PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
SE HIZO MALDICIÓN POR NOSOTROS
Gal
3:13 Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por
nosotros, pues está escrito: "Maldito todo el que es colgado de un
madero."*
INTRODUCCIÓN
No siempre tendemos a ver las
escrituras con tal entendimiento de lo que ellas nos revelan, por eso es bueno
que nos sean enseñadas, para ayudarnos a interpretarlas de forma correcta, no
es fácil llegar a comprender lo que Cristo hizo por la humanidad, lo que significó
su sacrificio y por qué lo hizo.
Tengo que reconocer que no soy
merecedor de lo que Cristo hizo por mí, y que me siento aterrorizado de poder
enseñar algo que no sea bíblico o conforme a su voluntad. No soy el mejor, ni
el más famoso, ni el más versado, solo soy un hombre que recibió un llamado y
que arde en su corazón ese llamado por predicar la verdad del evangelio que un día
transformo mi vida. Y uno de los aspectos que más transformo mi ser fue el
reconocer y entender lo que Cristo hizo por nosotros, los que ahora nos
llamamos su pueblo.
DESARROLLO
Pablo escribiendo a los gálatas nos sumerge en
la revelación de lo que hizo Jesús por nosotros y es allí a donde los quiero
llevar, al versículo con el que damos comienzo a esta predica, Gal 3:13 (leer
arriba). Dios sabía que el hombre por sus propios medios le era imposible
volverse a Dios y cumplir con la ley, aunque la había dispuesto para liberar al
pueblo, esta termino por confundirlo y sumergirlo aún más en su pecado. El
legalismo farisaico y la religiosidad permearon la obra maravillosa que Moisés
trajo con la ley a su pueblo. El pueblo de Dios se apartó de Dios y de su ley,
pero al cumplirse el tiempo, el Padre envió a su Hijo, 100% hombre y 100% Dios,
para que cumpliese con lo que era necesario para liberar al hombre de la
maldición que se cernía sobre él. No había posibilidad alguna de que por
nuestros propios medios pudiésemos llegar a Dios, así que Jesús se entregó para
rescatarnos de la maldición de la ley, pues la ley exigía que todo aquel que no
la cumpliese fuese maldito y apartado de Dios para destrucción.
No sé si pueda expresarlo de
forma correcta, espero que el Espíritu Santo me guie a hacerlo, pero con temor
y temblor hablo a ustedes para que podamos reconocer lo que Cristo hizo, no, el
no murió por mí, murió para que todos tuviéramos la posibilidad de ir al Padre.
Eso solo había estado disponible para unos pocos ungidos y para su pueblo, pero
no para nosotros. Jesús murió haciéndose maldición para llevar la medición que corría
por nosotros y nos libró del castigo eterno que estaba reservado para quienes
permanecen en el pecado.
No se si puedas notar lo
importante de esto, es trascendental que lo entiendas porque esto cambiara la
perspectiva desde la que ves lo eterno. El, Dios mismo se hizo hombre para que
tu, un simple mortal, pudieras ir al él, para que pudieras ser salvo y libre de
la maldición que toda la humanidad portaba. He aquí un ser que no conoce el
pecado, pero que por amor se entrega completamente a llevar el pecado de la
maldición que le pertenece a otros, para poderles redimir, eso es amor, ese es
el sacrificio de mi Señor, a quien amo y anhelo entregar mi vida por él.
CONCLUSIÓN
Mis ojos lloraron cuando pude
descubrirme pecador e indigno de tal sacrificio de amor. No pude sino
quebrantarme en su amor y decirle “perdóname, perdóname, perdóname”, no lo merecía,
pero sin importarle, el me amo, como lo hace contigo. Su sacrificio me permitió
llegar a conocer a mi Padre celestial, su palabra y sus mandamientos, los
cuales amo con todo mi corazón, a pesar de que en ocasiones falle en mantenerme
firme por guardarlos, pero lo intento, él lo sabe.
No vengo a alardearte sobre lo
que él ha hecho en mí, pero si me gustaría que valoraras más el sacrificio que
el hizo, y eso solo puede suceder cuando somos confrontados con el castigo que merecía
nuestra maldición por el pecado, “morir en un madero”. Recuerda que has sido
comprado por un precio demasiado valioso, que si no lo valoras entraras en el
tedio de la religiosidad y te perderás de conocer el inmenso amor que espera
por aquellos que se arrepienten y que experimentan su gracia.
De un pecador arrepentido a otro
te exhorto a seguir sus pasos, sus enseñanzas, a amarle como jamás nunca lo has
hecho, a que entregues tu vida en sacrificio por su causa, pero hazlo siempre
con la convicción de aquel que se haya indigno ante su presencia, no merecimos
nada de lo que el hizo, hubiese sido suficiente con que nos hubiese librado del
castigo eterno, con que nos hubiese dado un lugar diferente para ir por
pecadores, pero no, eso no le basto, nos hizo sus hijos, nos adoptó y como
hijos agradecidos por su sacrificio, y llenos de agradecimiento, nos
consagramos a ti Señor.
Oremos, Señor no somos dignos de
tal amor, pero aquí estamos, conociéndote, te agradecemos el que sin tu
merecerlo hubieses llevado el peso de nuestra maldición y nos hubieses librado
del castigo eterno, como hijos redimidos, llenos de agradecimiento reconocemos
la obra maravillosa que llevaste a cabo y nos consagramos a ti, haz de nosotros
lo que quieras Señor, amen.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por compartir con nosotros. Bendiciones