domingo, 29 de julio de 2018

PREDICA DOMINICAL - LO QUE TE IMPIDE CRECER, EL AMOR A TI MISMO




LO QUE TE IMPIDE CRECER, EL AMOR A TI MISMO

Fil 2:3 No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a ustedes mismos.

INTRODUCCIÓN

Te amas a ti más que a cualquier cosa, y eso te impide crecer, te amas por sobre Dios, por sobre tu prójimo, lo cual te impide amarles y servirles. y el amor verdadero no es así. Necesitamos confrontarnos a nosotros mismos reflexionando sobre cuando amamos a Dios.

Nos amamos de forma desmedida, este amor no es amor, es apego. Vivimos apegados a lo que creemos es lo que somos, pero el hombre espiritual debe descubrir que no se es lo que se piensa, sino lo que se es interiormente.

La psicología ha abordado este tema, al tratar de ayudar a quienes se perciben de forma anormal, tratando de recuperar el amor en uno mismo cuando se cree perdido. Pero en realidad nadie se ama a sí mismo, si se amasen no buscarían hacerse daño, no tomarían decisiones que les subyugan al dolor y a su propia destrucción, si se amasen tratarían a los demás como quieren ser tratados. Pero no, como no hay amor propio sino apego, algunos se sumergen en la depresión apegados al sufrimiento y al dolor, que al final para algunos se vuelve placentero. Otros solo buscan darse placer en todo y con ello creen que se aman pero no, de nuevo se vuelve a hacer evidente el poco amor verdadero, y la sustitución de este por el deseo y el placer que tarde o temprano le consumen.

Muchos no se vuelven a Dios por el deleite del que disfrutan en su pecado, este les impide ver lo equivocados que están y como son esclavos de sus propios deseos que les consumen. Y otros no crecen porque les cuesta abandonar muchos de sus deseos carnales que les impiden crecer.

DESARROLLO

Nuestra naturaleza carnal impide que realmente conozcamos el amor, nos mantiene distraídos en el placer de la carne, apartados de todo consuelo divino. Apegados a todo lo terrenal creemos amarnos a nosotros mismos, pero es un engaño de la mente, nos mantiene cautivos creyendo que mientras suplamos lo que deseamos estaremos bien, y así se nos mantiene cautivos y ciegos.

El amor hacia nosotros mismos disfraza un apego desmedido, que nos convierte en victimas de nuestras propias elecciones. Todos queremos ser respetados y queridos por todos, pero este anhelo encierra una mayor estima por nosotros mismos, que nos limita para amar al prójimo.

Solo el amor verdadero puede ver con humildad su propio ser y reconocer como superior a alguien diferente de sí mismo, veamos lo que dicen las escrituras sobre la verdadera intensión del corazón del hombre:
Luc 16:15 Él les dijo: "Ustedes se hacen los buenos ante la gente, pero Dios conoce sus corazones. Dense cuenta de que aquello que la gente tiene en gran estima es detestable delante de Dios.

Si queremos crecer y madurar debemos reconocer con humildad nuestro pecado, nuestra necesidad de adulación, nuestra debilidad hacia los deleites y el orgullo que nos consume, solo así podremos quebrantar al hombre exterior y dejar de vivir una vida en la autosatisfacción para verdaderamente consagrarnos a Dios.

CONCLUSION

Lo que nos impide crecer es este apego vergonzoso a nuestra naturaleza carnal con la que deberíamos estar batallando más a menudo para ver fruto en nuestra vida espiritual.

Un hombre que se ama demasiado a sí mismo, no puede amar a Dios más que a todo. Su necesidad de autocompadecerse de sí mismo le impedirá buscar a Dios, reconocerle y ver a su prójimo como mayor.

La humildad es el camino del creyente. El verdadero creyente no teme ser humillado pues se reconoce como peregrino, nuestra humillación es la exaltación de Dios.

Volvámonos al verdadero amor, al que se entrega, ese que espera y que no deja de ser siempre, desestimemos nuestro propio parecer y el de los demás para reconocer en que estamos fallando, que nos impide crecer, volvernos a Dios y amarle por sobre todo.

Oremos, Señor reconocemos que tenemos un apego al que llamamos amor que es desmedido, no lo vemos, pero lo notamos, ayúdanos para que podamos abandonar todo ego, autoexaltación, autosatisfacción y autojustificación para empezar a confiar en ti y volvernos con todo nuestro corazón, amen.


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