Un día, acudí a mi padre con uno de
mis muchos problemas de aquel entonces... Me contestó como Cristo a sus
discípulos, con una parábola: "Hijo(a), ya no eres más una simple y
endeble rama; has crecido y te has transformado, eres ahora un árbol en cuyo
tronco un tierno follaje empieza a florecer. Tienes que darle vida a esas
ramas. Tienes que ser fuerte, para que ni el agua, ni el día, ni el embate de los vientos te destruyan. Debes crecer como los de tu especie, hacia arriba. Algún día, vendrá
alguien a arrancar parte de ti, parte de tu follaje. Quizá sientes tu tronco
desnudo, más piensa que esas podas siempre serán benéficas, tal vez necesarias,
para darte forma, para fortalecer tu tronco y afirmar sus raíces. Jamás lamentes
las adversidades, sigue creciendo, y cuando te sientas más indefenso(a), cuando
sientas que el invierno ha sido crudo, recuerda que siempre llegará una
primavera que te hará florecer... Trata de ser como el Roble, nunca un
Bonsái".
Ahora quisiera tener a mi padre
conmigo, y darle las gracias por haber nacido, por haber sido, por haber
tenido, por haber triunfado, y por haber fracasado.Si acaso tuviera mi padre a mi lado, podría agradecerle su preocupación por mí, podría agradecerle sus tiernas caricias, que no por escasas, sinceras sentí.
Si acaso tuviera a mi padre conmigo, le daría las gracias por estar aquí, le agradecería mis grandes tristezas, sus sabios regaños, sus muchos consejos, y los grandes valores que sembró en mí.
Si acaso mi padre estuviera conmigo, podríamos charlar como antaño fue, de cuando me hablaba de aquello del árbol, que debe ser fuerte y saber resistir, prodigar sus frutos, ofrecer su sombra, cubrir sus heridas, forjar sus firmezas... y siempre seguir. Seguir luchando, seguir perdonando, seguir olvidando... Y siempre seguir.
Si acaso tuviera a mi padre a mi lado, le daría las gracias...
Salmo 1:3 Es como el árbol plantado
a la orilla de un río que, cuando llega
su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se
marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!
Nuestro Padre celestial también piensa en ti
como un árbol, no por lo que el árbol es, sino más bien por lo que el árbol representa,
vida, durabilidad, perseverancia, fortaleza, más Él quiere hacer de ti un árbol
diferente, un árbol plantado a la orilla del rio, un árbol que es capaz de
soportar las más duras pruebas que la vida puede dar, como las lluvias
torrenciales de la depresión, las sequias del alma, los vientos de cambio, el calor abrasador de
la tentación, y el dolor de la perdida de alguna de sus partes, para establecido
en Cristo puedas soportar los embates que ha dispuesto la vida para enderezar y
perfeccionar tu caminar, un padre que ama de verdad, siempre quiere lo mejor
para sus hijos aunque ellos no lo comprendan, el problema es que muchos hijos no
buscan, ni siguen la guía y el consejo de sus padres, porque los consideran
viejos, anticuados o los tienen en poco por sus propias equivocaciones, por
otro lado muchos otros padres, nunca han asumido sus responsabilidades para con
sus hijos, privándoles de la oportunidad de ser plantados y establecidos cerca
a la fuente de vida y generándoles un desarraigo de la verdad en sus corazones.
Un padre verdadero es un padre que se preocupa por plantar a sus hijos, sus
retoños, cerca del rio, porque sabe que aunque tengan que soportar los golpes
que trae la vida, cerca de la fuente de vida o sea en Cristo, es más fácil
soportarlos, y mantenerse en pie, siempre darán fruto a su tiempo, y nunca se
marchitaran. El salmo al que hacemos referencia nos menciona a un creyente que
ha sido plantado, establecido y formado por Dios que depende de Su fuente, que
se ha establecido en El, y comprende que solo en El, puede prosperar, dar fruto
y no marchitarse, todo prospera en él, porque entiende que la prosperidad del
mundo nunca puede satisfacer su ser, y encuentra en Dios la prosperidad para su
espíritu la cual suple toda necesidad, da fruto porque su sabia interior contiene
los nutrientes espirituales necesarios para trasmitir la vida que el mismo ha
recibido de Dios, y no se marchita porque sus raíces están firmes en la roca y
el agua de vida (Cristo). El padre de esta historia se parece mucho nuestro
Padre celestial, porque comprendió que es en El, que un padre puede cumplir su función,
dar fruto y bendecir a su progenie, Dios es un padre que busca trasformar y fortalecer
nuestro ser con su gracia, amor y misericordia con las cuales hemos sido
alcanzados para salvación. Entonces porque no dar gracias a Dios con todo
nuestro ser, reconociendo la verdad, como no entregar nuestras vidas por Su
causa, sabiendo que lo que ha hecho por nosotros y en nosotros, no sería
posible sino por su inmenso amor y gracia en Cristo.
GUIA DE ESTUDIO
Qué clase de padre eres?, uno que planta o uno
que desarraiga a sus hijos de la verdad con tu ejemplo y palabras?
Que sientes por tu padre, gratitud o rencor?
Qué imagen tienes de Dios, un Dios castigador o
un Dios justo?
Como hijo agradeces a Dios por tus padres?
Sabes lo que Dios ha hecho por ti?
Sabes lo que Dios quiere hacer en ti?
Sabes lo que significan Su gracia y verdad?
Has sido confrontado en tu paternidad tanto
espiritual o natural, con el ejemplo de este padre? Como quieres que tus hijos
te vean? Como te ven ellos?
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