No eres responsable de la cara que
tienes, eres responsable de la cara que pones.
Se
dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada.
Cierto día, un perrito buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero
de una de las puertas de dicha casa. El perrito subió lentamente las viejas
escaleras de madera. Al terminar de subir las escaleras se encontró con una
puerta semiabierta; lentamente se adentró en el cuarto. Para su sorpresa, se
dio cuenta que dentro de ese cuarto había 1.000 perritos observándolo tan
fijamente como él los observaba a ellos. El perrito comenzó a mover la cola y a
levantar sus orejas poco a poco. Los 1.000 perritos hicieron lo mismo.
Posteriormente sonrió y le ladró alegremente a uno de ellos. El perrito se
quedó sorprendido al ver ¡que los 1.000 perritos también le sonreían y ladraban
alegremente con él! Cuando salió del cuarto se quedó pensando para sí mismo:
“¡Qué lugar tan agradable! ¡Voy a venir más seguido a visitarlo!”.
Tiempo
después, otro perrito callejero entró al mismo sitio. Pero a diferencia del
primero, este perrito al ver a los otros 1.000, se sintió amenazado ya que lo
estaban viendo de una manera agresiva. Posteriormente empezó a gruñir;
obviamente vio cómo los 1.000 perritos le gruñían a él. Comenzó a ladrarles
ferozmente y los otros 1.000 le ladraron también a él. Cuando este perrito
salió del cuarto pensó: "¡Que lugar tan horrible es éste! ¡Nunca más
volveré a entrar allí!". .
En el frente de dicha casa se encontraba un viejo letrero que decía:
"La casa de los 1.000 espejos".
"Todos los rostros del mundo son espejos". Decide cuál rostro
mostrarás y lo llevarás por dentro.
Las cosas más bellas del mundo no se ven ni se tocan, sólo se sienten
con el corazón.
¡Antes de ver un arco iris, tiene
que llover!
2Co 3:18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en
un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la
misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
El
mundo tiende a responder conforme a nuestro estado interior, si notamos ira,
odio, rencor, malas palabras tendríamos que revisar aquello que estamos
haciendo o viviendo interiormente para saber porque atraemos ese tipo de
personas o situaciones a nuestras vidas. La historia es un fiel reflejo de lo
que sucede a cada cual, lo que obtenemos de los demás es lo mismo que hemos
sembrado en ellos, siembra temor, duda, culpa, odio, rencor, falta de perdón,
olvido, desinterés, desamor y eso será lo que en respuesta obtendrás de los que
te rodean. Pero sí en cambio trabajas interiormente en ti, poco a poco podrás
experimentar un cambio en aquello que recibes de los demás. El pasaje de la
biblia que exponemos nos lleva a pensar que en la medida en que nos exponemos
ante un espejo, este revela lo que hay verdaderamente en nuestro interior y
cuando somos usados como un espejo para reflejar la gloria de Dios, cada vez
tendremos la posibilidad de parecernos más a Cristo. La escritura es el espejo
en el que debemos reflejar nuestras vidas, si nuestras vidas se parecen más a
la vida de Saúl, Esaú, Judas y todos estos antihéroes de la fe, entonces
debemos revisarnos interiormente para que mediante el arrepentimiento y el
perdón podamos ser transformados. Pongamos nuestros ojos en Jesús el autor y
consumador de nuestra fe para que reflejándonos en el podamos parecernos cada
día más a él.
GUÍA
DE ESTUDIO
¿Qué
reflejan los demás acerca de ti?
¿Qué
miras con frecuencia en los demás que te desagrada?
¿Si
te miraras en un espejo con Jesús, te parecerías a él? (no en lo físico)
¿Te
pareces cada día más a Jesucristo?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por compartir con nosotros. Bendiciones