EN TU
MANO ENCOMIENTO MI ESPIRITU
Salmo
31:5 En tu mano encomiendo mi
espíritu;
Tú me has redimido, oh Jehová,
Dios de verdad.
INTRODUCCION
En que
descansa tu alma, agobiada por el pecado, la tristeza, el dolor, o el sufrimiento
que todos percibimos en lo terrenal, será que descansa al hacer cosas buenas,
con el ir a la iglesia, con hacer obras benéficas o de caridad?, no el alma no
puede descansar en ello, porque estas cosas solo pueden apaciguar por un tiempo
nuestras conciencias, mas nunca permanecen.
No es
fácil traer a descanso nuestra mente porque siempre se encuentra ocupada, o
tratando de ocuparse, la mente no es un lugar de reposo, solo en el espíritu
hay descanso, reposo, tranquilidad y paz, la mente es dual, por eso la escritura
menciona que la mente todo lo cuestiona, todo lo razona, en el racionamiento,
la fe y la certeza, no tienen cabida, es por eso que confiar del todo en la
mente nos aparta de la confianza y la duda será un eterno tormento.
La mente
trata de descansar en la autoconfianza, en lo hecho, en la bondad que surge de
su propia naturaleza, mas ella no puede dar un descanso real, la vida es más
que uno mismo, es un todo, y cuando miras todo desde la perspectiva de la
mente, todo surge por temor o por placer, que son los dos motores del alma,
ellos dan el norte, la dirección a tu alma, más el espíritu, no se guía por
estas dos fuerzas, que tiran del ser, más bien se mueve o habita en la
presencia de Dios, lo cual le da confianza para ser, estar y hacer.
DESARROLLO
El pasaje
nos conduce a reconocer que no está en nuestras manos el control, que no lo
tenemos, que solo podemos encontrar descanso en la mano poderosa de Dios, quien
todo lo controla, pero no lo buscamos para que nos de el control, lo buscamos
porque en Su misma presencia el control no se hace necesario, la confianza surge
y en toda situación la certeza se hace manifiesta, por eso encomendamos nuestro
espíritu en Su mano, una mano que sustenta, que fortalece, que soporta, que
sostiene, que da vida, que se entrega, que da paz a nuestro espíritu, porque
nuestra confianza no la provee nuestra mente, proviene de la redención que
hemos sido objeto, en donde la verdad se afirma y la mentira se destruye, para
que establecidos en El, podamos afrontar toda circunstancia.
Quien se
encomienda tal cual Cristo lo hizo en la cruz, lo hace porque sabe y entiende
que en el Dios de verdad, puede descansar nuestra agobiada alma, que en su mano
poderosa, todo pensamiento, emoción, y ego pueden ser quitados para que la
certeza se establezca y en ella pueda descansar nuestro espíritu. Este pasaje
fue el cumplimiento profético del acto que llevaría a descanso nuestro ser en
Cristo, en quien encontramos salvación, redención y vida eterna.
No es fácil de entender, porque es solo por
gracia que podemos reconocer lo que Dios ha hecho en nosotros, no depende de
nada que hayamos hecho, ni dicho, solo de su inmensa misericordia, que es nueva
cada mañana, por eso toda ínfula de autoconfianza ha de ser entregada y rendida
a Dios, entendiendo que es en Su mano que podemos descansar, que es en Su mano
que podemos vivir, es en Su mano que podemos confiar, es en Su mano que podemos
encontrar paz, gozo y justicia, porque en Él, hemos sido redimidos, pues sus
manos cargaron con el peso de nuestras trasgresiones, y nos han permitido
establecernos sobre la eternidad.
CONCLUSION
Hace
poco leía una historia en la cual los niños de una escuela muy pobre recibían
la tarea por parte de la profesora de describir, porque dar gracias, algunos,
dieron gracias por las personas que les ayudaban, por la comida que recibían,
por la vida que podían disfrutar, más uno de ellos lo describió con una mano
pintada, al recibir el papel la maestra le pregunto de quien era esa mano, el
niño, respondió, es la suya profesora, entonces la profesora conmovida, recordó
que cuando el niño sentía temor, su mano siempre estaba allí para consolarle,
cuando el niño no quería salir al recreo, ella le tomaba de la mano y le
acompañaba afuera, de igual manera Dios usa nuestras manos para mostrarse, para
volverse real en la vida de muchas personas, sean niños, jóvenes o adultos, no
menosprecies lo que haces, más bien permite que Dios se manifieste a través de
los pequeños detalles en los que tus manos aparecen como las suyas, para dar,
para aliviar el dolor, para calmar el sufrimiento, para descansar, para
abrazar, para amar; que los demás no nos vean a nosotros, que vean a Dios en
nosotros actuando a favor suyo, que seamos instrumentos de su bondad, amor,
comprensión, sabiduría y paciencia, allí donde el dolor, la angustia, el afán,
el desconcierto, la inseguridad, y la maldad aparecen.
Oremos,
Señor es tiempo de confiar en tu mano de bondad, tu mano de amor, de guía que
se brinda a todo aquel que trasciende su ego, y reconoce la necesidad de un
salvador, reconocemos tu verdad, como sustento de nuestro espíritu y descanso
para nuestra alma, encomendándote nuestros espíritus, para guía, consejo, ayuda
y justicia en el nombre de nuestro señor Jesucristo, amen.
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