DE EL, POR
EL Y PARA EL
PASAJE:
Rom 11:36 Porque todas las cosas proceden de él, y existen
por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén.
INTRODUCCION
Para Dios es
claro que todo tiene un comienzo y un final, un origen y un propósito, de allí
que todo lo que encontramos en la escritura tiene un propósito y sentido claro
que ha de ser descubierto por el creyente para el fortalecimiento de su fe.
Puede que
parezca ilógico o mal intencionado pensar que si todo proviene de Dios entonces
la maldad también proviene de Dios, mas no es así, hemos llamado maldad a algo
que no proviene o procede de Él, más bien surge de la ausencia de Él, cada
creación tiene un propósito, los arboles lo tienen, refrescan el aire y dan
sombra, el agua, trae vida y nutrientes a todos los seres, las abejas polinizan
las plantas y permiten que existan las cosechas, la naturaleza es prueba de que
todo tiene un propósito claro, pero parece que el ser humano e su desconexión
con Dios, perdió la capacidad de encontrarle sentido o propósito a la vida.
Ha comenzado a
vivir para dar contentamiento a sus placeres, y deseos, ha dejado de vivir con
propósito y ahora vive consumido por el ego y la mentira, ha dejado de lado el
propósito para irse tras el engaño de las riquezas, de la belleza y de los
placeres de la carne, porque no comprende el propósito, de modo que se hace
necesario que el hombre despierte en Dios para que pueda comprender la verdad,
para que encuentre un propósito más allá de sus propias pretensiones.
DESARROLLO
En romanos
encontramos que todas las cosas, todo lo creado, proviene de Él, existe por El
y para El, que nos dice este versículo, que todo al parecer tiene un comienzo y
un fin, un propósito que da sentido a su existir, que hace que su existencia no
sea vana, mas encontrar este propósito que trae Dios a nuestras vidas, no
proviene de la inteligencia o sabiduría humanas, provienen del entendimiento de
la realidad espiritual que se encuentra en Cristo.
En unidad con
Cristo nuestro ser despierta a la verdad, se hace consiente de su necesidad, de
la falta de sentido que tiene todo lo que hace, sin Él, para que trabajas?, si
no es para darte gusto y satisfacer tus deseos, para que te casas si estás
buscando alguien que te haga feliz, engañándote a ti mismo, cuando ni siquiera tú
mismo te amas de verdad, para que estudias?, si lo que buscas realmente es el
reconocimiento de los demás, porque no sabes quién eres, aun no lo has
comprendido y sigues en una frentica participación en las cosas de este mundo
buscando, sin saber qué es lo que realmente buscas.
Mas en El, la
búsqueda ha cesado, ahora lo has encontrado, aquello que buscaba tu corazón,
aquello que verdaderamente necesitaba tu interior, entonces debes ser probado
para que puedas ser perfeccionado y entonces reconozcas tu origen, al dejar tus
propios argumentos, para que por fin sepas que es existir, que es ser, en El,
ahora existes en la verdad, y entonces empiezas a vivir para El, porque sabes
que en El todo lo tienes, te encuentras completo, satisfecho, saciado,
perfecto.
CONCLUSION
Que es lo que te
detiene para volver?, que es lo que no te permite reconocer tu origen?, porque
has permitido que el engaño se convierta en tu verdad, despierta, es tiempo de
que el Espíritu de Dios, trasforme tu vida, y te permita descubrir la verdad,
el propósito y sentido que tienen tu vida en El, pues es en El, que todo se
vuelve real, verdadero, genuino, sin falsedad, porque esta no encuentra cabida,
se necesita ser despertado por el Padre, atender a Su llamado, para que el fuego
del propósito que hay en ti, se encienda y brille, para dar gloria a Su nombre.
Solo en el
propósito el ser es completado, se encuentra perfeccionado y permite ser
saciado en El, todo cobra un verdadero valor en la existencia con Dios, antes
todo es vano, todo es pasajero, pero en El, todo es eterno, valioso.
Jesús es el
medio, el origen y el fin de todo, de modo que en El, la plenitud se hace
presente para completar aquello que estaba incompleto, aquello que faltaba ser
consumado.
Oremos, Señor
nos entregamos a ti, reconociendo nuestra necesidad por ti, la falta de
entendimiento que nos apartó de ti, permite que tu Espíritu traiga luz a
nuestro entendimiento para que podamos comprender el propósito por el cual
hemos sido llamados a tu luz admirable, para que alcancemos a percibir el
sentido que tiene la vida y todo lo que nos rodea, para que sabiendo podamos
dar gloria a tu nombre en todo. Amen.
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