domingo, 22 de enero de 2017

PREDICA DOMINICAL - LA CONFRONTACIÓN

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PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe

LA CONFRONTACIÓN

Mat 4:1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo.

INTRODUCCIÓN

El creyente debe saber que cuando cambia de bando en la guerra que se lleva a cabo en el mundo espiritual, esto hará que se produzca una confrontación. Por si no lo sabias, hemos pertenecido por gran parte de nuestras vidas al bando contrario a Dios, éramos sus enemigos, por eso cuando nos convertimos al Señor, entonces nos volvemos parte del ejercito de Dios y ahora nuestro enemigo es el Diablo. Solo porque hemos cambiado de bando, eso no quiere decir que la confrontación espiritual ya se acabó. Antes éramos esclavos del pecado y la maldad era nuestra forma predominante, pero ahora contamos con la ayuda del Espíritu Santo para guiarnos y enseñarnos todas las cosas, de modo que podamos hacer frente a cualquier situación que podamos afrontar.

La vida espiritual es una batalla constante, primero contra nuestra propia concupiscencia a la cual le declaramos la guerra y tratamos por la gracia divina de poder mantenerla bajo custodia, y otra confrontación contra el adversario, quien infunde pensamientos (todos contrarios a la voluntad de Dios) para conducirnos a la derrota. Es por eso que el creyente debe comprender el campo de batalla.

DESARROLLO

Jesús quien es nuestro ejemplo en todo, fue confrontado en su identidad, en su obediencia, con las escrituras y con la adoración. Estas son las tres áreas que el creyente debe reconocer como campos de batalla en su mente para lo cual debe prepararse. En mateo cap 4 encontramos que luego de ayunar por 40 días y 40 noches Jesús es llevado al desierto para ser confrontado por el diablo.
Allí el diablo estratégicamente revela su plan ante Jesús, primero empieza confrontando el área más frágil del creyente, su identidad. La gran mayoría de nosotros no tiene una identidad espiritual definida y clara, más aún ni sabemos quiénes somos en Dios, eso hace que el enemigo aproveche esta fragilidad para acertar golpes fuertes al creyente y generarle desanimo, confusión, temor y culpa.

Si el creyente no es preparado para que sepa a lo que se va a enfrentar, siempre se va a encontrar con la derrota, pero si en realidad conocemos a lo que nos enfrentamos podremos contrarrestar todo ataque conforme a la voluntad divina. Jesús en medio de esta confrontación, nos deja ver tres armas con las que todo creyente puede contar siempre. La primera es su palabra, pues dice: Mat 4:4 Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Con lo cual nos deja ver que el creyente necesita aprender a oír a Dios para no caer en la tentación, normalmente Dios está hablándonos de muchas formas, por medio de un consejo, la palabra (la Biblia), nuestra pareja, los hijos, o aun en libros sobre aquello a lo cual debemos prestar atención para no caer. Su palabra está allí para no dejarnos caer, para fortalecernos y para que podamos salir de la confrontación con la tentación.
La siguiente arma que uso el diablo fue la misma escritura y la rebeldía por lo que le pide que se lance desde el pináculo del templo para que los ángeles no le dejaran caer, pero Jesús nos da ejemplo y elige siempre obedecer, y nuevamente usa las escrituras para confrontar el engaño del enemigo diciéndole: Mat 4:7 Jesús le dijo:  Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Nuestra siguiente arma es la obediencia, no podemos pasar por alto sus mandamientos, ni sus enseñanzas, pues ellas nos sostienen en medio de la tormenta.

La siguiente arma que se revela en la confrontación es la adoración, el diablo le pide a Jesús que se postre y le adore para entregarle todos los reinos de la tierra y sus placeres, pero Jesús responde: Mat 4:10 Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está:  Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. Dándonos a comprender que al adorar a Dios y servirle a él, es donde encontramos la fortaleza en medio de nuestra debilidad para ganar la batalla.

CONCLUSIÓN

Solo un creyente que conoce las escrituras, que escucha atentamente al Padre y le busca en oración, uno que le adora en espíritu y verdad puede soportar los embates del conflicto en el que nos hemos involucrado. Un dicho dice así: “Soldado avisado no muere en guerra”, ahora eres un soldado de los ejércitos del Dios altísimo, quien se encuentra en proceso de entrenamiento para la batalla.

Descubre tu debilidad y entrégate a Dios reconociéndote débil y encontraras la fortaleza que solo él puede dar a los que se humillan bajo su poderosa mano. Aunque somos débiles, él nos sostiene con su diestra victoriosa. Su poder suple nuestra necesidad y no tenemos por qué buscar lo que no se nos ha perdido fuera de él.


Oremos, a donde iremos si solo tú tienes palabras de vida eterna, tu nuestro sustentador, nuestro Señor, nuestro pastor, nuestro guía. Padre reconocemos nuestra debilidad y nuestra necesidad de oírte, de buscarte y de poner por obra tus mandamientos, ayúdanos en medio de la confrontación y la tentación para no caer abatidos por el enemigo, nos humillamos en ti para alcanzar la victoria y glorificar tu nombre, amen.

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