QUE TE HACE FALTA
PASAJE:
Salmo 23:1 El Señor es mi pastor
y nada me falta (NVI)
INTRODUCCION
La humanidad entera se ha
confrontado alguna vez con la falta de algo, vives en pos de conseguir algunas
cosas como una familia que te de un soporte, una iglesia que te brinde
seguridad, una religión que sustente tu verdad, una comunidad que te brinde lo
que quieres, una esposa(o), que te brinde su amor, puedes caer en cualquiera de
estas situaciones creyendo que lo que te hace falta se encuentra en alguna de
estas cosas.
Pero esta pregunta es más
profunda, sin la meditas con paciencia y perseverancia, y no tan solo dices, ha
no me importa, solo creo lo que dice la escritura, mas no te tomas tu tiempo
para comprender la verdad que se esconde tras lo que te hace falta.
De seguro si te haces esta
pregunta, encontraras que hay muchas cosas que te hacen falta, si eres niño lo
que te hace falta, puede ser el cariño de tus padres y el sustento de tus
necesidades, cuando eres adolescente, entonces te hace falta tener una
identidad, cuando eres adulto te hacen falta cosas materiales, y cuando eres
viejo, entonces te hacen falta años, para disfrutar lo que has conseguido.
DESARROLLO
Sin lugar a dudas el hombre
parece incompleto desde este punto de vista y el versículo que estudiamos y
ponemos a discreción, nos lleva a saberlo, nos hace falta algo, pero ese algo
es más que una pareja, que bajar de peso, que un vestido para estrenar, que un título
por alcanzar, y muchas otras cosas más, te lleva a saber que hay algo que esta
vida no te puede suplir, que esta vida no te puede dar y te hace falta, lo
extrañas.
Mas solo extrañas algo que has
perdido, y eso lo podemos decir todos aquellos que hemos perdido algo, una
pareja, un negocio, la salud, un hijo, una amistad entre otras, pero que hemos
perdido, que nos hace falta, porque no estamos conscientes de lo que realmente necesitamos
y tratamos de desgastarnos en cosas que no nos llenan por completo.
Pues la respuesta se encuentra
allí mismo, en tu interior, más cuando todo pierde sentido, cuando vives una
frustración tras otra, cuando las cosas no salen como tu querías y Dios
interviene en la ecuación, empiezas a comprender que fue lo que perdiste, era
algo que estaba contigo, pero que el estar en este mundo te ha hecho olvidar,
la presencia del Padre.
Y es allí donde Jesús como un
pastor que guía a sus ovejas, nos muestra el camino, la verdad y la vida, en
donde podemos decir algo con total certeza, algo nos hacía falta, lo habíamos
perdido a Él y no nos habíamos dado cuenta, sumergidos en el pecado, en la vanidad,
en la autoconfianza, y cuando reconocemos que lo habíamos perdido, entonces le
encontramos o más bien El no encuentra a nosotros, y entonces lo que antes
faltaba ahora, ya no falta, se ha completado, lo que antes buscábamos en el
mundo y que no satisfacía nuestro ser por completo, ahora de repente sin
esperarlo, en El, se ha consumado.
Este salmo precioso ha sido
estudiado, leído por muchas generaciones de creyentes que han esperado su
plenitud cuando llegue la muerte, pero ver el texto original nos permite
comprender que no es nada me faltara sino, que ahora y aquí mismo, nada me
falta, puedo no tener dinero, pero nada me falta, puede que mi salud no este
plena, pero estoy completo en El, puede que las cosas no salgan como la he
planeado, que tu vida parezca un caos, pero lo que sucede es que no has
comprendido que en El, estas completo y nada te falta.
CONCLUSION
Solo un arrepentimiento genuino,
puede llevarte a reconocer lo que te hace falta, y el encontrarte de nuevo en
Su presencia puede completar enteramente tu ser, no es algo que tu hagas, más
bien lo único que debes hacer es confiar, dejar de lado tus prejuicios y abrir
tu corazón, dejándolo disponible para que El haga lo que mejor sabe hacer.
Reconocer esta verdad, hallarte
completo, sin faltantes, es lo que te conducirá por una vida de fe, para que
viviendo por fe y no por vista, puedas sentirte completo, aun cuando estas
solo, cuando has perdido un ser querido, cuando la enfermedad llega a tu vida,
cuando las cosas no parecen ir bien, entonces solo debes reconocer que estas
pleno, completo, consumado, que no son tus títulos los que te hacen un gran ser
humano, es la revelación de tu plenitud en El, la que te permitirá sentirte lleno.
Oremos, Señor que esta revelación
que ahora comprendemos, penetre todo nuestro ser, nuestro pensamiento y
emoción, para que aun en las horas más oscuras, aunque andemos en valle de
muerte nuestro ser pueda reconocer esta verdad, y encontrarnos completos en ti,
que los que no entienden, puedan entender, que su verdadera necesidad se
encuentra en ti, que la verdad se revele a nuestros corazones con tal
intensidad que cale sobre nuestras intenciones, decisiones, y acciones, para
gloria de tu nombre, amen.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por compartir con nosotros. Bendiciones