viernes, 16 de marzo de 2018

MATRIMONIOS - DISFRUTANDO DEL PLACER



DISFRUTANDO DEL PLACER

1Co 7:9 Pero si no pueden dominarse, que se casen, porque es preferible casarse que quemarse de pasión.

INTRODUCCION

Todo ser humano tiene una naturaleza sexual con la que tiene que lidiar, a algunos se les ha concedido el don de continencia lo cual los aparta del pecado de la fornicación, pero otros en cambio no lo tenemos. Todos nacimos en un mundo caído en donde el placer estaba a la orden del día por medio de la pornografía y la fornicación, y como no conocíamos a nuestro Salvador pues nos envolvimos en este mundo de perversión. Ahora que estamos en Cristo somos nuevas criaturas, renovados en nuestro ser, por lo que procuramos abandonar todo engaño y mentira, y reconocemos en el matrimonio una forma en donde puede confluir nuestra sexualidad de forma sana y placentera, sin ningún tipo de perversión de la misma.
El matrimonio tiene muchas cosas bellas y una de ellas es la sexualidad. Quien se casa puede unirse a su esposa por medio del sexo y disfrutar del placer que este produce a nuestro ser. Lo cual conlleva el que se conviertan en una sola carne.

DESARROLLO
La escritura nos recomienda disfrutar del sexo por medio del matrimonio, no antes y tampoco fuera de él. De allí, que consideremos a diferencia de otros movimientos cristianos o religiosos que el placer del sexo es algo bueno para nuestra vida en pareja. Primero porque nos aparta del pecado de la fornicación, el adulterio y el deseo sexual indebido para poder disfrutar de nuestra relación en la intimidad, además de una vida espiritual rica.
La sexualidad es algo maravilloso, siempre y cuando se descubra desde la inocencia. Pues la pornografía le hizo a la sexualidad, lo que la corrupción a la política, casi la destruye. Los que crecimos en el mundo y ahora nos allegamos a Cristo, encontramos que nuestra sexualidad fue contaminada por todo aquello que permitimos y vivimos en nuestro pasado, por lo que tenemos que lidiar con ello para poder experimentar una sexualidad libre de prejuicios y libre de la perversión del mundo.
El sexo es precioso pues se consuma en el amor conyugal, y sirve para afirmar la relación de pareja, pero cuando este solo procura el placer individual, puede ser pervertido en su fin. Claro que se dio para procrear, pero también para que podamos disfrutarlo, pero hay muchas parejas que no disfrutan de su sexualidad, porque o el uno o el otro no fueron tomados en cuenta, solo se hizo lo que el uno quería, o lo que demando, pero jamás se tuvo en cuenta la sutileza y la inocencia del amor.
Vivir una sexualidad plena, proviene de la plenitud que sentimos, pues mientras más plenitud en Dios, en la sexualidad habrá mas disfrute. Si no hay plenitud de gozo en Dios, trataremos de malversar la sexualidad para que nos de el placer que nos falta, lo cual puede terminar mal.
Todo lo que permitimos en la sexualidad, puede ser para bien o para mal. Si pervertimos la sexualidad por medio de lo que el mundo nos da, la convertiremos en un medio diferente a Dios para que nos sea placentera, pero esto jamás producirá plenitud. Pero si en cambio la disfrutamos de la forma correcta, dejando todo vicio del mundo, toda inmoralidad sexual, la sexualidad tomara su curso y ayudara el propósito de la comunión matrimonial.

CONCLUSION

Disfrutemos de las mieles del amor con las que Dios nos bendice en la unidad sexual conyugal. Disfrutemos del placer en el orden correcto de Dios, en la inocencia del espíritu y veremos los resultados de una relación bendecida en donde ambos cónyuges disfrutan por igual, en donde se piensa en el otro para el disfrute y no solo en sí mismo.
El matrimonio no solo brinda estabilidad económica, y emocional, sino sexual. Es allí donde el hombre y la mujer redescubren su inocencia perdida en el pecado, pero que ahora renace por medio del amor en Cristo que se prodigan los cónyuges.
Gracias a Dios que pensando en nosotros y luego de la caída proveyó una forma de desahogo emocional, que nos brinda placer y disfrute en unión con la pareja.
Oremos, Señor permítenos disfrutar de nuestra sexualidad, ayúdanos a abandonar toda practica sexual que pervierta tu diseño y ayúdanos a vivir en la inocencia del amor en donde podamos encontrarnos con nuestra pareja para redescubrir el amor, amen.

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