PREDICA DOMINICAL
Por: Camilo A. Sastoque
Ministerio Unidad de la Fe
VALE MÁS EL FIN DE ALGO QUE SU PRINCIPIO
PASAJE
Eclesiastés 7:8
Vale más el fin de algo que su principio.
INTRODUCCIÓN
Se terminó un año y escucho a muchos quejarse de lo que
no pudieron hacer o de lo que les falto, otros ya están haciendo planes para este
año creando metas, planes y un sinfín de cosas para este año que comienza.
Muchas veces nos preocupamos más por el comienzo de algo,
que por su final, y la escritura nos alienta a estar atentos so como terminamos
lo que emprendemos.
Todo tiene un comienzo y un final, pero lo que determina
la realidad de algo es su final. Por ejemplo no nos referimos a quienes
comenzaron una carrera, sino a quien la ganó. En Dios no nos referimos a los
que dicen creer, sino a los que finalizaran sus vidas siendo salvos.
El fin de algo define lo que se es en realidad y no deja
lugar a las apariencias. A lo mejor algo puede comenzar pareciéndose mucho a lo
que se quiere, pero con el tiempo y el descubrimiento de la verdad es que ese
algo en realidad se vuelve lo que es.
Muchos quieren comenzar algo, por ejemplo, se proponen
orar más, ayunar más, dar más, viajar más, hacer ejercicio, comprar una casa, pero
al final se dan cuenta que no pudieron hacerlo, y al final del año o de la vida,
nos damos cuenta que no logramos lo que anhelamos, ¿por qué?, porque lo que
importa no es comenzar, sino insistir, persistir y nunca desistir en nuestra
meta, aunque parezca difícil, se vuelva complicado o nos dé pereza, tedio o
estemos muy cansados para seguir. Y esto se aplica para todo en la vida, tanto
como para bajar de peso, como para leer la biblia, para el ejercicio, para un
negocio, con los hijos, con todo.
DESARROLLO
¿Porque crees que vale más el fin de algo que su
principio?, es algo para meditar, cuando comenzamos algo nos llenamos de
emoción, de expectativas, de planes, de estrategias, de sistemas y métodos para
alcanzar aquello que queremos lograr. El problema radica en que cuando no nos
disciplinamos para lograr lo que queremos entonces parece que la emoción, la
ilusión, y la alegría que teníamos por conseguirlo se nos esfuma y terminamos
haciendo al final cualquier disparate, porque en realidad no sabemos que es lo
que queremos, ni lo que somos, entonces hacemos de todo, pero sin ir a ningún
lugar. Sin disciplina, ni enfoque es imposible llegar a un lugar. Es más
importante el fin porque este nos dice si realmente se logró el objetivo o la
meta que se planteó basados en el esfuerzo, dedicación, disciplina y enfoque
que duraron años en desarrollarse tuvo su realización o culminación.
No sabemos lo que queremos, o lo que realmente importa y
esto ocurre en todo, cuando buscamos tener una relación, pensamos que lo
importante es la emoción, pero luego nos damos cuenta que ese amor emocional se
acaba y debe ser fortalecido en un amor más profundo que crece con la
dedicación y empeño. También cuando buscamos un trabajo, o cuando vamos a la
vida espiritual, todo al comienzo parece emocionante, pero con el paso del
tiempo cuando se empieza el objetivo parece emocionante, pero luego entonces
resulta la monotonía, el aburrimiento, la frustración, el sufrimiento y la
escasez al darnos cuenta de que aquello por lo que hemos trabajado no genera un
placer y gozo duraderos.
Así es porque nuestro enfoque esta en lo terrenal, lo
trivial, lo pasajero. Mientras debería ser un enfoque espiritual que es
continuo, no fluctúa, no tiene nada que ver con la emoción, su comienzo y su
final son iguales, llenos de paz, gozo y amor, pero su final es la culminación
de lo terrenal en lo eterno.
El comienzo de algo siempre parece que podría ser lo
mejor que nos puede pasar, pero el comienzo es solo el principio de algo que
necesita mantenerse, alimentarse, soportarse para que pueda perdurar en el
tiempo y su final sea mejor que su comienzo.
Si empiezas algo no te hagas expectativas, ellas solo
frustraran tu alma, cuando no las tienes eres libre para vivir cada día una
experiencia diferente, un final diferente, un aprendizaje diferente, una vida
diferente. Claro que hay que planificar, pero no siempre lo que uno planifica
se da. Cuando te enamoras y desde el comienzo ya tienes una expectativa, te
frustrara el hecho de encontrar que tu pareja nunca podrá llenar esas
expectativas, si empiezas un trabajo puede ocurrir lo mismo, empiezas con todo
el ánimo, pero al encontrar dificultades, problemas o conflictos entonces
sufrirás, de igual manera cuando llegas a los caminos del Señor también empiezas
a hacerte expectativas de cómo debería ser, de donde deberías llegar o estar,
que cosas deberías tener, entonces cuando no se dan o se demoran, el
sufrimiento aparece y con ellas el fin de un camino, el fin de una relación, el
fin de un trabajo que podrían tener un mejor final solo si dejamos de
enfocarnos en lo físico, lo temporal y pasamos a lo eterno o espiritual.
CONCLUSIÓN
Qué tal si empezamos a ver todo desde lo eterno, en lo
eterno no hay final, tan solo un despertar continuo a la verdad que aunque
podamos experimentar el final de muchas cosas en lo físico, lo que comenzó en
nuestras vidas solo se perfeccionara.
Les hago unas preguntas:
Para con Dios ¿qué es más importante su principio o su
fin?
En el matrimonio ¿qué es más importante su principio o su
fin?
En la vida espiritual
Con los hijos
En su profesión
En los negocios ¿Qué es más importante su principio o su
fin?
Miremos algunos ejemplos de las escrituras
Heb 12:11 Ciertamente, ninguna
disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa;
sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han
sido entrenados por ella.
Pro 19:21 El corazón humano
genera muchos proyectos,
pero al final prevalecen los designios del
Señor.
Pro 20:21 La herencia de fácil
comienzo
no tendrá un final feliz.
Santiago 1:3 pues ya saben que la
prueba de su fe produce constancia.
El éxito de toda empresa consiste
en la constancia.
Que el final de lo que vives siempre sea mejor que el
comienzo, porque es al final donde nos damos cuenta de que obramos en lo
espiritual y no en lo natural, donde la paz, el gozo y el amor perduran para
siempre, donde podemos ver los frutos de una vida espiritual rica o mediocre,
donde podemos ver el fruto del trabajo, la dedicación y la pasión de aquello
que hacemos.
Señor, permítenos descubrir la verdad que se encuentra al
final de cada experiencia, de cada situación que vivimos, que podamos estar
atentos para evitar que la emoción, la alegría o la tristeza y las expectativas
nos impidan verte obrando en nuestros corazones para el perfeccionamiento de
nuestro ser. Les bendecimos en este año que comienza y les deseamos muchos
éxitos, que su vida espiritual este llena de frutos espirituales para bendecir
al mundo. Amen.
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