con bien y amor, para con todos, aun cuando más difícil parece, obrar mal es tan sencillo, solo basta dejarse llevar, pero para obrar bien se necesita el favor de Dios, para que nos permita obrar tal cual El, lo haría, y que todos puedan mirarlo a Él, en nosotros, que grande es su amor y misericordia para con todos aquellos que obran bien. La historia de hoy nos recuerda que sembrar con amor, sin esperar nada a cambio, porque “la medida del amor, es amar sin medida” como decía Agustín de Hipona, sin darnos cuenta muchas bendiciones pueden acercarse a nuestras vidas por aquellas obras de misericordia y amor, que Dios nos ha dado el privilegio de obrar, de manera que siempre busca obrar con amor y bondad, para que Dios siempre encuentre una ocasión para bendecir tu vida, con gracia, amor y paz. El pasaje de salmos que mencionamos nos lleva a comprender que siempre nuestra alma contaminada por el pecado tratara de obrar con maldad, más cuando confiamos en Su gracia, es que podemos obrar bien para con los demás, es allí donde podremos vivir bajo la libertad que resulta de obrar con bien para con nuestro prójimo, siendo justos, siendo benevolentes, siendo misericordiosos, siendo tal cual fue Cristo, para que por nuestras buenas obras, todos den gloria a Su nombre.

 GUIA DE ESTUDIO

 Que crees que surge primero en ti, el obrar bien o el obrar mal?

Porque nuestro ser siempre tiende al mal?

Has cambiado tu forma de actuar? O aun sigues haciendo las cosas mal?

Quien debe llevarse el crédito por tus buenas acciones?

Reflexiona en porque haces lo que haces?, sobre todo cuando obras bien, lo haces para recibir reconocimiento, vanagloria, o por tu propio beneficio?

Has sido bendecido por ayudar a alguien?

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