LA TRISTEZA DEL MUNDO PRODUCE MUERTE
2Co 7:10
Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para
salvación, de que no hay que
arrepentirse; pero la tristeza del mundo
produce muerte.
INTRODUCCION
No
es fácil que el hombre se dé cuenta de lo que el mundo produce en su ser, más
bien estamos ciegos ante lo que él, provoca en nosotros, la tristeza es una
emoción fuerte que no es fácil de asimilar que surge en el alma del hombre y
puede entrar en nosotros cuando vivimos o experimentamos circunstancias que nos
son contrarias, como la muerte de un familiar, malas noticias, un despido, una
enfermedad, la terminación de una relación, un regaño o una exhortación, tristeza
altera nuestros sentimientos y nos hace vulnerables cuando esta no proviene de
Dios, abrimos la puerta para ser atormentados por un sentimentalismo inusual,
por un desborde de pensamientos negativos, aun hasta de muerte, que solo pueden
entrar en nosotros en la medida en que nosotros mismos lo permitimos.
Aunque
muchos tienen que vivir un proceso en medio de la tristeza, otros en cambio se
sumergen en sentimientos y pensamientos de autocompasión, de autodestrucción, y
son manipulados por ellos, para destrucción de sus propias vidas y por sobre todo
se apartan de su espiritualidad.
Muchos
son los hombres y mujeres que han caído bajo el poderoso influjo de esta
emoción, para destrucción, por eso es importante que la iglesia, comprenda la
verdad, y no permita que la tristeza destruya sus vidas, sus emociones y pensamientos.
DESARROLLO
Lo primero que debemos entender es que hay dos tipos de tristezas, una que proviene de Dios, y otra que proviene del mundo, en primer lugar miraremos la que produce el mundo, la cual surge cuando nuestra alma tiene el control de nuestra voluntad, y la controla, porque nuestro espíritu está muerto a la verdad, nuestro ser se encuentra saturado por nuestro pecado y por un mal entendimiento, el apego emocional controla todo lo que nos rodea, es allí en donde el ego, la emotividad, y nuestro pensamiento son controlados y manipulados por las tinieblas para conducirnos a la destrucción.
Lo primero que debemos entender es que hay dos tipos de tristezas, una que proviene de Dios, y otra que proviene del mundo, en primer lugar miraremos la que produce el mundo, la cual surge cuando nuestra alma tiene el control de nuestra voluntad, y la controla, porque nuestro espíritu está muerto a la verdad, nuestro ser se encuentra saturado por nuestro pecado y por un mal entendimiento, el apego emocional controla todo lo que nos rodea, es allí en donde el ego, la emotividad, y nuestro pensamiento son controlados y manipulados por las tinieblas para conducirnos a la destrucción.
La
otra tristeza es la que produce Dios en nuestro corazón al quebrantar nuestro
ser, para permitirnos reconocer la verdad, nuestra bancarrota espiritual,
nuestra necesidad de Dios, para liberarnos de todo control del alma y nuestro
pecado, esta tristeza proviene del quebrantamiento de nuestro ego, del
quebrantamiento de nuestras emociones y pensamientos, esta tristeza no produce el
fortalecimiento de los mismos como ocurre en la otra tristeza, pues primero
obra para traer libertad en Cristo, para conducirnos a la salvación de la cual hemos
sido objetos por la predestinación divina.
Reconocer
la fuente de nuestra tristeza nos permite entender cómo podemos salir de allí,
de ese foso profundo al que nos vemos sometidos por esta emoción, que perturba
nuestra tranquilidad y paz. Si estás pasando por un proceso donde la tristeza
surge, entonces es tiempo de que revises en tu interior que es lo que está
sucediendo, si esta tristeza proviene de Dios o proviene del mundo, porque
dependiendo de la fuente, la solución es muy diferente.
En
este pasaje Pablo ha escrito una carta a los corintios con la cual les lleno de
tristeza porque sabían todo el sufrimiento que le habían causado al apóstol,
por su comportamiento equivocado, de manera que aunque su intención fue la
exhortarles a la verdad, Dios permitió que la tristeza surgiera para
trasformación y salvación de los que comprendieron la verdad, se arrepintieron
y cambiaron para bien.
CONCLUSION
Lo
que el mundo produce no tiene otro objetivo que dar muerte al espíritu, pues lo
que el mundo ofrece es solo una ilusión que busca distraer la mente y el alma
de la realidad en Dios, de manera que este tipo de tristeza solo puede ser
superada en la medida en que damos ayuda, soporte y consuelo a quien la padece,
permitiéndole ver el amor de Dios en nuestras acciones, para que no caiga en la
autodestrucción a la que esta tristeza le induce, y ademas para que pueda caer
en cuenta de la verdad por el llamado de Dios a su vida.
Cuando
Dios nos permite ser instrumentos para revelar el propósito de la tristeza en el
corazón del hombre, Dios puede hacerle entender el propósito por el cual vive
la circunstancia que atraviesa y al comprender el propósito del sufrimiento,
este desaparece para que el arrepentimiento permita un cambio en nuestra
mentalidad, permitiéndonos adentrarnos en la verdad y conocer por qué y el para
qué, o aunque este no aparezca, podamos tener paz y comprensión de que es Dios
quien tiene el control y descansar en ello.
Oremos,
para que todo quebrantamiento de nuestro ser pueda ser entendido bajo la luz de
Cristo y nos conduzca al arrepentimiento que produce salvación, la libertad del
ego, la liberación de toda emoción desbordada y de todo pensamiento que
conduzca a destrucción, para gloria de Dios, amen.
Gracia me fuel de Mucha Oct Iliad
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