¿NO
SERIA MEJOR SOPORTAR LA INJUSTICIA?
1Co
6:7 En realidad, ya es una grave falla el solo hecho de que haya pleitos entre
ustedes. ¿No sería mejor soportar la injusticia? ¿No sería mejor dejar que los
defrauden?
INTRODUCCION
Vivimos en un mundo caído, en
donde el sufrimiento, la injusticia parecen el pan de cada día, solo basta con
ver las noticias del día y notar la cantidad de situaciones conflictivas,
problemáticas y difíciles que vive nuestra sociedad.
Y para terminar de complicar las
cosas, esto no solo ocurre con el mundo, en donde creeríamos que es más común,
sino que también ocurre dentro de la iglesia. Los corintios sufrían porque
habían conflictos entre ellos, pero les costaba muchísimo lidiar con ellos. No,
no se parece en nada a nosotros.
Pues no es así, la iglesia además
de sufrir por permanecer en este mundo caído, también tiene que lidiar con los
conflictos que se generan dentro de ella, pero como no nos gusta lidiar con la
injusticia, no toleramos al que actúa con nosotros de forma injusta.
DESARROLLO
Pablo teniendo que ayudar a
lidiar y mediar en medio de este conflicto les dice: “¿No sería mejor soportar la injusticia? ¿No sería mejor dejar que los defrauden?”, y
dejarlo así, pero no, no queremos soltar la carga, queremos que paguen, nos
dejamos llevar por el conflicto y terminamos heridos y lastimados mas allá de
lo que pudiera haber pasado. Luego Pablo les dice: 1Co 6:8-9 “Pero vosotros
cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos. ¿No sabéis que los
injustos no heredarán el reino de Dios?”. Aprendamos a sufrir, a soportar la
injusticia y a saber que podemos ser defraudados, puede que esto no ayude mucho
cuando lo vivimos. Pero de seguro nos permitirá pasar con mayor rapidez la
ofensa, el problema y nos ayudará a afrontarlo con mayor madurez.
Como
creyente he sido defraudado muchas veces, por mis padres, mis pastores, por
quienes amaba, a quienes servía, aun por mi propia pareja, y mi familia. Con
ello podría haberme apartado de la iglesia o de servir a Dios, también pudiera
estar renegando o con la ofensa a flor de piel, pero en cambio Dios me ha
ayudado a perdonar, a dejar ir, a librarme de todo rencor y me ha permitido
ayudar a otros que han pasado por lo mismo.
Dios
utiliza nuestros conflictos y problemas para ayudarnos, para perfeccionarnos,
para hacernos más como él. Si él tuvo que perdonar a quienes le crucificaban,
quienes somos nosotros para esperar algo diferente. Aprendamos que el
sufrimiento y cuando nos defraudan, o nos fallan, nos permite confiar solamente
en Dios, abandonar todo apego que nos impide ir tras Dios y su amor.
El
que no podamos impedir toda la injusticia del mundo, tampoco quiere decir que
no debamos o podamos hacer algo, la justicia empieza por nosotros, la forma en
que pensamos y obramos, si obramos con justicia, perdón, servicio y amor,
veremos como Dios obrara con justicia en el mundo a través nuestro.
CONCLUSION
No
permitas que el sufrimiento o el que te hayan fallado endurezcan tu corazón,
llénate de perdón, reconoce que todo lo que vives es para glorificar a Dios, y
muchas veces vamos a tener que soportar la injusticia, el sufrimiento, el que
nos hagan mal, el que nos fallen y muchas cosas más, pero lo que no tenemos por
qué soportar es el dolor que esto causo, ni permitir que esto nos aparte de
vivir amando y entregándolo todo por Cristo.
Nada
es fácil, y menos el tener que soportar la injusticia. Claro que hay momentos
en los que Dios nos anima a luchar contra la injusticia y así debemos obrar,
pero en otros aspectos, sobre todo aquellos que atañen a la iglesia se nos
llama a soportar la injusticia y el sufrimiento con paciencia y templanza para
mostrar a los hermanos el fruto del Espíritu Santo en nuestras vidas.
Lo
más fácil seria, reclamar, entablar un pleito, irnos, salir de allí, discutir,
pelear, pero eso solo mostraría que naturaleza tiene más fuerza en nosotros, es
preferible pasar la ofensa, perdonar, aunque nunca será lo más fácil, sino
entonces no sería la puerta estrecha.
Oremos,
Señor ayúdanos a soportar la injusticia de este mundo obrando con justicia, no
importa cuánto nos defrauden o nos hagan daño, seguiremos adelante sirviendo
por amor a ti, entregados y consagrados al oficio al que nos has llamado, amen.
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
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