Existió
un rey que tenía un sabio; un hombre anciano de avanzada edad, pasos lentos y
larga barba blanca; el rey para cualquier acción o decisión que tomara siempre
se refería primeramente a su sabio, en ningún momento dudaba en consultarle
siempre los problemas y las cosas que sucedían en su reino, sintiéndose siempre
seguro de que todo lo que le decía salía siempre bien. Hasta que un día el
sabio por su avanzada edad enfermó de gravedad... en su lecho de muerte el rey
desesperado le decía: "Sabio y viejo amigo, ¿qué voy hacer sin ti cuando
tú no estés? ¿Quién me dará sus sabios consejos y me ayudará cuando tenga
problemas que no pueda resolver?.. ¿Qué haré... qué haré?". El sabio al
ver su desesperación le entregó un anillo que tenía un compartimiento secreto,
pero le dijo que sólo y únicamente cuando tuviera un problema que fuera
imposible resolverlo... solo así lo abriera y allí encontraría la respuesta. El
sabio murió y pasaron muchos años; al rey en varias ocasiones se le presentaron
múltiples problemas. En otras oportunidades estuvo a punto de romper el sello
y abrir el compartimiento de la sortija, sin embargo, no lo hizo, posponiéndolo
para un problema mayor que no pudiera ser resuelto. Siguió pasando el tiempo y
un día al rey se le presentó un problema tan grande que no podía resolver. Pasaron"
los días tratando de resolverlo, hasta que no pudo más. Se acordó de lo que le
dijo el sabio: "¡Sólo ábrelo cuando tengas un problema que pienses que no
tenga solución!". El rey rompió el sello y abrió el compartimiento secreto.
Adentro había un papelito que decía: "Esto también pasará".
Mat 6:34
Así que, no os afanéis por el día
de mañana, porque el día de mañana
traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
La vida está llena de problemas y desafíos por
resolver, pero para cada uno de ellos Dios ha dispuesto el tiempo necesario, el
inconveniente surge cuando tratamos de resolverlo todo de una vez, entonces nos
afanamos por todo y nos volvemos poco fructíferos para dar solución a cada
dificultad, el sistema del mundo nos asfixia con sus muchos problemas, asfixia
Su presencia, nuestra espiritualidad, la vida, el gozo y la paz. Para
trascender toda dificultad se necesita que nos mantengamos alertas, atentos conscientes
de su presencia que funciona similar al anillo de la historia, siempre nos
recordara que todo en este mundo tiene solución y lo que no lo tiene, en algún
momento pasara. La historia de hoy es una metáfora de la vida, no se puede
confiar en uno mismo o en algún otro para que nos solucione todo en la vida,
algunas veces tendremos que solucionar nuestros problemas por nuestros propios
medios, y si no lo podemos por alguna razón, entonces pronto descubriremos la
verdad si meditamos en ella, eso también pasará. Jesús nos recuerda que cada
día tiene ya su propio afán, y debemos ser conscientes de ello, vivir cada día
con sus angustias y alegrías es parte de una vida espiritual, pero siempre
siendo conscientes de ello, para que allí encontremos el reposo que necesita
nuestra alma.
GUÍA DE ESTUDIO
Que es lo que te afana?
Porque crees que reaccionas con afán ante ello?
Donde crees que puedes encontrar descanso?
Buscas con frecuencia la presencia de Dios?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por compartir con nosotros. Bendiciones