Le pedí a Dios que me quitara el
dolor. Dios dijo: "NO. Yo no te lo debo quitar, sino tú lo tienes
que dejar".
Le pedí a Dios que hiciera que mi niño paralítico fuera completamente
sano. Dios dijo: "NO. Tu espíritu está completo, tu cuerpo es sólo
temporal".
Le
pedí a Dios que me concediera paciencia. Dios dijo: "NO. La Paciencia
viene como resultado de las tribulaciones, no se concede".
Le
pedí a Dios que me diera felicidad. Dios dijo: "NO. Te doy bendiciones. Tú
decides si quieres ser feliz".
Le pedí a Dios que me librara del
sufrimiento. Dios dijo: "NO. Los sufrimientos te alejan de los afanes del
mundo y te acercan a mí". Le pedí a Dios que hiciera crecer mi espíritu.
Dios dijo: "NO. Debes crecer por ti mismo, y yo te voy a disciplinar para
hacerte dar fruto".
Le pedí a Dios por todas las cosas
que podría disfrutar en la vida. Dios dijo: "NO. Te doy vida para que
disfrutes de todas las cosas". Le pedí a Dios que me ayudara a amar a
otros, con el amor con que Él me ama a mí. Dios me dijo: "Ese amor ya está
en ti, ¿Cuándo esperas ponerlo en práctica? ".
Ef 3:20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en
nosotros
Muchas
de nuestras oraciones nacen de una motivación incorrecta, y por eso nuestra
oración debe ser pulida por medio de la respuesta de Dios, sea esta un sí o un
no. No siempre es fácil recibir un no, como respuesta, pues se nos ha querido
enseñar equivocadamente que si pedimos con fe, todo lo que pidamos nos será concedido.
Pero olvidamos que el responde a nuestra oración conforme a nuestra necesidad y
no conforme a nuestros deseos y anhelos particulares que nada tienen que ver
con Dios. La reflexión nos recuerda que la respuesta de Dios puede ser algo
inesperada y que está siempre será conforme a su voluntad y a nuestra verdadera
necesidad. Con el tiempo he aprendido a pedir mejor, revisando la motivación de
mi corazón y mi verdadera necesidad, algunas de las respuestas que he obtenido
también son un, no. Pero he aprendido conformarme con lo bueno y con aquello
que a mi parecer no lo es tanto. El pasaje de la biblia nos recuerda que Dios
contesta a nuestra oración mucho mejor de lo que nosotros pedimos o entendemos,
recuerda entonces, que si Dios no ha respondido, o se demora en responder es
porque tiene algo mejor, puede que sea llevarnos a tener una confianza mayor,
un gozo mayor, una paciencia mayor o a reconocer que lo que pedimos no está
conforme a su voluntad.
GUÍA
DE ESTUDIO
¿Has
recibido respuestas negativas a tu oración?
¿Qué
crees que Dios quiere enseñarte cuando no te responde?
¿Te
falta confianza para pedir?
¿Pides
conforme a su voluntad?
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