ESTUDIO BÍBLICO
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
1Jn 1:1 Lo que ha sido desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios
ojos, lo que hemos contemplado, lo que hemos tocado con las manos, esto les anunciamos respecto al Verbo que es
vida.
Juan con
su exquisita revelación acerca de Jesucristo le llama el Verbo, su mensaje no
es otro que la recopilación de las enseñanzas de su maestro, aquello que es, ha
sido y será, todo lo que se ha oído, lo que se ha visto, contemplado y tocado
es anunciado por medio de los enviados de Dios. No podemos predicar si en
nuestras propias vidas no hay una evidencia tangible del poder de Dios, si no
conocemos lo que nuestro maestro enseño, si no lo ponemos por obra y si por
medio nuestro Dios nos ha usado como instrumentos para manifestar su gloria.
Jesús es llamado el Verbo, esto debe ser comprendido, el verbo es una unidad
sustancial de una frase, sin verbo no hay sentido, sin verbo lo que se expresa
carece de cohesión, de unidad. Jesús es el verbo que ha unido aquello que se
encontraba separado, sin cohesión, distante. La frase era Dios y el hombre,
pero faltaba algo que les conectara, que le diera sentido a los participantes
de la frase y es ahora donde entra el verbo.
1Jn 1:2
Esta vida se manifestó. Nosotros
la hemos visto y damos testimonio de ella,
y les anunciamos a ustedes la vida eterna que estaba con el Padre y que
se nos ha manifestado.
El verbo es vida, es la vida del
Padre, esa vida eterna que se ha manifestado en Jesucristo y se ha hecho
disponible por medio de la fe para aquel que cree. Esta vida trasforma todo lo
que tiene contacto con ella, por eso al nacer de nuevo podemos dar testimonio
de ella, anunciamos lo que conocemos, lo que hemos contemplado, aquello que ha
tocado nuestros corazones y nos permite ver las cosas de manera distinta. El
regalo del padre, la vida eterna se ha manifestado en forma humana, para que
sirviera de testimonio a la verdad y pudiese conducirnos a través suyo para
alcanzarla mientras permanecemos en la unidad.
1Jn 1:3 Les anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también ustedes tengan comunión con
nosotros. Y nuestra comunión es con el
Padre y con su Hijo Jesucristo.
Cuando compartimos de esa vida que
ahora habita en nosotros, tenemos Koinonía que es la palabra griega para
comunión, pero la koinonía también debe ser comprendida y meditada en
profundidad. Koinonía no es solo un acompañamiento, o un estar juntos, es una
participación conjunta entre la divinidad que por medio de Cristo ahora tiene
contacto con nosotros, un estado de unidad con el Hijo y el Padre a través de
su Espíritu. La koinonía es un estado de unidad espiritual con la divinidad,
con la esencia de todo, un estado contagioso en el que participamos todos
aquellos que compartimos del Señor en amor fraternal y servicio.
1Jn 1:4
Les escribimos estas cosas para que nuestra alegría* sea completa.
La intención de escribirles estas
cosas, estas enseñanzas es que puedan participar del gozo que como hermanos en
estado de unidad compartimos, y sea completado conforme le experimentamos a él.
1Jn 1:5
Este es el mensaje que hemos oído de él y que les anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad.
Juan anuncia el mensaje de la
verdad como heraldo de la misma. Dios es luz y no hay oscuridad en el, es un
mensaje que necesita ser decodificado por el creyente, parece muy evidente pero
esconde en su interior la revelación acerca de la verdad. Dios es comparado en
las escrituras con el amor y la luz, la palabra luz en el original también
traduce fuego, lo cual nos da una idea mejor que solo la luz, la luz es aquella
radiación electromagnética que solo puede ser percibida por el ojo humano
aunque también existe un espectro que no puede ser observado por el hombre,
pero la luz de la que hablan las escrituras es una luz que solo puede ser
percibida por el corazón, la luz también es la condensación de una energía, la
divinidad, en donde no encuentran cabida la oscuridad o tiniebla alguna. La luz
es un término que parece común, tiene un sentido lógico pero su sentido lógico
se queda corto cuando se encuentra con la deidad, Juan nos da algo conocido
para que podamos asociarlo, pero lo deja allí plasmado para que no nos quedemos
con lo evidente y vayamos más allá. La luz también tiene unas características
que son importantes, todo lo atraviesa, todo lo escudriña, todo lo revela.
Cuando estudias la luz desde el punto de vista del arte, de la fotografía, de
la poesía, de la escritura, la luz lo es todo, universal, incognoscible, poderosa,
pero cuando la miras desde la lógica es algo que se puede conocer, algo fútil,
eso es Dios para el que tiene su luz, un todo, y una nada para el que cree que
todo lo conoce, sin conocer nada.
1Jn 1:6
Si afirmamos que tenemos comunión con él, pero vivimos en la oscuridad, mentimos y no ponemos en práctica la verdad.
Si alguno en verdad tiene koinonía
con el Padre y el Hijo a través de su Espíritu y con los hermanos no puede
vivir en la mentira, el engaño y la inmoralidad, pues la vida que ahora percibe
en su interior le ha ido trasformando a imagen y semejanza del Hijo. Quien obra
en la oscuridad de su naturaleza carnal es capaz de mentir, pero será fácil de
descubrir si tienes discernimiento y si observas con paciencia al final la luz
siempre revelara las tinieblas y la falta a la práctica de la verdad.
1Jn 1:7
Pero si vivimos en la luz, así
como él está en la luz, tenemos comunión
unos con otros, y la sangre de su Hijo
Jesucristo nos limpia de todo pecado.
Pero si vivimos en la presencia de
Dios, vivimos en la luz, y al estar allí presentes tenemos comunión los unos
con los otros y mientras ello ocurre el sacrificio de Cristo por el cual
derramo su sangre para perdón de pecados nos limpia de toda culpa mientras
experimentamos un arrepentimiento verdadero.
1Jn 1:8
Si afirmamos que no tenemos pecado,
nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad.
Nadie que se haya encontrado con la
energía divina puede decir que no ha pecado, quien así obra solo intenta
engañarse a sí mismo y con ello falta a la verdad. Todo aquel que se impregna
de la verdad puede reconocer su pecado con facilidad y buscara con
arrepentimiento en su corazón el perdón del Creador.
1Jn 1:9
Si confesamos nuestros pecados,
Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda
maldad.
Dios nos da la facilidad de que
nuestras conciencias ahora en Dios nos ayuden a vivir una vida santa,
consagrada al Señor, mostrándonos con diligencia nuestros errores y
equivocaciones para que podamos acudir a la fidelidad y justicia de Dios quien
al escuchar la confesión de un corazón contrito por el pecado, perdonara y
limpiara de la contaminación que conlleva el pecado. La confesión debe ser un
acto que debe practicarse con frecuencia por parte del creyente si quiere vivir
una vida en koinonía con el Señor, nadie que realmente quiera vivir en unidad
con Dios ocultara su pecado.
1Jn 1:10
Si afirmamos que no hemos pecado,
lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no habita en nosotros.
Si vivimos en profunda comunión con
Dios y los hermanos no podemos si quiera creer en nuestro corazón que no hemos
pecado, pues el pecado se revela inmediatamente lo hemos cometido a la
conciencia del hombre para que este recurra a la misericordia divina y permita
que la obra redentora de Cristo obre en nuestras vidas, quien no reconoce su
pecado debe entender que la verdad, que su palabra no habita en su interior.
gracias a DIOS ,QUE NOS REVELA QUE SU LUZ ES ABSOLUTA Y PODEROSA. QUE TODO LO RAVALA Y ESCUDRIÑA, MOSTRANDONOS CADA DIA EL CAMINO A SEGUIR, CUANDO ANDAMOS EN LUZ
ResponderBorrarBendiciones
BorrarDIOS bendiga grandemente este ministerio,Ya que es de bendición a mi vida.
ResponderBorrarAmen, bendiciones
BorrarDIOS LOS BENDIGA POR ESTA HERMOSA ENSEÑANZA Y QUE EL SEÑOR LOS SIGA USANDO
ResponderBorrarAmen, bendiciones
BorrarDe gran bendición para nuestra vida. Dios les bendiga!
ResponderBorrarAmen, bendiciones
BorrarGloria a Jesús Aleluya
ResponderBorrarAmen, bendiciones
BorrarGracias Pastor Por Excelente Estudio y Explicacion
ResponderBorrarCon todo gusto, bendiciones
BorrarGracias,me encantó el estudio bíblico
ResponderBorrarGloria a Jesucristo, por su palabra de verdad y justicia. Tenemos que levantarnos como instrumentos escogidos ante este tiempo de apostacia en que vivimos.en el poder del evangelio.
ResponderBorrarAmen, bendiciones
ResponderBorrarAmen..Dios bendiga poderosamente...
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