OREN EL UNO POR EL OTRO
Stg 5:16 Por eso, confiésense unos a otros sus
pecados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es
poderosa y eficaz.
INTRODUCCION
La oración es una disciplina que debemos forjar con
mucha perseverancia, pues son muchas las faltas que tenemos para con la
oración. Con mucha frecuencia abandonamos esta disciplina debido a las
ocupaciones y situaciones que vivimos día a día. Por eso es muy importante el
que siempre estemos llamando a la oración y esto no podía ser diferente para la
pareja.
Son muchas las ocasiones en las que decimos cuán
importante es orar por el cónyuge, sin embargo, nos encontramos muchas veces
orando por nuestras necesidades, el ministerio, el trabajo y los problemas, y
muy poco por nuestro cónyuge, como si ya hubiera sido suficiente con casarnos
con él o ella.
Los problemas en pareja son muchos y variados, de
allí que sea muy necesario que busquemos a Dios en oración para soltar las
cargas, perdonar las ofensas y para pedir por nuestro cónyuge, sus problemas y
necesidades. Si pretendemos que con estar casados y tratar de vivir
correctamente es suficiente puede que te veas abocado a tener muchos problemas
con tu cónyuge.
DESARROLLO
Como la vida en pareja no es fácil, y está llena de
desafíos, la oración tiene que estar presente. El versículo que da comienzo a
esta predica para matrimonios, nos habla de orar los unos por los otros, algo
que no solo era practicado dentro de la iglesia, sino también dentro del hogar,
el esposo necesita de la oración de su esposa, y la esposa igual, no podemos
pretender querer vivir en paz en el hogar sin oración, el enemigo anda como
león rugiente buscando a quien devorar sus hogares predilectos son aquellos
donde no hay oración, o donde esta se descuida.
un hogar que no ora es frágil y pronto vera las
consecuencias de no permanecer en la oración, la oración es eficaz para todo,
para que Dios transforme el corazón de un hijo rebelde, para que Dios
transforme un hombre pecador en uno santo, o a una mujer pecadora en una santa,
así como para reflexionar y soltar las cargas de los problemas diarios que
surgen en el hogar y la pareja.
Nuestro cónyuge necesita de nuestra oración,
necesita que oremos por él o ella, así como Pablo pidió con frecuencia que
oraran por el para cumplir con su ministerio, necesitamos hombres y mujeres que
oren por sus cónyuges para que cumplan con sus roles y eviten inconvenientes,
para que oren por el temperamento de sus cónyuges para que la vía en la pareja
sea más llevadera, y para que el gozo de Dios permanezca.
La oración no es brujería, no podemos orar pidiendo
que Dios haga algo en nuestra pareja que nosotros mismos no estamos dispuestos
a cambiar, no podemos pedir que sean como nosotros queremos, o que nos den lo
queremos, más bien podemos pedir que se cumpla la voluntad divina sobre sus
vidas, y que ellos puedan ser como Dios quiere que sean, seguramente así,
tendremos aún más de lo que pedimos. La oración tampoco es manipulación, por
eso no debemos permitiré que la oración se convierta en una quejadera o una
forma de manipular al cónyuge.
Nuestros hogares necesitan sanidad del odio, del
rencor, de la falta de perdón, de la envidia, de la inmadurez, de la codicia,
de la lujuria, del pecado, de la mentira y muchas más cosas con las que debemos
lidiar, y la oración es la cura para todas ellas.
CONCLUSIÓN
Si verdaderamente anhelamos un hogar digno de la
gloria de Dios, no podemos descuidar la oración. Es ella la que impregna el
hogar de paz, gozo, bendición y amor. sin ella estamos a la deriva en un mar de
incongruencias, liviandad y problemas.
Veo a muchas parejas quejándose por sus cónyuges,
pero me pregunto, cuanto oraran por ellos, aun yo mismo he fallado a esta
ordenanza y he visto los pobres resultados en mi propia relación de pareja, por
ellos les insto a continuar orando aun cuando parezca que no hay resultados,
aun cuando queremos botar la toalla, les animo a perseverar, pues tarde o
temprano veremos el resultado de la oración eficaz, y viviremos en una relación
matrimonial armoniosa.
Siempre buscamos un culpable de lo malo, y casi
siempre el primer culpable de nuestras desgracias, aunque no sea cierto, pasa a
ser nuestro cónyuge, en vez de buscar culpables, busquemos al Señor y que sea
él quien nos ayude a determinar la culpabilidad, seguramente encontraremos que
también nosotros poseemos gran parte de la culpa y procuraremos orar por
nuestro cónyuge para que las cosas mejoren.
Oremos, Señor perdona nuestra omisión para orar por
nuestro cónyuge, sabemos que lo necesita y aun así le abandonamos, aunque
decimos amarle, perdona nuestra impaciencia y nuestra inconstancia, queremos
servir al propósito de nuestro hogar y sabemos que la oración tiene mucho que
ver en ello, por eso ayúdanos a orar conforme a tu voluntad para que nuestra
pareja sea bendecida y juntos podamos glorificar tu nombre, amen.
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